El Heraldo
Pedro Manjarrés fue velado en su casa del barrio Villa Norte de Puerto Colombia. Luis Felípe de la Hoz
Judicial

Muere por ataque de abejas africanizadas

Pedro Manjarrés, de 56 años, falleció el sábado tras ser atacado por un enjambre de abejas africanizadas, en el barrio Villa Norte de Puerto Colombia.

Ir a pescar al lago que queda unas calles debajo de su casa en el barrio Villa Norte, de Puerto Colombia, era un hábito para Pedro Manjarrés. El sábado pasado, Tomás, su hijo menor, le dijo que quería ir con él. Esa fue la última actividad que emprendió antes de fallecer a causa del ataque de cientos de abejas africanizadas. 

“Nosotros ya nos veníamos de la laguna, entonces por donde nos metimos no había paso, mi papá empezó a abrirlo con un machete y rozó un panal. Las abejas comenzaron a perseguirnos, él me tapó con unas matas y me dijo que me quedara callado y quieto. Luego me susurró: Tomás, vete de ahí. Cuando se fueron las abejas fui a verlo y ya no se movía”, dice el niño de 11 años. 

Los últimos minutos, Pedro los empleó para socorrer a su hijo. No solo lo cuidó tapándolo con ramas de árboles, sino que con su cuerpo evitó que le picara una mayor cantidad de insectos. 

“Salí corriendo a avisarle a mis hermanos. Mi papá no se pudo salvar”.

“Cuando se iba para el lago, no quería que yo lo acompañara, pero le dije: papi, papi, yo quiero ir contigo. Me dijo que sí y nos fuimos a buscar pescados”. 

El cuerpo de Tomasito –como le dicen sus familiares–, está hinchado, lleno de picaduras y crema rosada, siente una mezcla de picazón con ardor; sus ojos guardan el dolor de un niño que acaba de perder a su padre.

Su familia afirma que el hecho se presentó al mediodía, pero que no lo pudieron encontrar sino hasta las 3:00 p.m. “Mi hermano dice que pasó mucho tiempo esperando a que mi papá apareciera, porque a lo lejos escuchaba que lo llamaba. Vino enseguida a avisarnos, pero fue difícil hallarlo, como pudimos lo sacamos de ahí, pero nos demoramos porque todavía había abejas”, indica María José, de 22 años, una de los 11 hijos que dejó el hombre oriundo de Valledupar.

El niño de 11 años tiene picaduras en todo su cuerpo. Luis Felipe De la Hoz

“Las abejas se aburrieron de picar a mi padre. No vino nadie a socorrer, ni la ambulancia. Llamamos a la Policía y a los bomberos, pero no llegaron enseguida. Gracias a la solidaridad de los vecinos fue que pudimos trasladarlo en un taxi a la clínica Porto Azul, donde lastimosamente falleció”.

No se tiene conocimiento de cuántos insectos picaron a Pedro, pero su hija cuestiona: “¿Si a mi hermano le sacaron como 200 aguijones, cuántas abejas le habrían picado a mi papá?”.

Asimismo, denuncia que varios han sido los accidentes que han ocurrido en el monte cerca del lago. “Un niño se ahogó ahí también, encontraron una muchacha muerta en el matorral y ayer le tocó a mi papá. 

¿Quién será el próximo? Está bien que cada uno es responsable de ir a ese lugar, pero no hay señalización de nada”.

Pedro Majanrrés tenía 21 años viviendo en Barranquilla, trabajaba en oficios varios para sostener a su familia y de acuerdo con los vecinos, era un hombre querido por la comunidad. 

“Era un señor muy atento y querido. Por aquí hablaba con todo el mundo”, afirma Nelson Londoño, uno de los vecinos que fue a auxiliarlo.

“Mi papá es un héroe porque dio la vida por mi hermanito. Su muerte no fue en vano. Si no hubiese sido porque él lo protegió, Tomasito no estuviese tampoco con nosotros. Ahora queda esperar en Dios que el dolor pase y respetar su voluntad”.

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