En promedio una persona pasa siete horas al día, 2.555 horas al año y 153.000 minutos cada vuelta de la tierra al sol, en la cama. Ya sea durmiendo, viendo televisión, teniendo relaciones sexuales e incluso comiendo, el colchón es el elemento que brinda confort y seguridad a los usuarios.
El significado del colchón, según la Real Academia Española, es “una pieza rectangular de un material blando o elástico que se coloca sobre la armazón de la cama o sobre otro soporte para tumbarse en ella”. Es decir, es el objeto en el que reposamos cada día.
Los hay de distintos materiales, tecnologías y precios, dependiendo de las necesidades de cada persona. La vida útil de éstos también varía de acuerdo al uso que se le dé y es relativo. Pero ¿cómo saber cuál es el tiempo prudente para cambiarlo para prevenir afecciones a la salud?.
Una encuesta realizada a una población de 70 personas, a las que se les preguntó cada cuánto cambian el colchón, arrojó que el 21% de los encuestados lo cambia cada cinco años. Por otra parte, el 17% lo cambia cada 10 años, el 16% cada seis; y diez personas lo cambian cada tres o cuatro años. Incluso hubo usuarios que afirmaron cambiarlo cada 20 años.
De acuerdo a Esthanedh Motta, pionero del método de masoquiropraxia reconstructiva, especialista en técnicas de ajuste vertebral totalmente manual, “cuando compramos un colchón nos dan cinco y hasta 15 años de garantía, eso ha confundido al consumidor, pues creen que va a estar en perfecto estado durante todo ese tiempo y no es así. En cuatro años un colchón podría estar un 80% deteriorado lo que va a ir generando algunas molestias físicas”.
El especialista indicó que no todos estos elementos tienen la misma vida útil, esto debido a que cada persona le da un uso diferente. “No es lo mismo el colchón de una mujer que es madre de tres hijos al de un universitario que además trabaja y llega a su casa solo a dormir, por ello varían las condiciones”, indicó.
Teresa y Manuel Cabarcas son una pareja sincelejana que han usado su colchón por más de 29 años. Este fue hecho especialmente para ellos en Barranquilla, por problemas de salud de los esposos. “El colchón lo hicieron para nosotros por los dolores de columna que tengo y porque a mi esposo le dio una isquemia cerebral. Lo mandamos a hacer ortopédico, y ha salido tan bueno que aún lo usamos”, comenta Teresa. Anualmente le hacen mantenimiento para que se conserve.
Como esta pareja hay personas en el país que no cambian su colchón con regularidad. Sin embargo, en muchos casos no renovar este objeto de descanso puede traer consecuencias de salud.
“Algunas personas esperan los cinco o 15 años de garantía para cambiar el colchón y eso no es lo recomendable”, asegura Motta.
En el mismo sentido, afirmó que en “muchas ocasiones los pacientes los culpan de ser los responsables de los problemas de columna y de los dolores de espalda y no es así. Debemos tener conciencia de que en muchos casos ya nuestro sistema musculoesquelético está presentando fallas y las empeoramos con un mal colchón, pero por el contrario esperamos que este nos solucione”.
El especialista advierte que “al momento de acostarnos lo debemos hacer en una correcta posición y tener buena estabilidad física, que la columna vertebral esté bien alineada y la cadera en su puesto, y que además el hueso sacro esté perfectamente alineado con las primeras lumbares torácicas hasta llegar al cuello”.
Por su parte, el médico ortopedista Luis Torres Varona, adscrito a la clínica Iberoamérica, señaló que “antes se tenía la creencia que entre más duro el colchón era mejor y esto no es completamente cierto, pues es relativo en cada persona. Lo realmente importante es que este sea cómodo y ergonómico. Es decir que sea uno que permita hacer un reposo confortable. No por más duro que sea el colchón va a ser mejor”.
Asimismo, dijo que respecto a los pacientes que acuden a él por molestias en la espalda no atribuyen estos a un mal colchón. “Las consultas que se reciben por dolor en la espalda relacionado con el colchón no es mayor al 5% de los pacientes”, concluyó.
Recomendaciones
Motta sugiere que se tenga en cuenta la garantía de este para hacer el cambio. “Cuando el colchón tiene una garantía de cinco años, en realidad tiene una vida útil de tres; y si tiene una garantía de 15 años, no se debe usar más de siete”, dijo.
Del mismo modo opina Torres Varona, quien recomienda cambiarlos cada dos o tres años, dependiendo del estado en el que se encuentre.
Asimismo, recomendaron dormir en un colchón semiduro o semiortopédico que proporcione confort y apoyo al mismo tiempo. Además de rotarlo tres o cuatro veces al año y que las tablas donde repose no sean flexibles, pues estas son el punto de apoyo primario.
Cómo saber si ya es hora
Cuando al momento de estar acostado se empiezan a sentir grumos, resortes salidos, bolas o desgaste será necesario adquirir otro, pues esto puede ocasionar problemas de columna.
Higiene
Al ser un elemento en el que pasamos tantas horas al día, se concentran distintos organismos en su interior como ácaros, polvo o bacterias que se intensifican con el pasar de los años. Una buena higiene de esta superficie puede extender la vida útil de los colchones.
Tipos de colchón
Según los conocedores de la industria del colchón como Armando Caicedo, gerente de Americana de colchones, Mario Ruiz, de Serta y Carlos Díaz, director de la categoría dormitorios de Muebles Jamar, existen tres líneas que clasifican los colchones: la natural, la clásica y la premium. Estos se diferencian por los materiales y las tecnologías de fabricación.
Entre los de la línea natural, están los hechos de espuma de alta densidad con propiedades relajantes. Además, hay antialérgicos y de látex, los cuales brindan una temperatura estable.
También los hay clásicos, con resortes y espumas que mezclan la tecnología de soporte y espumas inteligentes.
Y los premium tienen sistema pocket que absorbe el peso del cuerpo, brindando adaptabilidad y equilibrio. Estos garantizan confort por las dos capas de espuma que se amoldan de forma ergonómica al cuerpo.
