Hinchas con micrófono
Las nuevas generaciones del periodismo, concretamente los que se dedican a comentar fútbol, en su gran mayoría, no han sabido mantener el alto nivel de opinión que durante mucho tiempo nos hizo deleitarnos y conocer en profundidad “letra menuda” del balompié. Desde la fluidez en la expresión, hasta un léxico amplio y descriptivo, lejos de los limitados “vocablos” facilistas que hoy notamos en transmisiones de radio y televisión.
Es así como vemos en la pantalla chica a algunos sujetos sosteniendo transmisiones de fútbol “solo hablando” (lo cual debe ser un talento), pero no sustentando la imagen que llega al televidente, limitándose a hablar sobre generalidades y no de la entraña del fútbol mismo; igual o peor ocurre en la radio, donde se confunde permanentemente la definición de concepto y comentario, en lugar de transmitir a los oyentes lo que está ocurriendo en el partido comienzan a decir lo que “en su opinión” debería pasar o como deberían jugar o lo que tendría que hacer el técnico, mas no se analiza la situación concreta del juego.
La misión de quienes realmente escogimos esta profesión por vocación y no por ser hinchas de uno u otro equipo o porque la carrera de comunicación social y periodismo no tiene matemáticas conlleva un alto porcentaje de ética la cual nos “obliga” a independizar, en lo posible, un afecto o un sentimiento atado a una situación de tipo profesional, en este caso a un equipo de fútbol. No se trata de despotricar por lo mal que jugó el equipo de casa para que no se nos tilde de “hinchas”, ni de alabar y defender lo indefendible a ultranza para que digan que “amamos” al equipo, NO!, se trata de no perder nunca la objetividad y mucho menos la ecuanimidad que nos debe hacer diferentes a la gente del común con profesiones y actividades diferentes a la del comunicador que se supone es un experto en orientar la opinión pública.
El oficio de periodista nos invita a leer, documentarnos constantemente, conocer reglamentación no solo de fútbol sino de la mayoría de deportes posibles, no es extraño que en nuestro medio muchos periodistas especializados en deporte desconozcan la terminología, reglas y nombres de protagonistas de otras disciplinas, incluso del mismo fútbol.
Hagamos un alto en el camino, seamos autocríticos y comencemos a retomar el alto nivel de opinión basados en el aprendizaje constante, finalmente el público necesita una auténtica guía, necesita profesionales idóneos que sean capaces a través de sus palabras y escritos de plasmar y describir lo que algunos no entienden o lo que muchas veces piensan y no saben cómo decir para verse o no identificados con una propuesta periodística que debe ser lo más objetiva posible. De lo contrario, no habrá diferencia entre quienes nos preparamos para este oficio y quienes se sientan en una esquina a lanzar opiniones que pueden ser acertadas o no, pero sin la responsabilidad y el criterio que un comunicador debe tener para no terminar convirtiéndose en un simple “hincha con micrófono”.