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Planes de arborización comienzan a expandirse a nivel regional

Montería y Barranquilla cuentan con estrategias claras que ya han dado los primeros resultados.

A la orilla del Sinú, Montería, la capital del departamento de Córdoba, se erige como un punto verde y fresco en medio de la canícula inclemente del sol del mediodía, mientras sus habitantes y visitantes pueden guarecerse bajo la frondosa vegetación que inunda cada punto de esta ciudad, considerada como una de las que mejor y mayor arborización tienen en Colombia.

El malecón a orillas del Sinú tiene un enorme techo verde tejido en hojas de cauchos, almendros, bongas y otras especies de árboles, muchos de ellos con decenios de historia, bajo los cuales se han surtido las más encantadoras historias de un cuento hecho desde el corazón verde del Caribe colombiano.

Montería sigue sembrando árboles. La Ronda del Sinú, el parque lineal más largo de Latinoamérica, es el pulmón verde de la ciudad y entre su flora convergen árboles nativos como bongas, cedros, cauchos, almendros, palmeras, mangos y robles, pero la variedad de especies arbórea existentes en diferentes puntos de la Perla del Sinú la hacen única, pues también cuenta con mangle zaragoza, oiti, neem, guayaba dulce y palma de manila.

Actualmente, de acuerdo al censo arbóreo realizado por la Alcaldía, hay sembrados más de 85 mil árboles en el espacio público urbano y se proyecta sembrar otros 326 mil más mediante el proyecto Betancí.

Los árboles son primordiales para mantener la biodiversidad biológica, pues prestan diferentes servicios ambientales, como producción de oxígeno, retención de contaminantes, generación de microclimas para regular la temperatura y mejorar la calidad de vida.

Así mismo, fijan los suelos de los alrededores de donde existen, filtran las aguas y sirven como hogar y refugio de todo tipo de especies animales. En Montería la comuna que más árboles tiene es la Cuatro, con un total de 18 mil 930 árboles.

En lo que va corrido de este año, se han sembrado mil 300 árboles frutales, 750 maderables, 25 mil plantas ornamentales, 4.075 metros cuadrados de grama y se taparon cerca de 300 árboles secos que representaban peligro en diferentes zonas verdes y parques.

Así mismo, a más de 2 millones de metros cuadrados se les hizo mantenimiento entre zonas verdes y duras, mientras que más de 70 mil metros cuadrados fueron regados durante la época de sequía, y a 300 mil metros cuadrados se les hizo mantenimiento en diferentes escenarios deportivos.

 

Es fundamental formar a las nuevas generaciones para enfrentar el cambio climático y otras realidades ambientales.

Barranquilla no se queda atrás

Pero el buen ejemplo de Montería ha sido seguido por más ciudades del Caribe. En la capital del Atlántico se tiene la meta de sembrar unos 300.000 árboles, para lo cual se creó el programa Siembra Barranquilla, que se proyecta como la iniciativa de arborización más grande en la historia de la ciudad, con una trascendencia en el tiempo de hasta 20 años y que promete reducir hasta en 6 grados la sensación térmica en los lugares donde se realicen las siembras masivas.

Desde que comenzó el programa en 2018 se han sembrado 120.000 nuevos árboles y recuperado 412.000 metros cuadrados de jardines adicionales a los parques. El objetivo, a mediano plazo, es sembrar 135.000 árboles jóvenes y crear más de 783.613 metros cuadrados de jardines en Barranquilla y su área metropolitana.

El paisaje de La Arenosa, hoy es adornado por algarrobos blancos, olivos verdes, robles morados y otras especies más de árboles de entre tres y cinco metros de altura.

Las principales calles y avenidas de la ciudad se sienten más frescas.

Desde la administración distrital se asegura que desde que se inició este proceso en la ciudad se han sembrado 112.520 árboles, se han recuperado 346 zonas verdes y 337.429 metros cuadrados de paisajismo, en las cinco localidades de la ciudad.

La revolución verde de la capital del Atlántico ha contribuido a que ya no sea reconocida como la ciudad con menos espacios naturales en el país.

Décadas atrás, el 60% de Barranquilla eran zonas duras; los habitantes no tenían posibilidad de interactuar con la naturaleza. Hoy es diferente.

Las ejecuciones del programa buscan convertir a Barranquilla en la primera biodiverciudad de Colombia, y para eso se trabaja con base en estudios realizados por expertos que trazan una ruta. Una de esas investigaciones sobre silvicultura, arrojó los tipos de árboles que más se adecúan a las condiciones medioambientales de la ciudad: alistonia, clemón, roble morado, acacia, olivo verde, lluvia de oro, uva playa, almendro, algarrobo blanco, bonga y otros.

Da gusto ver las ciudades del Caribe vestidas de verde y aunque Montería y Barranquilla hayan tomado la iniciativa, en toda la región existe el afán porque este telón de oxígeno y frescor, cubra por completo a esta región cálida y amable.

 

Montería es un referente nacional en materia de arborización.
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