Audiencia de ayer, en la que Miriam Castaño testificó en contra de la Policía del Atlántico.s:El asesinato del odontólogo neoyorquino Benson Sheinkin sigue dando de qué hablar un año después de ocurrido. Esta vez, el rumbo de la investigación que se sigue por el hecho parece tomar un giro inesperado por cuenta de las nuevas versiones que se han conocido en estos tres últimos días en los se retomó el juicio.
El lunes, cuando se llevó a cabo la primera diligencia en el Centro de Servicios Judiciales, y que estuvo presidida por la juez Margarita Salas, el líder comunitario del balneario de Santa Verónica, Cecil Sánchez Molina, explicó el por qué decidió convertirse en testigo de la defensa de los acusados Juan Pinzón Padilla, Humberto Márquez Marín y Rafael Becerra Coronel, a quienes, inicialmente, él mismo señaló como presuntos responsables del asesinato de Benson.
Pero no solo esto enloda hoy la investigación llevada a cabo por la Fiscalía y la Policía del Atlántico. Ayer, en una nueva audiencia fue escuchada Miriam Castaño Piedrahíta, amiga del neoyorquino, y de su esposa, la barranquillera Johanna Cohn.
Desde día del asesinato de Benson, ocurrido en la madrugada del sábado 21 de enero de 2012, Miriam se convirtió en un punto de apoyo para la viuda.
La mujer, oriunda del Valle del Cauca y quien residía cerca del domicilio de la pareja, estuvo pendiente junto con su esposo, el puertorriqueño José Antonio Deines Torres, de todo lo concerniente a la repatriación del cadáver de Benson a los EU y del cuidado de las propiedades dejadas por él en el balneario, jurisdicción del municipio de Juan de Acosta.
En la audiencia, después de aceptar hablar bajo juramento, Miriam, también testigo de la defensa de los acusados, empezó a relatar algunos de los hechos posteriores al deceso de Benson, tales como el retorno de Johanna Cohn a Barranquilla después de un mes del sepelio de su marido en Farmingdale, Nueva York.
“Johanna llegó en febrero, un mes después de la muerte de Benson. Vino a arreglar sus cosas y también para tratar de establecer contacto con Bolaño, el investigador de la Policía del Atlántico asignado por la Fiscalía para la investigación del crimen”...
Al continuar con sus declaraciones, la testigo mencionó que Johanna tuvo varios encuentros con el patrullero Bolaño para saber en qué iba la investigación del asesinato del neoyorquino.
“Uno de esos días, Johanna me llamó porque necesitaba de mí para atrapar al asesino de Benson. Ella me dijo que Bolaño hizo un documento que tenía que firmar yo, y que era una idea muy clara de cómo atrapar al asesino, en este caso el señor Juan Carlos Pinzón Padilla, apodado el Mono Pecas”.
De acuerdo a lo dicho por Miriam, el investigador de la Sijín preparó una falsa historia con la cual la Fiscalía solicitaría a un juzgado la expedición de la orden de captura contra el supuesto homicida.
“Según la historia inventada por el policía, yo tenía que atestiguar que vi, junto con Johanna, al Mono Pecas en la bomba de gasolina de Juan de Acosta. Johanna debía gritar: ese es el asesino de mi esposo, para que yo centrara la mirada en el hombre y luego lo reconociera ante la Policía”.
“Me presté para eso. Luego fui a la Policía y dije que sí era Mono Pecas el asesino de Benson. El policía nos entregó unas hojas con lo que debíamos decir. Todo eso lo hice en un interrogatorio en frente de un procurador. Mi esposo Cheo le dijo a Bolaño: qué clase de cosa es esto, esto es un fraude, mentimos. Y Bolaño respondió: así es la única manera en que se puede”.
Con base en estos testimonios, la Fiscalía emitió en su momento la orden de captura contra el supuesto homicida.
Ahora, con la nueva versión que se desprendió del juicio queda en duda la verdadera autoría de este asesinato que causó conmoción no solo en el balneario sino fuera del país, y la razón por la cual fue cometido.
Por Redacción Judicial
