El Heraldo
El secretario general adjunto de la ONU, Jeffrey Feltman –quien estuvo en el PTN de la vereda Pondores–, calificó ese día como histórico. Héctor Palacio
La Guajira

Integrantes de las Farc ahora empuñan otras armas

EL HERALDO habló con tres combatientes que están en el Punto Transitorio de Normalización ubicado en La Guajira, quienes expresaron sus planes e ilusiones, pero además lo que sintieron al entregar sus armas.

Con ilusión, pero también con un toque de incertidumbre, los guerrilleros de las Farc que están concentrados en el Punto Transitorio de Normalización de La Guajira hicieron dos filas el martes 20 de junio, día en el que se entregó el último 40% de las armas que estaban en su poder.

En una de ellas, en la que estaban funcionarios de la ONU, se verificaba que eran integrantes de esta organización, y en otra, de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, firmaron un documento en el que se comprometieron a no volver a tomar las armas para la construcción de la paz, y se les entregó la certificación de dejación de armas con la cual quedó sellado su tránsito hacia la legalidad.

Tres de los que realizaron el proceso, cuando fueron entrevistados por EL HERALDO coincidieron en afirmar que esto demuestra el “compromiso que tenemos con la paz y que estamos cumpliendo con lo acordado”.

También estuvieron de acuerdo en la esperanza que tienen en cuanto al cumplimiento por parte del Estado colombiano con todo lo pactado en los acuerdos de La Habana.

El Gobierno, representado en el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo, aseguró que este es el paso más importante que están dando los integrantes de las Farc “porque significa que ya son ciudadanos con todos sus derechos”.

Mientras que el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman -quien estuvo en el PTN de la vereda Pondores, en el corregimiento de Conejo-, calificó ese día como histórico y dijo que muchos países en el mundo debían seguir el ejemplo de Colombia.

 

“Quiero ser un técnico en agronomía para servirle al país”: Jair Gómez

Feliz y esperanzado, Néstor Galindo Manjarrés -nombre con el cual ya aparece en la cédula que recién le entregaron-, se presenta con algo de timidez y en voz baja, ya que le resulta un poco extraño después de 19 años usando el de Jair Gómez “por cuestiones de seguridad”.

Esos mismos 19 años son los que lleva en las filas de las Farc, tiempo durante el cual tuvo tres armas: un fusil Fal conocido como fusil de combate, calibre 7,62 mm, de carga y disparo automático; un fusil AK47, y hace tres años portaba un R15 semiautomático que ya tiene en su poder la ONU.

“Ya estaba preparado mentalmente para la entrega porque es un compromiso que teníamos y lo cumplimos para que no haya más muertes por esta guerra en la que todos perdimos”, afirmó.

Con él estuvo en varios combates, pero el que más recuerda fue el de hace unos cuatro años en el que resultó herido en su brazo izquierdo y aún tiene alojada la bala que le impactó. Este combate fue con el Ejército Nacional y, aunque dice que disparó mucho, no sabe si hirió a alguien. “Lo único que sé es que no se reportaron muertos ese día”, indicó.

A pesar de esto, reconoce que sintió un poco de tristeza al separarse de su arma que lo acompañó durante tanto tiempo, pero espera que “no haya necesidad de tomarla otra vez”.

Dice que ahora duerme más tranquilo, sin la zozobra de que alguien los ataque o tener que salir en medio de la noche huyendo del “enemigo”. “Siempre sabíamos que algo podía pasar en cualquier momento, pero ahora tenemos muchas ilusiones y planes para nuestro futuro”, afirma.

Néstor se prepara para su vida civil y por eso ya hizo un curso que le ofreció el Sena en medio ambiente, pero cuando ya esté fuera del campamento piensa estudiar para ser un tecnólogo en agronomía.

“Tenemos que prepararnos porque nuestro compromiso es con el pueblo y también para aportarle al partido político que conformaremos”, aseguró, mientras pensaba en el reencuentro con sus padres y hermanos, a quienes dejó de ver hace muchos años.

