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Acceder a información de los teléfonos celulares es violar la correspondencia.
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¿Por qué no debe revisar el celular de su pareja?

Espiar la correspondencia y redes sociales en una relación amorosa es una violación a la privacidad. Hacerlo de forma obsesiva también revela trastornos psicológicos, dicen expertos. 

Antes del auge de los mensajes directos en Instagram, los chats de Whatsapp, los DM en Twitter y los snaps temporales, las pistas de una infidelidad se descubrían en los bolsillos. 

Ana María Pérez no tuvo que recurrir a buscar manchas de labial en la camisa, ni rastros de perfumes delatores. La respuesta la encontró en un aparato que desde hace décadas es casi imprescindible en la vida moderna:  el celular.

“El teléfono móvil es la caja fuerte de la información personal y guarda profundos secretos. Todo lo que uno quiere saber se encuentra ahí”, dice esta mujer de 32 años, que decidió terminar su matrimonio por las supuestas “infidelidades” de su esposo. 

 “Tenía chats comprometedores. Yo empecé a sospechar porque estaba muy raro, siempre salía tarde de la oficina y no soltaba su celular ni un minuto. Actuaba extraño con algunas llamadas y mensajes que recibía. Un día, mientras dormía logré desbloquear su teléfono con su huella y ahí encontré todo”, confesó.

José Fernando Gutiérrez, por su parte, cuenta que descubrió el engaño de su esposa porque un día llegó del trabajo a su casa un poco más temprano. Ella había salido, pero en su computador estaba abierta su cuenta de Facebook. 

La curiosidad lo llevó a revisar una conversación por el Messenger de Facebook y un mensaje llamó su atención. “Me encantó lo de ayer”. 

Al seguir leyendo encontró conversaciones subidas de tono, audios y hasta videos íntimos”.

A pesar de estas experiencias motivadas por los celos, la desconfianza o la curiosidad, la intromisión en las redes sociales y aparatos electrónicos de la pareja es una invasión a su espacio privado.  

Para Diana Fuentes espiar el teléfono de su novio se volvió una “obsesión”, tanto que debió buscar ayuda profesional. 

“Un día descifré su clave de Instagram y empecé a ver quien le escribía y lo que hablaba con la gente. Me volví obsesiva, sentía pánico de perderlo, no quería que hablara con nadie. Él me demostraba que me quería y respetaba, pero aún así yo siempre sentía desconfianza. Conseguí su clave de I cloud y así lo monitoreaba por completo. 

Confianza

 Para la doctora en Psicología y docente de la Universidad del Norte, Edith Aristizábal, la revisión del celular es un acuerdo privado entre la pareja.  Pero si esta se hace sin consentimiento constituye una violación del espacio personal e intimo. 

“La confianza se construye en pareja, pero esto no pasa por encima del espacio personal de cada uno. Hay personas que padecen celos obsesivos o delirantes que necesitan, por su trastorno mental, verificar y entrometerse en la vida de sus parejas. Tratan de resolver ese problema mental interno con verificaciones en la realidad externa”, aseguró. 

La docente explicó que estas acciones pueden venir de la mano de problemas psicológicos como dificultades de autoestima, experiencias previas traumáticas, celos obsesivos, celotipias, trastornos de personalidad, en particular trastorno de personalidad  obsesivo–compulsivo, limite y paranoide. 

“No es que revisar el celular de la pareja cause un trastorno psicológico. En muchos  casos, el trastorno psicológico es el que impulsa a alguien a invadir el espacio personal de la pareja”, agregó. 

Para José Manuel González, sexólogo y terapeuta cualquier método para espiar a la pareja es símbolo de que la relación necesita ayuda profesional. 

“Desde poner un detective privado, revisar el correo o el celular, poner una cámara o grabadora escondida son signos de que una relación está muy deteriorada porque no hay confianza. Revisar el celular no daña la confianza porque esta ya está dañada cuando alguien tiene la necesidad de espiar a su pareja. La confianza es un elemento clave en las relaciones amorosas, así como el respeto, la comunicación y la sexualidad. Si está deteriorada es necesario hacer terapia de pareja”, explicó. 

Seguridad

Tratar de adivinar la contraseña, poner la huella mientras duerme o esperar cualquier descuido para ingresar al teléfono son las artimañas de algunos para penetrar ese ‘universo paralelo’ que es el móvil de la pareja. 

