En vídeo | Presos de la URI de Barranquilla tienen sus guardianes durante la cuarentena

Una cajita de icopor con un mensaje en la tapa se ha convertido en un símbolo de solidaridad y amor para para 47 hombres y mujeres señalados de ser delincuentes.  Mientras la mayoría de barranquilleros cumplen la cuarentena nacional en sus casas junto a sus familiares, ellos permanecen alejados de la sociedad por cuenta de la justicia. Pero hasta allí, en medio de la crisis sanitaria por la expansión del coronavirus, les llega la esperanza en forma de almuerzo.

Lejos de tener siquiera la posibilidad de incumplir el decreto de aislamiento preventivo obligatorio en el país, los detenidos que permanecen en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y el Centro de Servicios Judiciales -a la espera de que un juez defina su próximo destino- están a punto de cumplir dos semanas sin poder ver a sus familiares en visitas o recibir alimentos y ropa que estos les solían llevar.

Bajo la única luz de las lámparas de las celdas, no cuentan sino con la compañía de ellos mismos y el convencimiento de que sus seres queridos no les llevan alimentos porque deben evitar contagiarles del temido COVID-19.

Pocos son los que se duelen de la situación de los presos en medio de la crisis sanitaria, pero, aún así, hay quienes se levantan temprano cada día para extenderles la mano. Se trata de un grupo de ciudadanos y funcionarios de la Fiscalía Seccional Atlántico que desde este miércoles, primer día de cuarentena nacional, asumieron voluntaria y desinteresadamente la responsabilidad de velar por la alimentación de los detenidos.

De acuerdo con Humberto Javier Vargas Peñaranda, coordinador de la fundación Alfareros de la Libertad, desde el pasado miércoles 24 de marzo y hasta el lunes 13 de abril, tres personas están encargadas de llevar todos los días la comida de los detenidos, la cual es preparada por otras personas en cuatro casas de la ciudad, con donaciones de los miembros de la fundación y funcionarios de la Fiscalía.

“Tuvimos conocimiento de que debido a la cuarentena decretada a nivel nacional, las personas detenidas en la URI y el Centro de Servicios no iban a poder recibir comida por parte de sus familias y decidimos contactar al coordinador del Grupo Vida del CTI de la Fiscalía para que nosotros nos encargáramos de suplir las necesidades alimentarias de los presos”, relató Vargas.

Ante la aprobación de las autoridades y las donaciones de los miembros de la fundación, se decidió que entregarían un total de 950 almuerzos, racionados en 50 diarios, durante los 19 días de vigencia del decreto de cuarentena nacional.

“Esto lo hacemos con mucho amor al servicio. Queremos enviarles un mensaje a los familiares de los detenidos en la URI y es que no se preocupen, pues sus familiares van a estar bien, les estamos dando buenos alimentos, balanceados, y que sepan que hasta el 13 de abril se les llevarán sus almuerzos sin falta y a la hora indicada; así que no se preocupen por eso, solo por acoger las medidas preventivas por el coronavirus”, aseguró Vargas a EL HERALDO.

Además, dijo que, además de las comidas, habían entregado este jueves a los detenidos kits de aseo personal para que pudieran aplicar las recomendaciones del Ministerio de Salud y la Alcaldía Distrital sobre los cuidados que deben tener en este tiempo. Dichos kits incluían gel antibacterial, cepillo y pasta dental, champú, jabón de ropa y de tocador, y papel higiénico.

“Todos somos voluntarios. Tenemos labores normales, pero amamos este espacio para tratar de ayudarlos (a los presos) y servirles”, concluyó Humberto Vargas.