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Iván Bernal Marín, David Díaz Florián y Germán Daniel Rivillas. Cortesía
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La Región Caribe, en la mira por cambio climático

El país está perdiendo 0,5% del PIB, anualmente, debido al fenómeno climatológico, afirmó funcionario del DNP en cátedra de la Uninorte.   

Con un diagnóstico de las consecuencias del cambio climático en la economía colombiana y un panel sobre la Ciénaga Grande de Santa Marta finalizó este miércoles la IV Cátedra de Economía del Caribe —que se centró en aspectos relacionados con la economía ecológica, el medio ambiente y la mitigación del cambio climático—.

El país está perdiendo 0,5% del PIB, anualmente, debido al cambio climático, afirma Germán Romero, funcionario del Departamento Nacional de Planeación, DNP.

Romero explica que la agricultura, el exceso de ganadería y los cambios graduales en la temperatura superficial del océano —cuando sobrepasan los rangos favorables para los peces, se afecta su distribución, crecimiento y patrones de reproducción, lo que a su vez puede afectar las pesquerías en una zona y periodo específico— “tendrán consecuencias económicas para el país”.

“La Región Caribe, particularmente, va a tener afectaciones todavía más graves”, afirma el funcionario, por los problemas de su suelo; “la parte norte del país no puede absorber el agua y hacia la parte baja hay un exceso (como en la Mojana)”. También enfatiza en que el fenómeno debe ser tratado como un tema de desarrollo y de economía. Aunque aún no existe una ley que lo reconozca como tal, “nos estamos acercando a su inclusión, bajo ese enfoque, en los planes de desarrollo”, dice. 

Sandra Rodríguez, directora del Departamento de Economía de la Universidad del Norte, comenta que el cambio climático no es un fenómeno que perdone ubicaciones geográficas. 

“Analizábamos que este fenómeno no es algo que se pueda modificar solo con perfiles de producción, sino también con los de consumo; cambios en la dieta  con bienes que no sean intensivos en la utilización de recursos que terminan generando efectos en el medio ambiente”, dice.

Ciénaga Grande 

Germán Rivillas, docente del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Uninorte, relata que después de un análisis, de un periodo de 35 años, de la Ciénaga Grande, descubrieron que “la línea de costa no se había movido mucho, como se creía. Entonces, por qué se está erosionando”. Pues, el hecho solo les indicaba la falta conocimiento y sensibilidad del tema ambiental para generar una solución, “lo cual ha influido en que las obras que se han venido haciendo no sean las adecuadas, son invasivas”. 

Cuando decidieron revisar el interior del humedal, se dieron cuenta de que uno de los principales problemas de la ciénaga “es la falta de conectividad; no está llegando agua dulce (asociada a los aportes de agua de la Sierra Nevada de Santa Marta). Además de las estructuras costeras, el problema de la erosión está asociado a lo que está pasando en las montañas. “Las alteraciones que estamos haciendo, como la construcción de embalses de regulación, están llevando a que el flujo de agua dulce que anteriormente llegaba a la ciénaga ya no esté llegando”, afirma.

Agrega que la ciénaga, desde la academia, está sobre estudiada. Pero, hay una falta de voluntad política, “en el sentido de que ya entendemos cómo funciona el sistema, cuáles son sus problemas y las herramientas para mitigarlos. Sin embargo, debemos cumplir con una leyes ambientales y encontrar la manera de impactar la estructura política, porque ya sabemos lo que hay que hacer”. 

Informe de EL HERALDO sobre la Ciénaga Grande

 

El editor jefe de EL HERALDO y David Díaz Florián.

El editor jefe del diario, Iván Bernal Marín, presentó durante el encuentro la experiencia de EL HERALDO durante su investigación de la problemática ambiental en la Ciénaga Grande, ganadora de un premio Simón Bolívar, en marzo del año pasado.

“Para nosotros, el tema ambiental es una línea editorial prioritaria. Siempre tratamos de hacerle seguimiento a los principales problemas que están amenazando los recursos naturales de la región”, dice. Y añadió que en este propósito, la Ciénaga Grande ocupa un lugar muy destacado.

Con un sobrevuelo de la zona, descubrieron que estaban construyendo 27 kilómetros de diques o terraplenes en un punto de la ciénaga. Con estos, de acuerdo con lo investigado, estaban preparando el terreno para hacer un desarrollo de ganadería de búfalos. 

“Aunque los problemas que tiene la ciénaga están documentados, se puso de manifiesto que ha habido una inacción de parte de las autoridades”. 

Afirma que además de locales, hablaron con autoridades civiles. 

‘Así se están robando a pedazos la Ciénaga Grande’ fue el título de la publicación. A partir de la noticia, se han venido realizando seguimientos, “porque además de la construcción de terraplenes, a la ciénaga la aquejan otras problemáticas (como incendios forestales).

Este medio también reveló el riesgo que involucraba a todo el santuario de fauna y flora que allí existe, declarado por la Unesco reserva de la biosfera mundial y clasificado como sitio Ramsar por su caños y ciénagas y por ser un hábitat de aves acuáticas y migratorias.

Bernal también aprovechó para manifestar que si bien se conoce que en esa jurisdicción del municipio Remolino, Magdalena, hay este tipo de problemas, existe desconocimiento sobre las consecuencias que representan para la región la continuidad y le permisividad de la situación. 

Sobrevuelo de Caño Condazo, Ciénaga Grande. Josefina Villarreal
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