Otros más astutos, como Pablo José Villarreal, desbloquean su teléfono con un perfil diferente para que cuando su novia lo quiera usar no vea nada de lo que en realidad ahí guarda. 

“Las mujeres siempre piensan mal, por eso aunque desbloqueo mi celular con la huella de mi índice a ella le muestro un perfil diferente que activo con el pulgar”, dice entre risas. 

Jeisson Pérez, por su parte, cuenta que descargó una aplicación de Whatsapp falsa para que cuando su esposa quiera “chismosear” aparezca el mensaje  “el sistema se ha detenido” y no pueda abrir la aplicación. “Es un señuelo para que deje de buscar donde no debe”. 

Camilo Gutiérrez, jefe de investigación de Eset Latam, explicó que con un poco de curiosidad podrían descargarse aplicaciones que existen en internet para monitorear a cualquier usuario desde el dispositivo móvil. 

“Este tipo de aplicaciones son detectadas por las soluciones de seguridad como aplicaciones maliciosas porque tienen esa característica que trata de robar información. Eso lo puede utilizar la pareja para espiar lo que el otro hace con su celular o también podría ser usada por cibercriminales para comprometer la seguridad de los dispositivos. Tiene los mismos mecanismos y formas de uso, de ahí la importancia de concientizar a los usuarios de que esto no es un juego”, resaltó.

Legislación

 “Cuando llega un sobre a su nombre nadie puede abrirlo. Esto es parte de los derechos naturales que tienen los individuos”, enfatizó el abogado Arean Velasco, experto en Derecho de tecnologías. 

“El artículo 15 de la Constitución colombiana dice que la correspondencia y demás formas de comunicación privadas son inviolables y únicamente se puede acceder a ellas mediante una orden judicial. Un mensaje por WhatsApp puede entrar en la órbita de esa correspondencia privada”, explicó.  

Hay quienes afirman que la intimidad de la pareja va más allá, por ejemplo, en una relación marital quienes conviven conocen los hábitos alimenticios, secretos familiares, las manías y hasta las preferencias sexuales del otro. Sin embargo, esto no sobrepasa los derechos individuales de cada uno a su intimidad y buen nombre, el derecho a conservar una esfera privada que sea solo suya. 

Según el experto, la Ley 1273 del año 2009 creó nuevos tipos penales que tienen relación con delitos informáticos, la protección de la información y los datos con penas privativas de la libertad de hasta 120 meses y multas de hasta 1.500 salarios mínimos legales vigentes. 

“Esta reforma al Código Penal es conocida como ley de delitos informáticos. En este código se creó un nuevo bien de protección y tiene un delito que es el 269 A, su nombre es Acceso Abusivo a Sistema Informático”. Parafraseando el texto Velasco dijo: “El que sin autorización, o por fuera de lo acordado, acceda en todo o en parte a un sistema informático contra la voluntad de quien tenga el legítimo derecho incurrirá en pena de prisión de 48 a 96 meses y en multa de 100 a 1.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes”. 

Velazco continúo explicando que este comportamiento puede tener una repercusión jurídica desde el punto de vista de los derechos fundamentales como es la violación al derecho de la intimidad y puede tener una repercusión penal, inclusive podría tener otras consecuencias como la responsabilidad civil o indemnización de perjuicios.

Precauciones

 Antonio Hernández, jefe de Seguridad Informática de la Universidad del Norte, recalca la importancia de proteger la privacidad de cualquier persona, sea o no la pareja.  

“Todos estamos en la obligación de tomar las medidas adecuadas para proteger nuestra privacidad. Asimismo, configurar todos los patrones de seguridad, la privacidad en las redes sociales, aceptar solamente personas de confianza y perfiles verificados, no compartir información sensible en redes sociales ni información de menores de edad”. 

Camilo Gutiérrez señaló además que en el campo de las redes sociales lo más importante es cuidar desde donde se accede. 

“Lo recomendable es acceder siempre desde dispositivos de confianza, no en los computadores de alguien más porque podrían registrar la clave y quedarse con ella, lo mismo que en computadores públicos”.

En la vida privada hay barreras que es mejor no cruzar. Si usted es de los que monitorea de manera sistemática el teléfono y redes sociales de su pareja hágase un autoexamen, como lo recomiendan los expertos desde la psicología. Si desconfía recuerde que existe el diálogo, no olvide las repercusiones legales, y por su salud mental tenga presente aquel adagio popular que dice que “el que busca encuentra... y quien busca donde no debe, se entera de lo que no quiere”.  

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