El Heraldo
La familia de Pedro Antonio Torres Acosta a las afueras de su residencia en la carrera 1G con calle 49B. Luis Felipe De la Hoz.
Judicial

“Dijo que iba bien, pero no sentía la pierna”: padre de Policía asesinado

Uno de los policías que fue víctima del atentado el pasado jueves en Córdoba murió luego del disparo que recibió en la pierna. El fallecido era natal del barrio Carrizal en B/quilla. 

La familia de Pedro Antonio Torres Acosta se reunió a las afueras de su residencia en la carrera 1G con calle 49B en el barrio Carrizal. 

Debajo de un polisombra negro que colocaron para mitigar los fuertes rayos del sol, se sentaron a vivir el duelo que comenzó las 4:30 de la madrugada de ayer, cuando murió su familiar en una clínica en Montería, a 400 kilómetros de distancia. 

Su padre, Javier Torres, viste de blanco y se sienta cabizbajo en una silla de plástico. 

Su hijo, quien hacía parte de la seccional de Tránsito de Córdoba desde hace unos meses, recibió un impacto de bala en la pierna izquierda que comprometió una arteria durante un operativo que adelantaban las autoridades en la vía que conduce a Arboletes, Antioquia.  

El subintendente Juan Pedrozo Castro y el patrullero Juan Arteaga Lechuga también resultaron heridos durante el atentado.

“Él me llamó ese día (jueves), y me dijo que estaba bien, pero que no sentía la pierna”, relató el padre, quien recibió la llamada de su hijo desde la Clínica Central de Montería. 

Las autoridades atribuyen el atentado al ‘Clan del Golfo’, quienes son señalados de comenzar un ‘plan pistola’ en el país. Nueve uniformados han muerto en los últimos días a raíz de esta ola de violencia. 

“Seguramente perdió mucha sangre, desde ese momento no pude hablar más con él, pero yo estaba tranquilo, pensé que iba a salir todo bien”, continuó el padre de la víctima, quien creyó en ese momento que la situación no revestía gravedad. 

Javier Torres, padre de soldado fallecido. Luis Felipe de la Hoz

Días antes, Pedro había hablado con su padre y le había manifestado preocupación por el ‘plan pistola’ que ya había cobrado la vida del patrullero César Orlando Chávez González, de 26 años, hace una semana. 

“Esto está peligroso por acá, papá, pero no se preocupe”, fue la frase que más resonó en la cabeza de Javier días después cuando escuchó del atentado en contra de su hijo. 

El hombre, quien perteneció al cuerpo de Policías desde 2003, cumpliría 14 años de servicio en octubre. El natal de Barranquilla llevaba siete de ellos sirviendo en Córdoba. Era el tercer hermano de seis. 

Allá vivía junto a su esposa Liliana Vanegas e hija de 3 años, quien era “la luz de sus ojos, cuando la veía le cambiaba la cara”, recontó el padre sobre su nieta. 

La pareja había perdido a una hija de dos meses en 2011. 

La familia pide “justicia” y esperan una condena por parte de las autoridades, ya que “estos bandidos delinquen y ni les importa quién es la persona”. 

“Era un buen hijo, un buen padre y, sobre todo, un buen amigo”, repite en voz alta su padre, intentando darle sentido al porqué de los hechos. 

Recuerda ese último encuentro que tuvieron hace unas semanas. 

“Él vino de abril 23 al 26 a descansar. Él tenía tanta vida por delante, nunca me imaginé que no lo vería más después de ese día”, cerró el padre del uniformado, quien esperó hasta altas horas de la noche el cadáver de su hijo que venía desde Montería. 

El Comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Mariano Botero Coy, dijo que el fallecido será recibido como un “héroe”.

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