El Heraldo
Casa donde ocurrió el crimen de ‘San Andrés’. Jhonny Olivares
Judicial

Lo mataron porque no quiso regresar a la delincuencia

‘San Andrés’ había pagado cárcel y tenía una orden de captura vigente por eso no salía de casa. Esto le costó una amenaza que cumplieron.

Por rechazar una ‘oferta laboral’ mataron a Omar Alfredo Murillo Agudelo, de 37 años,  un exconvicto, exmiembro de bandas criminales y quien tenía una orden de captura vigente por extorsión.

El ‘trabajo’ consistía en regresar a la delincuencia e integrarse a una banda criminal que opera en Barranquilla, al parecer ‘Los Costeños’, que tiene como capos a Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor.

Al parecer el ‘San Andrés’, como le decían a Omar Alfredo, se negó y les respondió que por nada del mundo iba a volver a delinquir, porque nunca más iba regresar a una cárcel. Los ‘reclutadores’ se marcharon molestos y le hicieron una amenaza: “O camellas con nosotros o te matamos”. 

Omar Alfredo era barranquillero, pero durante la mayor parte de su vida vivió en San Andrés, de ahí su remoquete. Durante su etapa en la isla fue judicializado y estuvo preso algunos años, señaló un investigador judicial.

La amenaza se cumplió

A las 2:30 de la madrugada de ayer el ‘San Andrés’ fue asesinado de tres disparos en la cabeza mientras estaba fumando en la ‘terraza’ de su casa, un cambuche ubicado en la calle 90B con carrera 10 sur, barrio Santa María, en un sector de difícil acceso, junto al arroyo. 

Fayrimar Delgado, compañera sentimental de Omar Alfredo, relató que su marido estaba durmiendo con ella, empezaron a sentir el piquete de los mosquitos y a sufrir porque el repelente se había acabado.  

“Cuando se acababa el repelente él salía a la puerta a prender basura para espantar los zancudos con el humo. Yo no sentí cuando se levantó porque estaba dormida, hasta cuando escuché los primeros disparos. Me desperté, pero no me asomé por miedo. Cuando salí no lo vi por ningún lado, caminé un poco y lo encontré tirado, muerto”, relató la mujer oriunda del estado de Valencia en Venezuela.

La pareja tenía poco más de un año de vivir en Santa María.

Omar Alfredo sabía que tenía una orden de captura en su contra desde el 30 de octubre del año pasado y por eso se quedaba en la casa y se dedicaba a la panadería, mientras su mujer salía a trabajar haciendo uñas y arreglando cabello a domicilio. 

“Hacía deditos y los vendía por encargo, por eso la gente lo conocía en el barrio”, recordó la mujer que tenía un año y medio de convivencia con Omar Alfredo.

La pareja no tenía hijos juntos, pero el ‘San Andrés’ dejo dos niños que viven en la isla con el resto de sus familiares. 

 

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