“Ahora espero componer canciones sobre la paz”: Aroldo Rodríguez

Aroldo Rodríguez, integrante de las Farc, quien entregó su fusil AK47 a la ONU, ha compuesto muchas canciones; tantas que ha perdido la cuenta. Sin embargo, lo que sí sabe con certeza son los temas de sus composiciones.

“Le compongo a la lucha, a la revolución, a la naturaleza y sobre todo a las guerrilleras”, manifestó el día de la última entrega de las armas. Afirmó que ahora también le cantará a paz y a la esperanza.

Es natural de un pueblito del Cesar, llamado La Mina y está en las filas del grupo guerrillero hace 18 años, aunque “ya venía trabajando con la organización nueve años atrás”.

Dice que ahora su herramienta para luchar será la política y lógicamente sus canciones, las cuales espera que sean grabadas. “Antes, nadie se atrevía a grabarle a un guerrillero, pero ahora sí deseo que los temas puedan ser usados por algún cantante y oírse en muchas partes”, manifestó.

Ninguna de las canciones las escribe, todas están en su mente y aunque a veces la memoria le falla un poco, cuando las canta le van saliendo las letras espontáneamente.

Aroldo manifestó que el fusil no lo usó nunca para matar, sino “para defendernos y salvaguardar nuestras vidas, solamente por eso era que la cuidaba bastante”.

Al entregar su arma lo hizo convencido de que ahora su herramienta será la palabra y que “vamos a tener un pueblo que nos va a acompañar en esta revolución sin armas”.

Ahora espera que haya seguridad por parte del Gobierno, tal y como se pactó en los acuerdos, y que no sean vistos como los enemigos del país, sino como un grupo de hombres y mujeres a los que “nos tocó luchar”. 

Tatiana entregó su AK47 y quiere ser periodista
Tatiana Sáenz junto al exguerrillero Rodrigo Granda.

Tatiana Sáenz quiere ser periodista y hace unos días dio uno de los pasos más importantes en su vida para ser una ciudadana legal y poder lograr este objetivo.

Ella es una indígena wiwa integrante de las Farc que entregó su arma de dotación a la ONU, un AK47, que le había pertenecido a su compañera Luz Dary y al  comandante Gricelio, ambos muertos en combate.

“Lo primero que pensé cuando hice la entrega fue en ellos, por eso quiero honrarlos trabajando por lo que siempre hemos luchado y es ver una Colombia sin desigualdades y en paz”, manifestó el día en que se entregó el último 40% de las armas de las Farc en la vereda Pondores, corregimiento de Conejo, jurisdicción del municipio de Fonseca.  

Allí está ubicado el Punto Transitorio de Normalización del departamento de La Guajira en el que están concentrados 232 guerrilleros que ya están desarmados y preparándose para hacer “cambios trascendentales en su vida”, como lo afirmó Tatiana.

Ella está en las filas de las Farc desde los 14 años, cuando los paramilitares asesinaron a varios de sus familiares. “Al principio me asustaban los guerrilleros, pero después me fui enamorando de sus ideales y me fui con una prima, ya que donde vivíamos no teníamos oportunidades de estudiar o salir adelante”, explicó.

Ahora, en vez de un arma, la joven guerrillera empuña una cámara fotográfica con la que captura todos los momentos de la ceremonia a la que asistieron altos funcionarios de la ONU; el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, y los líderes de las Farc, Pastor Alape y Rodrigo Granda.

Su misión fue  dejar el registro de todo lo que aconteció en este evento tan trascendental para ellos y para todo el país, ya que después de 52 años la guerrilla más grande de América queda desarmada.

Solo quedan las armas que están en las 900 caletas, las cuales serán entregadas en el mes de septiembre. La cámara fotográfica que reemplazó el arma que entregó, fue suministrada por la "organización", así como todo lo que poseen y necesitan para vivir y llevar a cabo cada una de las funciones y labores que les encomiendan.

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