La pandemia agudizó crisis humanitaria de wayuu: HRW

Human Rights Watch (HRW) y el Centro de Salud Humanitaria Johns Hopkins advirtieron ayer la agudización de la crisis humanitaria entre indígenas wayuu por efectos de la pandemia, a lo que se suman graves problemas como falta de agua, alimentos y desplazamiento de migrantes.

Esta alerta la confirmó José Silva Duarte, líder de la ONG Nación Wayuu, quien reveló el desplazamiento de la etnia desde sus territorios ancestrales hasta las cabeceras municipales en busca de alimentos y agua.

 “Lo peor es que no conocemos reportes de las pruebas que se han practicado, no les hacen seguimientos a las muertes repentinas que se han disparado en las comunidades”, expresó.

Dentro de las muertes hay varias autoridades tradicionales como Enrique Ipuana, Ernesto Rosado y Ramiro Uriana, líderes reconocidos en sus comunidades.

 “Nos ha atacado, además de la pandemia, el hambre, la sed y la corrupción, que se han asociado para acelerar el exterminio del pueblo indígena más numeroso de Colombia”, indicó.

Tanto Human Rights Watch (HRW) como el Centro de Salud Humanitaria Johns Hopkins alertan sobre las dificultades de supervivencia de los miembros de este pueblo en La Guajira para quienes es “sumamente difícil acceder a alimentos, agua y atención médica en un momento en que estos servicios son más necesarios que nunca”, declaró el director de HRW, José Miguel Vivanco.

Plantearon que el Gobierno nacional debería adoptar medidas urgentes para proteger los derechos de los niños wayuu.

Vivanco se refirió además a la corrupción que ha robado más de 10 millones de dólares para la atención de las comunidades indígenas de La Guajira.

Fallos no se cumplen.

Según Silva Duarte, la crisis que advierten los dos organismos no es nada nuevo para ellos porque existen varios fallos y sentencias de diferentes instancias, que obligan al Estado a garantizar la salud, el acceso al agua y el alimento a la población wayuu, especialmente a niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, pero los resultados han sido muy pocos. Recientemente se cumplieron tres años de la Sentencia T-302 de la Corte Constitucional, que declaró el estado de cosas inconstitucionales en La Guajira, y en la que se pidió garantizar la asistencia alimentaria, programas de soberanía alimentaria, salud de calidad con oportunidad y solución de agua potable para todos, con calidad y continuidad.

 “Nada de esto se ha cumplido, pero durante el aislamiento obligatorio decretado por la pandemia se ha evidenciado mucho más la grave situación que viven los wayuu”, dijo.

 Según el Instituto Nacional de Salud, en La Guajira han muerto 22 niños por desnutrición o causas asociadas a ella y hay 132 indígenas contagiados con COVID-19.

 En un informe de la veeduría de la mencionada sentencia, la líder de la Alta Guajira Sonia Iguarán asegura que el problema de agua y alimentos dentro de las rancherías se ha hecho más visible con la imposibilidad que tienen  de salir a comercializar las mochilas que les dan el sustento diario.

“Cuando llegan las ayudas humanitarias (1 caja por familia) no es suficiente para calmar el hambre de las familias, ya que con el mercado suministrado  solo alcanza a comer  una familia de 4 integrantes durante 3 días”, agrega.

 Para los líderes y veedores  la verdadera estadística de muertes de niños se disparará tras la cuarentena.

 La secretaria de Asuntos Indígenas del departamento, Claudia Henríquez, reconoce que el 41,7% de la población de La Guajira, que es indígena, es altamente vulnerable al virus por factores como los altos niveles de pobreza, la falta de acceso a servicios básicos de agua y saneamiento, así como los bajos niveles de alfabetización.

A ello se agregan los perfiles epidemiológicos que incluyen enfermedades prevalentes de la infancia como las infecciones respiratorias agudas - IRA, enfermedades diarreicas agudas - EDA, la misma desnutrición aguda y anemia nutricional.