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Ciro Guerra durante el rodaje de la serie Frontera Verde. Cortesía
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“Es necesario que las voces de los indígenas del Amazonas sean escuchadas”: Ciro Guerra

El director nacido en Río de Oro, Cesar, dirige al lado de Laura Mora y Jacques Toulemonde la serie de Netflix ‘Frontera Verde’. La historia se desarrolla en el Amazonas, en la frontera entre Colombia, Brasil y Perú y se adentra en la cultura de los pueblos indígenas que allí habitan.

La complicidad entre ellos es total. Acaban de almorzar y durante todo el día los directores Ciro Guerra, Laura Mora y Jacques Toulemonde han estado atendiendo a periodistas de Colombia y otras partes del mundo en un lujoso hotel de Bogotá. Entre los tres dirigieron la serie ‘Frontera Verde’ que Netflix produjo en asocio con la productora colombiana Dynamo y que se estrenará este viernes.

Antes de iniciar la entrevista Laura empieza a bromear con la barba espesa, desordenada y larga de Jacques. Él ríe y Ciro, sentado en el extremo derecho, solo se limita a verlos. “Te voy a regalar una peinilla que tengo por ahí”. Jacques hace silencio y en la sala varios de los presentes vuelven a reír ante la broma de la directora del filme colombiano ‘Matar a Jesús’.

‘Frontera Verde’ se desarrolla en la Amazonía colombiana que limita con Brasil y Perú. Es extraña y profundamente original en el desarrollo de sus ocho capítulos. Detectives en el Amazonas, asesinatos de misioneras, cadáveres y personas que no envejecen, misticismo, la Colombia verde, la nación desconocida, ritos indígenas, witotos, ticunas, exuberantes paisajes y el sonido fiel de la selva son algunos de los elementos que construyen la trama de esta serie “noir”, fiel muestra del “cine negro”. Al menos así lo dice Guerra.

El hecho es que, a las dos de la mañana del viernes, la serie hecha 100% con talento colombiano, estará disponible para 151 millones de miembros del gigante del streaming en 190 países, un hecho sin precedentes en la historia audiovisual del país.

“A mí me genera mucha curiosidad, la verdad, porque siento que de todas maneras intentamos hacer un producto nuevo. Es un policiaco, pero dentro de las lógicas de la selva, qué es un universo muy místico, entonces me intriga mucho cómo culturas muy lejanas también se van a sentir reconocidas en ese universo tan particular que intentamos construir. Estoy muy curiosa, por no decir ansiosa, de cuál va a ser la reacción de la gente ante Frontera Verde”, opina la directora colombiana, en medio de sus dos colegas.

Pero más allá de lo que suceda con las indescifrables audiencias, Francisco Ramos, vicepresidente de contenidos originales para Latinoamérica y España de Netflix, siente que la serie va en la misma vía que caracteriza a la compañía para la que trabaja: llevar un relato local, diferente y atractivo a los cinco continentes.

Para Paco, como lo conocen en España y México, donde produjo muchas películas, “el espectador necesita tener una oferta diversa, un mosaico contradictorio, complejo, diferenciador, pero que a la vez todos construyan un relato de lo que es lo audiovisual y el entretenimiento colombiano”. “Me parece que eso es lo más interesante que hacemos, no le tenemos miedo absolutamente nada”.

Un proyecto con alma

Jacques Toulemonde, que con su filme Anna recorrió varios festivales internacionales e incluso fue nominado a mejor filme iberoamericano en los Premios Goya en 2017 y que trabajó con Ciro Guerra en Los Viajes del viento y El abrazo de la serpiente, dice que la experiencia de rodar en el Amazonas al lado de las comunidades que allí habitan lo marcó para siempre.

Señala “que hay una cosa muy profunda que se crea, porque realmente es un mundo muy distinto con unas lógicas y unas maneras de funcionar muy diferentes” a lo que vemos en las ciudades, a la forma cómo se aprecia la vida.

“A mí me marcó profundamente la experiencia, porque además creo que es muy importante verlos y conocerlos también. Colombia es 40% amazónica, es un país más amazónico que andino y no nos conocemos, por eso es importante también ir a conocer esos lugares, mostrarlos, que 151 millones de personas los vean”.

Las comunidades amazónicas, en la experiencia que han tenido, complementa Guerra, “han sido muy abiertas, muy entusiastas, les pone muy felices la posibilidad de poder participar en proyectos” como el de esta serie.

“Ellos lo único que piden es que seamos muy respetuosos y uno cuando los visita tiene que entender que está en un territorio que les pertenece, ellos son los que lo manejan y en la medida en que uno sea respetuoso y por otro lado esté abierto a lo que ofrecen, la experiencia siempre va a ser muy grata; a diferencia de otros pueblos indígenas que han sufrido históricamente circunstancias más complicadas, por eso tienden a ser más cerrados, más protectores de lo suyo, pero cuando sienten que hay un respeto son muy abiertos y entusiastas. Es muy fácil trabajar con ellos y también son súper generosos con su territorio, están muy felices de compartir y de compartir la idea que tienen de cómo ese territorio es importante para ellos, de cómo están íntimamente ligados a él y siento que es una lección para todos al mismo tiempo. Ellos están muy felices de insertarse en la narrativa, ellos sienten que es necesario que sus voces sean escuchadas, son comunidades que han sido capaces de vivir en esos territorios hace miles de años sin contaminarlo, sin dañarlo sin afectarlo y esa es una lección que es importante para la humanidad”.

Jacques Toulemonde, director de cine. Cortesía

Caribeño ante todo

Nominado a un Oscar con El abrazo de la serpiente, narrador del Caribe con Los viajes del viento y Pájaros de verano, ahora nominado a un León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia por su filme Esperando a los bárbaros, que protagonizan nada más y nada menos que Johnny Depp, Mark Rylance y Robert Pattinson. 

Se podría decir que Ciro Guerra ya está en otras ligas, pero no parece. Su sencillez sigue intacta, anda en tenis y habla con el que le ponga conversación. Río de Oro, el pueblo donde nació, lo lleva intrínseco en todas sus historias, en esa mescolanza de culturas que adquirió en el Caribe y que él no duda en defender y ponderar.

“Yo me siento profundamente identificado con el Caribe en el sentido de que los caribeños somos la gran olla donde se ha mezclado el mundo. Todas esas influencias que vienen tanto de Medio Oriente como de África, Europa y nuestro pasado indígena, en mi caso me ha dado una perspectiva de pronto más abierta y me facilita conectarme con todos esos saberes que vienen de tantas partes del mundo, esa es la herencia de la que bebo, de la que provengo, que viene de Río de oro César y del Caribe colombiano. Para mí el Caribe es un todo, un gran país, una gran patria. cada vez que visito un lugar caribeño, sea de las Antillas, desde Nueva Orleans hasta México, siempre me siento en casa. Ya sea una cultura caribeña neerlandesa, británica o francesa, siento que el Caribe es una gran casa y soy feliz por hacer parte de ella”.

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