Honores póstumos a soldados asesinados por el ELN en Norte de Santander
En la ceremonia participaron el comandante de Décima Brigada y batallones. Líderes de la comunidad wayuu piden al ELN que actúen como humanos.
Este viernes, en medio de desgarradoras manifestaciones de profundo dolor, cerca de doscientos indígenas wayuu que llegaron de diferentes rancherías, recibieron en el aeropuerto José Prudencio Padilla de Riohacha, los cuerpos de cuatro soldados, Jaime Redondo Uriana, Herzel Fernández Bonivento, José David Pushaina Epieyú y Fabio Epinayu Ipuana, quienes fueron asesinados en una emboscada perpetrada por uno de los frentes de guerra del ELN en la zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.
Desde el día miércoles 29 de marzo cuando se supo la información de la masacre de la que habían sido víctima los militares, estas familias iniciaron un verdadero calvario para tener los cuerpos y poder someterlos a los ritos propios de su cultura y luego llevarlos a los cementerios particulares de cada uno de los cuatro clanes para darle sepultura.
Debido a la demora en la entrega de los cuerpos, familiares y amigos de los soldados asesinados hicieron un plantón en la puerta de guarnición militar del Batallón Cartagena, ubicado a cinco kilómetros del área urbana de Riohacha. Luego, bloquearon por cerca de una hora la carretera nacional Troncal del Caribe que comunica a la capital de La Guajira con la ciudad de Maicao y Venezuela, exigiendo celeridad.
En la cosmovisión wayuu se tiene por dogma que al familiar asesinado hay que darle sepultura lo más pronto posible y solo usan poco tiempo para hacer los ritos, conjuros necesarios y suficientes para que quien acabó con la vida de ese ser, pague por el crimen más temprano. En ese mismo espacio practican una serie de conductas y procedimientos ancestrales que según las creencias, impedirán que el infractor vaya muy lejos. Por esa razón, los nativos estaban desesperados para que les entregaran los cuerpos.
Los cuerpos fueron recibidos en el aeropuerto por un grupo de militares que bajaron los ataúdes de un avión de la Fuerza Aérea Nacional. Una vez traspasada la malla ciclón que resguarda la zona de hangares, esperaba decenas de oficiales y suboficiales que se hicieron cargo de los féretros. Se escuchó la trompeta resonar en el lugar y sus alrededores por 60 segundos con las notas inmortalizadas dedicadas a los difuntos notables. No hubo palabras, mucho menos discursos, solo acciones para llevar los ataúdes a las cuatro carrozas fúnebres para desplazar los cuerpos hasta las rancherías.
“Nosotros reiteramos a los actores de la guerra y a la comunidad internacional que queremos que cesen las acciones criminales que van en contra de comunidades indefensas, la historia de estos cuatro muchachos que pertenecen a mi etnia, es la misma historia de muchos hogares de Colombia que han perdido a sus hijos en medio de una guerra que no nos corresponde, nosotros estamos luchando contra el hambre y esta guerra por otro lado recluta a nuestros jóvenes para llevarlos a una guerra sin sentido donde se afecta la gente humilde de este país, esta es una guerra de poderes en la que nos han envuelto a los indígenas. Tenemos otra guerra que es la que libramos contra el hambre de nuestros niños”, dijo Gustavo Valbuena
Valbuena indicó que a raíz de esta situación el presidente debe tomar las medidas necesarias. “Creo que por otro lado el Ejército de Liberación Nacional tendrá que volverse humanos para poder sentarse y conversar sobre la paz, porque la paz es de humanos y la guerra es de inhumanos”.
Matilde López, accionante ante la Corte constitucional que generó la sentencia T302 que reivindica la los wayuu y obliga al Estado a buscar solución a la crisis humanitaria, indicó que el Gobierno debe buscar la forma de conseguir una manera de parar la guerra. “Son miles y miles de jóvenes que han venido muriendo en una guerra que ellos no han generado, Al pueblo guajiro nos embarga un dolor profundo por estos homicidios, ellos se van de la Guajira es porque no hay oportunidad y muchos ven en el servicio militar una opción de solución a la crisis de su familia”.
Los wayuu a través del Consejo de palabreros ha convocado a las autoridades nacionales, desde el ministro de Defensa, Justicia, del Interior, director de la Policía Fuerzas Armadas, Ejercito Nacional, Gobernador, Alcaldes, comandantes de Divisiones, Brigadas y comandantes de batallones entre otros, a un encuentro para definir el camino sobre lo que será en adelante las formas de reclutamiento del personal indígena para el servicio militar. Ese encuentra tiene fecha fijada para el 20 de abril próximo.
