De un disparo en la frente muere campesino en Repelón
La víctima estaba cazando en la Loma de Polvá, más conocido como ‘El Cerro’, en zona rural de Repelón, cuando recibió el disparo, al parecer, de manera accidental.
Cuando salió de cacería con unos compañeros en el área rural de Repelón, sur del Atlántico, Rafael Moreno Cantillo, de 59 años, recibió un impacto de bala en la frente que le produjo la muerte después de tres días de permanecer en observación médica en la Clínica Campbell de la 30.
De acuerdo con Bladimir Moreno, único hijo del fallecido, Rafael estaba cazando en Loma de Polvá, conocido como ‘El Cerro’, cuando recibió el disparo. “Mi papá era campesino. Tenía varios años trabajando con un señor que se llama Tarsicio. Al salir del trabajo le gustaba ir a buscar animalitos. Se encaramaba en los árboles para cazarlos”, dice.
De acuerdo con la versión de los hombres que lo acompañaban, la muerte de Rafael fue un incidente, pues se le disparó la escopeta que cargaba. “El patrón dijo que fue un accidente. Mi papá tenía el armamento. Dice ese señor que cuando sintió fue el disparo y que al mirar, ya estaba mi papá tirado, igual que el arma”.
El hecho se registró el miércoles a las 10 de la mañana, pero, según dice Bladimir, solo hasta las 2 de la tarde pudieron trasladarlo hasta el Hospital de Repelón. “El patrón no nos dejaba pasar hasta donde estaba mi papá y eso que estaba con vida, no sé si creería que íbamos a hacerle algo. Pero ni a mí que soy su único hijo me dejaba seguir. Después de varias horas fue que lo llevamos al hospital. Mi papá solo era un simple empleado del señor Tarsicio”.
Rafael Moreno Cantillo vivía en la calle 3 con carrera 9, del barrio John F. Kennedy, en Repelón, era casado y su familia afirma que era un hombre “muy feliz”. “Yo no me explico por qué pasó esto, si mi papá no se metía con nadie. Era muy alegre, un tipo sano que solo se tomaba sus traguitos de vez en cuando. No creemos que las cosas hayan pasado como dicen porque es muy raro que uno mismo se dispare en la frente sin querer. Además, el armamento estaba lejos de mi papá”.
Rafael Moreno no despertó del coma en el que quedó tras recibir el tiro, y su familia vive en la incertidumbre de saber qué fue lo que en realidad pasó.
