Cómo cambió nuestro día a día
El coronavirus hizo que cambiáramos nuestra forma de vida con la cuarentena. También cambiaron las ciudades, la economía y las ideas.
Casi sin darnos cuenta comenzamos a hablar del coronavirus. ¿Qué cuándo ocurrió esto? Creo que fue el 11 de marzo, el día en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró como una pandemia. COVID-19 viene de las palabras corona y virus (enfermedad), y 19 corresponde al año en que apareció el brote que fue informado a la OMS el 31 de diciembre del 2019.
En un inició lo vi lejos, porque el brote comenzó en China, pero con el internet y las redes sociales cada vez lo comenzamos a sentir más cerca cuando nos dimos cuenta que era un virus mortal.
Luego comencé a preocuparme por los amigos en Europa, que fue el segundo epicentro del coronavirus después de China y a conocer las cifras de los afectados que cada vez iban en aumento, sobretodo en Italia y España, y después en Estados Unidos, con desenlaces fatales. Algunos de los cuales resultaron ser familiares de amigos.
Hasta que llegó a Colombia y el presidente Iván Duque comenzó a anunciar medidas que sonaron alarmantes. Y muy rápidamente ordenó la suspensión de las clases en colegios y universidades, el aislamiento preventivo obligatorio, el cierre de las fronteras, y de un momento a otro el país cambió.
Quedarse en casa era lo único que podía salvarnos y para ello el gobierno nacional ordenó una cuarentena de 19 días a partir del 24 de marzo. Desde entonces nuestra rutina es otra. Debemos lavarnos las manos por lo menos cinco veces al día, evitar darnos besos, abrazos, y proteger a nuestros adultos mayores, además de brindarle nuestro afecto con la debida distancia. Sólo se puede salir a la calle por casos excepcionales, con “pico y cédula”, y el que lo haga tiene que llevar medidas de seguridad, como el tapabocas para evitar el contagio.
Algunas empresas tuvieron que cerrar, otras operan bajo la modalidad del teletrabajo, pero los que están dando la vida por nosotros, en pie de lucha contra el COVID-19, son los médicos y enfermeras que día a día atienden a los contagiados por este virus. Ellos merecen nuestra admiración, respeto y gratitud. Tenemos que salvaguardarlos. Todo en la ciudad funciona a media máquina, los vehículos, el comercio, la movilidad de las personas y hay mucho control policial que ordenó el alcalde Jaime Pumarejo para evitar que la gente esté “mamando gallo” en la calle. De hecho han sido multadas muchas personas que no han podido justificar su salida.
