De alumno a profesor, la docencia como alternativa laboral
Algunos jóvenes encuentran en sus profesores un ejemplo a seguir, al punto que después quieren ejercer la labor de la docencia, es por ello que al terminar sus carreras deciden capacitarse para ser catedráticos o docentes de tiempo completo.
No importa la profesión que hayan estudiado, estar parado frente a un salón de clases para transmitir conocimientos es una pasión que muchos siguen. Por ejemplo, Andrés Vargas Rubio, quien estudió Comunicación Social – Periodismo en la Universidad Autónoma y adicionalmente cursó una maestría en Ciencias de la Comunicación con énfasis en Socio-Semiótica de la Comunicación y la Cultura, en la Universidad del Zulia reconoce que ccomo docente se desarrolla un ejercicio de permanente reflexión profunda y rigurosa sobre su qué hacer profesional, esto es lo que asimila a un profesor con un estudiante: reconocer que su conocimiento y su práctica no están acabadas; están en profunda transformación. Por lo tanto, la creatividad para reinventarse, la seducción por el conocimiento, para crearlo y compartirlo, y la necesidad de hacerse mejores preguntas que otorguen sentido a lo que ocurre a su alrededor debe ser una constante en su vida.
Uno de los puntos clave de dedicarse a la docencia, después de haber sido estudiante es que se está en un constante proceso de conocimiento en donde el maestro aprende de sus alumnos, es decir, en este siglo no se ve al estudiante como un ser que solo llega a recibir sino que también hace parte de la dinámica de la construcción de conceptos y es capaz de transmitir a su educador.
Testimonios
Andrés Vargas: Descubrí que en la Docencia Universitaria hay un mundo que me permite y me obliga a reinventarme todos los días. No solo me mantiene actualizado, es el lugar donde mis inquietudes encuentran suelo fértil para elaborar preguntas que me lleven a otros destinos de mi propia disciplina y a comprender aquello que antes no comprendía; a darle un sentido.
Amilkar Llorente: La experiencia como docente es compleja, pero gratificante. Uno debe estar preparado para lidiar con diferentes personalidades, algunas llevaderas y otras complejas, pero siempre se debe actuar de manera profesional bajo el entendido que los estudiantes terminan siendo en parte un reflejo de los contenidos que reciben. Se debe ser responsable con lo que se enseña.
Liliana Macías: Siempre me ha llamado la atención el hecho de despertar en las personas su capacidad de pensar, me encanta desarrollar las competencias lectoras y analíticas de mis estudiantes, es por ello que día a día me capacito como docente para enseñar mezclando mis actividades diarias correspondientes a mi trabajo.
Pasar de estudiante a docente es una experiencia inexplicable.