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Ayvy Chamochumbi, psicóloga del colegio, en plena actividad con los estudiantes. Rafael Polo
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Los pros y contras de jugar a ser papás

En un colegio de B/quilla realizan un proyecto que busca concientizar a menores sobre el embarazo adolescente. Expertos dan su opinión.

Roxana Consuegra, de 14 años, sostiene en  brazos a su ‘hija’ Luciana, una muñeca con las mismas dimensiones de un recién nacido, mientras asiste a su clase de Arte en el Colegio Mundo de los Estudiantes.

El maestro escribe la lección en el tablero mientras ella, incómoda, se remueve en su pupitre. “Es que cargar a un bebé cansa”, le dice a su compañera de al lado, que a su vez asiente con la cabeza dándole a entender que conoce la dificultad que atraviesa, porque tanto ella como sus demás compañeros de salón atienden sus actividades escolares sosteniendo bebés de juguete como participantes de un proyecto que busca concientizar y prevenir el embarazo a temprana edad.

Ayvy Chamochumbi, psicóloga de la institución explica que ese plan piloto llamado ‘Proyecto bebé’ consiste en que los estudiantes de noveno grado carguen un muñeco usado como réplica de un bebé real durante toda la jornada escolar, para que los menores experimenten “lo difícil que es la vida cotidiana después de un embarazo precoz”.

“Durante 15 días ellos estarán haciendo todas sus actividades curriculares, incluyendo educación física con los bebés cargados. Este es un trabajo interdisciplinario porque involucra a todas las áreas. En clases de español hicieron registros de nacimiento de sus hijos, en biología hablaron del proceso evolutivo del ser humano y las posibles enfermedades que pueden traer las relaciones sexuales sin protección, y hasta en matemáticas trabajaron estadísticas de embarazos en adolescentes”, puntualizó.

Según la profesional, se realizó el trabajo con los jóvenes de noveno grado debido a la alta tasa de embarazos en adolescentes en Barranquilla cuyas edades oscilan entre los 14 y 19 años.

“Es un problema que afecta no solamente a los padres que deben posponer sus sueños y sus estudios para cambiar pañales, perjudica también la economía familiar, aumenta los índices de pobreza y finalmente repercute en los cuidados y la crianza que se le da al bebé, que por lo general es sin ningún tipo de preparación en su primera infancia”, agregó.

La escuela de inclusión, Mundo de los Estudiantes, es una institución pequeña  ubicada en la calle 64 con 45, la planta cuenta con 130 alumnos de primaria y bachillerato.

Hace un año el cuerpo docente acompañó en el colegio dos embarazos en estudiantes de 14 años. En ese momento “decidieron tomar cartas en el asunto”.

La rectora de la institución Graciela de Besada explica que con este proyecto no quieren crear aversión sobre la maternidad, por el contrario, buscan enseñarle a los niños que “la gestación es una etapa que debe darse en el momento adecuado”.

Asimismo, explica que uno de los grandes retos que tiene este  trabajo, es enseñarles a los niños que el embarazo es cosa de dos, una responsabilidad compartida que no solo depende de la mujer, pues ambos padres deben tener exactamente el mismo compromiso.

“La experiencia enseña”

 Para el cuerpo profesional de esta escuela no hay mejor maestro que la experiencia. Por ello, el ensayo se basó en “darles a los jóvenes temas sobre educación sexual con charlas y pedagogía, pero también de forma demostrativa, en el buen sentido de la palabra”, agregó Chamochumbi.

Hace más de dos décadas empezaron a popularizarse en el mundo los muñecos para prevenir la maternidad. Programas como Realcare o Baby Think It Over (Piénsalo dos veces), creados por Realityworks fueron pensados para producir tecnología de aprendizaje a través de la experiencia.

Estos muñecos imitan el comportamiento de bebés reales, duermen, comen, lloran sin parar y solo la madre es la única que podrá ‘calmarlos’. Por ello, son métodos empleados en muchas escuelas alrededor del mundo para reducir índices de embarazo adolescente.

