El Heraldo
Integrantes del CTI extrajeron en marzo de 2016 los restos de un descuartizado en una alcantarilla de San Roque. Archivo EL HERALDO
Judicial

Formol, nailon y sutura: así se embalsama un desmembrado

Expertos consultados por EL HERALDO explican las etapas por las que pasan este tipo de cadáveres hasta ser sepultados. Director de Medicina Legal habla de la inspección previa.

Con el primer cadáver desmembrado el tanatólogo Carlos Santo Domingo confiesa que se sintió atónito. El cuerpo de un hombre de mediana edad fue encontrado en 2013, en una vereda de Yondó, Antioquía, partido por la mitad. Al verlo, Carlos se estremeció. Ocurrió hace cuatro años, pero dice que lo recuerda como si hubiese sido ayer.  

La práctica de embalsamar se remonta a la época del antiguo Egipto. Un acto de profundo significado antropológico, que cuando trata cadáveres fragmentados adquiere mayor complejidad. Un reto para los tanatoprácticos a la hora de hacer que el muerto se parezca más al vivo.

Para Róbinson Patiño, tanatólogo y asesor de servicios funerarios en Barranquilla, los casos de descuartizados más difíciles son los relacionados con menores de edad. Son escasos, pero cuando los hay suponen un desafío a la sensibilidad del profesional. No involucrarse emocionalmente con la labor; casi como estar muerto en vida para maquillar el rostro de la parca.

Inspección

En este proceso el cuidado del cadáver empieza desde el Instituto Nacional de Medicina Legal. Aunque esté desmembrado, el protocolo de inspección es el mismo: intervención, observación y análisis. De acuerdo con Carlos Valdés Moreno, director general de la entidad, el primer paso consiste en revisar todos los elementos que permitan identificar la parte del cuerpo amputada.

“Se hace la observación para ver características, si hay señales particulares, cicatrices. Se hacen mediciones antropométricas, estudios radiográficos y luego se realiza el estudio anatomopatológico para mirar si el segmento (parte del cuerpo amputada) tiene alguna enfermedad o trauma”, explica por teléfono el funcionario.

Finalmente se toman muestras de ADN que serán cotejadas con el código genético de algún familiar o una muestra biológica. Cuando no se tienen estas, ni huellas ni la carta dental, el instituto guarda el cuerpo en una nevera. Si no hay cupo en la sede, le solicita a la respectiva Alcaldía, que por ley debe pagar la inhumación, que ubique temporalmente el cadáver en una fosa individual.

“Cuando no se tiene la cabeza, que da mucha información, es muy difícil entregar el cuerpo a una familia porque es doloroso”, puntualiza Valdés.

Un policía observa el lugar donde fue encontrado el cuerpo decapitado de Rodys Campo Guerrero.

Formol

En la funeraria todo cuerpo es preservado con formol (formaldehído) para evitar que continúe la descomposición de tejidos y vasos sanguíneos. En el caso de los desmembrados, a cada una de las partes cortadas se le inyecta el compuesto químico por separado y es introducida en una especie de tina con formol puro para disecarla.

“Cuando se trata de la cabeza uno busca la arteria aorta, al lado derecho de la yugular, para inyectarle el formol”, afirma Santo Domingo.

El compuesto químico hace el recorrido completo como si fuera la sangre, va quemando, disecando la carne, los cartílagos y los nervios. De acuerdo con los expertos, cuando el formol no se repliega correctamente en la cabeza, se le inyecta con una jeringa en las partes blandas del rostro, como los pómulos, los labios o los ojos.

Después los pedazos desmembrados son envueltos en papel polipropileno y luego introducidos en bolsas plásticas con material secante, como aserrín y talco con olor.

“Cuando el cuerpo está fresco se puede hacer la reconstrucción, pero cuando tiene varios días, por ejemplo en un solar, ya no está en condiciones. Sale de Medicina Legal, con caja sellada, directo al cementerio”, advierte Patiño.

Sutura

Una vez los segmentos están listos se procede a la fase de suturas con nailon, quizás la más tediosa del proceso. De acuerdo con Santo Domingo, el tiempo promedio que demora un tanatólogo en coser cada una de las partes varía entre los 40 y los 90 minutos. Para cada cosida se necesitan entre dos y diez metros de nailon. Todo depende del grado de daño que haya tenido el segmento y la asimilación del formol. 

La cabeza es la parte más compleja. No solo por ser la más importante a la hora de ser velado, sino porque requiere un cuidado minucioso si se decide coser. Para Santo Domingo cuando esta es separada del cuerpo no se puede volver a pegar porque el nailon en esa zona “no resiste los movimientos  que se le hacen al cuerpo y puede generar rasgaduras en el resto de la piel”.

Sin embargo Patiño argumenta que sí es posible, siempre y cuando el cuerpo y la cabeza estén frescos. Desde hace dos semanas atiende el caso más reciente de desmembramiento acontecido en Barranquilla: el cadáver decapitado del exconvicto Rodys Alberto Campo Guerrero, de 30 años, encontrado el pasado  16 de marzo en el barrio La Bendición de Dios, suroriente de Barranquilla.

Decapitado

Un tío de la víctima reconoció el tatuaje que tenía en su pierna derecha, que ilustraba el nombre de su madre con una espada y una iguana. La Policía maneja la hipótesis de que dos hombres se llevaron en una moto a Campo Guerrero de Rebolo, barrio donde vivía, al sector de Villanueva y allá le quitaron la vida y lo mutilaron. Luego lo habrían tirado en el sector de La Bendición de Dios. 

El 20 de marzo, después de que fuese sepultado el cuerpo, apareció la cabeza a una cuadra del primer hallazgo. Medicina Legal aún no la ha entregado.

“Con los desmembrados las familias suelen pedir el cofre sellado, así ocurrió con el del hombre decapitado. Ahora hay que sacar un permiso en el cementerio Calancala para hacer la exhumación del cuerpo y proceder hacer la nueva sepultura con la cabeza”,  explica Patiño.

En este caso, como había sido cerrado el cuello y han pasado varios días, no es posible coser la cabeza de Rodys al cuerpo. Los tanatólogos suelen ubicar esta en la parte superior o inferior del cofre. Algunos, tras consultarles a las familias, pegan una foto en vida del fallecido en el vidrio del féretro. Algunos como Santo Domingo y Patiño el oficio de hacer autopsias les ha permitido descubrir los rostros más crudos de la violencia y el dolor de un ser querido. 

A través de sus manos han palpado la muerte en múltiples modalidades para honrar a la única vida.

Los casos: Van 16

El cuerpo decapitado de Rodys Alberto Campo Guerrero, hallado en La Bendición de Dios, es el caso número 16 de personas desmembradas desde 2011 en el área metropolitana de Barranquilla. El anterior hallazgo ocurrió el pasado sábado de Carnaval, en la carrera 6 con calle 21 del barrio La Luz, donde fue encontrado Jesús Alberto Tovar Mejía, de 24 años. Trabajaba como carricochero y residía en la calle 7 del mismo sector.

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