La variada información que brindan las instituciones de educación superior, la diversidad de programas, ferias y guías de docentes le facilitan al estudiante su elección final.
Debido a la amplia gama de posibilidades que, hoy día, brindan las universidades, cada vez es mayor el porcentaje de bachilleres que saben qué carrera estudiar y así alcanzar el éxito para su futuro profesional.
Según Mónica Rincón de Castro, rectora de la Fundación Colegio Cristiano El Salvador (Fcces), a nivel institucional, a los estudiantes de grado 11 se les brinda una amplia orientación profesional, y la mayoría tienen muy en claro lo que quieren ser a futuro.
“El 80% de los estudiantes de último grado ya están bien encaminados y tienen definida la carrera que quieren seguir en sus vidas”, afirma la directiva.
Rincón explica que hoy día, no se escucha que “un estudiante fracasó o está haciendo algo diferente a lo que soñó, se proyectó o pensó que era su vocación”, la variada información que suministran las universidades, programas especiales, ferias y guías de docentes, juega un papel muy importante en la decisión final del estudiante.
“Nosotros hacemos contacto directo con las universidades privadas de la ciudad para que los estudiantes conozcan los diferentes programas de educación superior, además le facilitamos la asistencia a diversas ferias universitarias”, agrega.
Como parte del éxito profesional del estudiante, la rectora de la Fcces destaca que a los estudiantes más sobresalientes académicamente se les brinda la oportunidad de formarse fuera de Colombia, en dos universidades, ubicadas en la ciudad de Oklahoma en los Estados Unidos.
“Con el lema ‘Tu eres el protagonista de tu historia’, además de orientarlos desde el aula de clases, de manera personalizada y externamente, desafiamos a nuestros alumnos para que sean Pilos, se esfuercen y no vean la dificultad económica como el obstáculo para dejar de ser profesionales”, concluye Mónica Rincón.
Fortalezas del estudiante
Alejandro Narváez Echeverría, coordinador de grado once de la institución, explica que las ayudas que se le brindan a un estudiante cuando está en el proceso de transición del bachillerato a la universidad influyen positivamente y le permiten afianzar su decisión.
Como docente de Matemáticas y Física precisa que, desde las asignaturas, cada profesor puede identificar en los estudiantes de último grado, sus potencialidades en las diferentes áreas, para fortalecerlas, lo cual le permitirá al alumno visualizar su campo profesional a futuro.
“Los muchachos de manera natural se van ubicando en el área que ellos piensan que pueden desempeñarse de la mejor manera y al ingresar a la universidad evitará la posibilidad de una deserción”, dice.
Narváez considera que, si a un estudiante le gusta una carrera, aunque su progreso no sea de excelencia en el primer semestre, “él insistirá, porque eso es lo que le gusta”.
“Desde la parte docente detectamos y trabajamos en las fortalezas en cada uno de los estudiantes, para motivarlos si tienen las características en un determinado programa y si es su perfil”, añade.
Entre otros aspectos, Narváez destaca el acompañamiento del padre de familia, a quien se le da a conocer las fortalezas y debilidades de su hijo, para que este tenga un espectro general, pueda conocer sus capacidades, brindar una opinión y guiarlo para la escogencia de una carrera futura.
Gracia Pusey, psicóloga, psico-orientadora y experta en orientación psicológica y profesional, manifiesta que en esta etapa, el joven debe ser el mismo, no dejarse influenciar por ideas y criterios de otros, ya que es una etapa de autoconocimiento que le permitirá tomar decisiones autónomas y llevar de manera adecuada y responsable la transición hacia la vida universitaria.
Entretanto, señala que la motivación de los padres en esta etapa es fundamental, así como durante toda la vida del ser humano. Sin embargo, en la transición escuela-universidad, el joven requiere de un acompañamiento continuo por parte de sus padres como guía y orientadores en la toma de decisiones, sin llegar a imponer criterios o ideas propias; debe ser ayudando a construir un proyecto de vida acorde a los intereses y motivaciones del joven.