No obstante, algunas investigaciones cuestionan la eficacia de estos métodos. De acuerdo a un  estudio científico publicado por la revista médica The Lancet el efecto podría ser contrario.

En el programa Virtual Parenting realizado en Australia para que adolescentes aprendieran a cuidar los muñecos, fueron más propensas a quedar en embarazo las jóvenes que participaron de este proyecto que las que no lo hicieron.

En la investigación se analizaron a 1.267 niñas de entre 13 y 15 años que realizaron el programa  y  a otras 1.567 que no, hasta que cumplieron 20 años. Al compararse los índices de embarazo en ambos grupos los expertos determinaron que las jóvenes que tuvieron contacto con sus bebés simulados presentaron cifras más altas de embarazos y maternidad. 

Lecciones

 Para Edith Aristizabal Ph.D en psicología y docente de la Universidad del Norte un proyecto con simulaciones de bebés puede tener  sus pros y contras. Entre las ventajas que destaca la profesional está que  las jovencitas podrán entender  lo complicado que resulta hacer sus labores diarias con un bebé, sin embargo, una criatura que no llora ni molesta puede no dar una visión tan real de los verdaderos efectos de la maternidad a temprana edad.

“Las jóvenes que quedan embarazadas tienen una visión poco realista de lo que significa criar un bebé, solo ven lo bonito y lo tierno, no lo real. Entre las limitaciones del proyecto el hecho de que el bebé sea un juguete, porque no llora, no demanda y no desespera podría confundir a los jóvenes. La mente de un adolescente ve las cosas fáciles, como un niño. Podría ocurrir que un joven con temperamento para el cuidado pueda parecerle lindo ocuparse de un bebé y en lugar de verlo como un obstáculo lo vea como algo agradable. Lo complejo de cuidar a una criatura es su fragilidad, que no puede comunicarse, que debes interpretar lo que le sucede. Ese tipo de cosas son las complicadas para los jóvenes y con el proyecto no es lo que van a experimentar”, sostuvo.

Por su parte, Denis Bolívar Martínez, docente, socióloga y sexóloga, le da un espaldarazo al método empleado en el plantel educativo.

“Cualquier iniciativa que tenga el fin de hacer un trabajo pedagógico en los jóvenes sobre educación sexual pienso que es bienvenida. Cuando se habla de sexualidad los maestros le tienen miedo a tocar el tema porque todavía en nuestra sociedad reinan los tabús para hablarle  a los adolescentes. Tenemos que mirarlo como algo natural, la sexualidad no es genitalidad ni morbosidad. Es hora de que se revisen las políticas públicas sobre el impacto de los problemas de  sexualidad en las instituciones educativas”, puntualizó.

Cifras

 El más reciente informe sobre embarazo adolescente de la Organización Mundial de la Salud dio a conocer que “unos 16 millones de jóvenes  cuya edad oscila entre  los 15 a 19 años, y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos”.

Aunque desde la década de los 90 el embarazo adolescente se ha reducido considerablemente aún se estima que el 11% de los nacimientos que se producen tienen como madres mujeres de 15 a 19 años.

En Colombia una de cada cinco mujeres de 19 años ha tenido un embarazo. En 2015 el país disminuyo sus cifras, sin embargo sigue siendo junto a México y Brasil los países de Latinoamérica que presentan un número más alto de gestaciones en adolescentes, lo que repercute de manera directa en los índices de pobreza y otros problemas sociales.

Según datos de la Secretaría de Salud de Barranquilla, el indicador de proporción del embarazo en adolescentes entre los 15 y 19 años pasó del 19.3% en el año 2012; a 18.3% en el 2017.

La tasa de adolescentes embarazadas en la ciudad presentó una reducción del 1.4% durante los últimos cuatro años, de acuerdo con la proporción del número de nacimientos. En el 2017 se presentaron en la ciudad 23.830 nacimientos, según informó la secretaria de Salud del Distrito, Alma Solano.

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