La noche en que el vandalismo no durmió en Barranquilla
Daños y saqueos en establecimientos comerciales en el norte, centro y sur de la ciudad.
De un momento a otro la protesta pacífica se terminó y entonces el vandalismo se abrió paso por algunas calles de Barranquilla. La oscuridad de la noche fue aprovechada por encapuchados para partir vidrios, saquear establecimientos y generar caos en algunos puntos.
Uno de los sectores más afectados fue la calle 79, en el norte de la ciudad, donde un grupo de personas que hacían parte de la marcha que horas antes había partido desde el sector de Buenavista, empezó a atacar con piedras y a patadas los locales comerciales de marcas exclusivas.
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Las vitrinas fueron cayendo con el paso de los encapuchados y los maniquíes fueron desvestidos. Se robaron todo lo que pudieron y rompieron y partieron todo a su paso.
Pero esta fue solo una de las acciones, pues cada valla publicitaria o señal de tránsito fue objetivo de los vándalos.
Otro de los locales afectados fue Kevin Mendoza Beauty House, un spa y salón de belleza cuyo propietario paradójicamente había participado de la marcha que inició y transcurrió en completa calma hasta cierto punto.
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En la calle 76 los encapuchados también causaron daños y saquearon un supermercado. A su paso por la carrera 43, cuando iban rumbo hacia el centro de la ciudad, vandalizaron y asaltaron varios negocios y estaciones de servicio que no pudieron seguir vendiendo combustible. Una papelería Tauro también fue objeto de saqueos cuando una multitud partió los vidrios, ingresó al local y sacó de su interior varios elementos.
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Sobre la Avenida Murillo, a la altura de la carrera 41, los encapuchados irrumpieron en un casino y también sacaron lo que pudieron. Siguieron avanzando por esa arteria y mientras avanzaban causaban daños a locales e incluso se reportaron varios atracos con armas blancas.
La Policía tuvo que intervenir varias veces tratando de dispersar los grupos de encapuchados.