El Heraldo
Johnny Olivares.
Judicial

Juan de Acosta: sitiado por “el rumor” de los pasos del Clan del Golfo

Los habitantes de ese municipio dicen vivir bajo la zozobra por las amenazas que presuntamente realizan células del Clan del Golfo. El reciente asesinato de un campesino desató la preocupación entre los habitantes.

“Ya esto no es un remanso de paz, de acá lo que provoca es salir corriendo”. Con esa frase *Clementina describe la situación que desde hace unos meses ha sido la causante de lo que denomina “un confinamiento impuesto” en Juan de Acosta, Atlántico

“Uno solía vivir sin preocupación y si se llegaba a presentar uno cogía la bicicleta y se iba a la playa un rato y todo se le pasaba a uno, pero ahora esos días solo quedaron en los cuentos que solemos revivir con gran nostalgia”, lamentó la mujer. 

Las calles del municipio se observan solitarias, en las tiendas de los barrios los vecinos “no se atreven a conversar de nada relacionado con la inseguridad”: el rumor de que el Clan del Golfo hace presencia en el municipio es el causante. 

Desde hace meses, las noticias de que células de esa peligrosa estructura criminal vienen extendiéndose por el Atlántico han acaparado los titulares de la prensa judicial. Capturas de cabecillas, pero también incautaciones, homicidios selectivos, narcotráfico, microtráfico y extorsión hacen parte de la lista de los crímenes que se les atribuye a esta estructura en el departamento.

Han transcurrido varios días del asesinato de Marco Aurelio Molina Padilla, un campesino que se encontraba en una finca del corregimiento Media Luna. La noticia se regó como pólvora, pues era considerado como un hombre de ‘bien’, dedicado al campo, específicamente a la ganadería, pero esa escena de sangre exacerbó la zozobra y el miedo entre los habitantes. 

Días antes del crimen, en los corregimientos de Bocatocino y Santa Verónica, circularon panfletos en los que señalaban a varias personas como objetivo militar. Los papeles estaban firmados por el Clan del Golfo. 

EL HERALDO recorrió las calles de este municipio y percibió que pese a la prevalencia de las amenazas los costeros no han perdido la amabilidad y solidaridad que los caracteriza.

“Aquí todos sabemos cómo se mueven las cosas, pero para vivir hay que guardar silencio. Hacerse el loco y sonreír. Nadie se atreve a decir nada”, dijo uno de sus habitantes, consultado por esta casa editorial en una calle del municipio. 

Una llamada

Recientemente un comerciante de la población recibió una llamada a su celular, por parte de un hombre que se presentó como jefe del ala sicarial del Clan del Golfo. Este lo citó a una vereda de dicha población. 

“Lo estamos llamando no porque tenga problema con nosotros señor, usted está recomendado, queremos saber si puede venir hasta aquí y para hablar con usted (…)Sabemos dónde está ubicado”, se escucha en un audio que la víctima entregó a este medio en su visita a esa zona. Esta persona aseguró que esa “es una prueba” de que la organización tiene instalada toda su capacidad extorsiva en esta parte del departamento.  

Tras la intimidación, el costero dijo que se trasladó hasta las autoridades para exponer el caso, pero estas no le han dicho de dónde provino con certeza esa temida llamada. 

Otro de los habitantes contó que el acceso a la vía al Mar “ha sido lo peor”, porque eso, a su criterio, se convirtió en una puerta de entrada para la criminalidad. 

“Antes vivíamos con las puertas y ventanas abiertas, nos conocíamos entre todos, pero desde hace unos años se comenzó a escuchar de droga y extorsión. Es tanta la inseguridad que no creemos en nosotros mismos y preferimos mantener la puerta cerrada porque no sabemos quiénes son los que llegan a la población y con qué intenciones”, relató el costero. 

Por las amplias calles de ese municipio, adornadas de una gran variedad de árboles, también recorrieron los panfletos amenazantes, esos que obligaron a los habitantes desde hace unos días a “recogerse temprano” para no “buscar una mala hora”. 

“Por muchas de las fincas de los corregimientos esos hombres han impuesto su ley. Por esas tierras han construido corredores por donde sacan la droga hasta la playa. Allí la suben en pequeñas lanchas que llegan hasta los grandes barcos que están a pocos kilómetros de la orilla”, dijo otro de los habitantes. 

Varios policías realizan un retén para garantizar la seguridad en esa zona.
Otra visión

Cerca de la plaza central de Juan de Acosta está el corregimiento de Santa Verónica, allí los residentes y comerciantes dicen que han escuchado los ecos de la inseguridad, pero “esa no ha llegado hasta esta zona”.  

Carolina, una turista chilena, comenta, sin afanes, que buscaron ese sitio por la alegría del departamento y la tranquilidad. “Llevo un mes viajando por Colombia, he pasado por muchos lugares y no he sentido violencia”, aseguró.

Los costeros aseguran que los confinamientos que produjo la pandemia a lo largo de 2020 permitieron que esta estructura criminal se asentara en esa zona del departamento. “El encierro de ese momento fue lo que permitió todo esto. Ellos aprovecharon que la gente estaba encerrada para meterse”, dijeron. 

Una de las vías del municipio de Juan de Acosta.
Es solo percepción

El coronel Carlos Currea, comandante de la Deata, señaló que la situación que se registra en esa zona del departamento “es solo percepción” de la comunidad, pese a que reconoció que el crimen del campesino “seguramente correspondería a una actuación del Clan del Golfo”, pero la investigación está en curso. 

El oficial indicó que a la situación de inseguridad hay “que darle dos miradas”.  “Una es la mirada subjetiva y otra la que proporciona las estadísticas y los resultados operacionales. La percepción de seguridad obedece a ese panfleto y a ese crimen que afectó a ese municipio que es tranquilo”, dijo el coronel Currea. 

El oficial detalló que desde julio de 2021 la Policía ha realizado operaciones sistemáticas “golpeando la estructura del Clan”. 

“Hemos capturado a cabecillas y a hombres del ala política y a hombres dedicados a la extorsión y al sicariato. Este año hemos capturado a siete integrantes de esta estructura que se mueve por todo el departamento”, precisó Currea. 

*Nombre cambiado por seguridad de la habitante del sector

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.