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El pianista Chelito de Castro dirige la orquesta Joe All Stars en la que participan antiguos músicos del inolvidable Joe Arroyo.
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El ocaso de las orquestas de música tropical

El auge de ritmos urbanos, el cambio generacional, entre otros, ha desplazado a estas grandes agrupaciones que mantiene vivos clásicos del Caribe.

“Un, dos… un, dos, tres, cua...” es  la señal  del director para que sus músicos empiecen el show. Con esta entrada muchas orquestas prendían salones burreros, festivales carnavaleros y hasta bazares de colegios. Su ritmo contagioso lograba que nadie se quedara sentado al escuchar clásicos bailables que arrastraban a la pista hasta al más tímido. 

El sonar de las trompetas, acompasado con el piano, las congas y demás instrumentos protagonistas de esos conciertos de música tropical, ha alegrado a lo largo del tiempo  cumpleaños, matrimonios y eventos sociales. 
Sin embargo, cada vez es más notoria la ausencia de estas grandes bandas en eventos bailables. 

Crisis

Pocho Pérez hace parte de la Orquesta de Pacho Galán desde el año 1982. Para el vocalista de la reconocida banda creadora del merecumbé este es el momento más difícil en la historia de la música tropical y las orquestas de salón por el auge de géneros como el reguetón y la champeta urbana. 

“Las orquestas que hemos hecho música de Colombia, como la de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Edmundo Arias, entre otros, estamos en crisis. Hay muchos músicos buenos que están sin hacer nada, trompetistas, saxofonistas y arreglistas, porque nuestra música ya no la ponen en la radio”, explicó Pérez. 

Una pista y dos cantantes interpretando temas como Cuatro Babys de Maluma,  son preferidos hoy por los empresarios de eventos, aseguró Pérez.

“En la actualidad, muchos matrimonios (hasta para 500 personas) los hacen reguetoneros con pistas. Eso es lamentable. Sobre todo para quienes nos quemamos las pestañas estudiando música y sus partituras”, agregó. 

¿Quién no ha salido alguna vez a la pista con clásicos como La butifarra, Merecumbé, La rebelión, Playa o La piragua? Esas son tan solo algunas de las joyas musicales del Caribe colombiano que cada vez se escuchan menos bajo la ejecución de estas grandes orquestas. 

Chelito de Castro, arreglista del Joe Arroyo y pianista de la orquesta La Verdad, opina que la música pregrabada nunca será mejor que la música tocada en vivo. Según él esos géneros hacen parte de una “tendencia irreversible de la digitalización de la humanidad”. 

“En los espectáculos masivos se ha desplazado a las orquestas. En nuestro caso la gente sigue manteniendo su amor por Joe y eso nos ha permitido seguir vigentes. Las orquestas que tienen un catálogo musical definido son las únicas que podrán contrarrestar un poco ese embate urbano”, agregó el creador de la agrupación Joe All Stars. 

Músicos de la Orquesta de Pacho Galán en tarima.

No suena en la radio

Juventino Ojito, dueño de una amplia trayectoria en la música tropical del Caribe, nominado a un Grammy Latino en 2017 con su Orquesta Son Mokaná, opinó que las listas de música programadas en la radio o hit parade, las conforman el merengue, salsa, vallenato y urbano.  Partiendo de ese punto de vista, se percibe claramente una crisis del género musical tropical del Caribe colombiano. 

“El reguetón, la champeta y el vallenato de la nueva ola se imponen en el gusto de gran parte de la juventud. No obstante, es importante que la champeta y el vallenato ocupen espacios de relevancia, porque son formas musicales colombianas, caribes, nuestras. De todas maneras es hora de seguir trabajando en las formas tradicionales, y en nuevas propuestas del mismo género”, especificó. 

 Por su parte, el empresario de espectáculos Enrique Chapman coincidió en que las dificultades que atraviesa este género se debe a una monopolización de lo urbano en la  industria musical. 

“El reguetón está protegido por las juventudes y tanto las emisoras como las disqueras son muy responsables de esa situación”, afirmó.

Estos ritmos propios de nuestra cultura están en declive, con tendencia a desaparecer porque no hay apoyo. Hace tres años le pagamos Daddy Yankee 120 mil dólares para que cantara en la ciudad, hoy un concierto del artista vale más de 500 mil dólares. Traerlo es casi imposible a menos que haya una unión de empresas. Eso demuestra la fuerza que ha adquirido este género, lo cual perjudica en demasía a la música nuestra”, agregó. 

Es innegable que existe una fuerte demanda de la música urbana tanto  en la radio como en las plataformas digitales. Ralfi Polo, programador radial, aseguró que la situación está directamente relacionada con un cambio generacional.

“Para esta nueva generación esa música se siente monótona. Sin embargo, no creo que las orquestas desaparezcan porque son ideales para actos ceremoniosos como matrimonios. En cuanto a los que hacen música deben fusionarse con géneros urbanos para sobrevivir”. 

¿Solución?

Leopoldo Calderón, músico multi-instrumentista, magíster en Educación y docente de Música de la Universidad del Norte afirma que el éxito de cualquier agrupación musical en la actualidad está en la habilidad de crear y ofrecer contenido audiovisual que llegue a un segmento con el poder adquisitivo para hacer el proyecto sostenible. Para el docente, existen diversas plataformas, festivales, congresos, bienales, y otros eventos en los que los grupos consolidados pueden participar. “La idea es trascender la mal llamada moña y pensar en grande, en vez de las dos  o tres fiestas que amenizar cada fin de semana donde cada vez hay menos presupuesto y  buen gusto”, apuntó. 

Eduardo Jinete, director de la Orquesta La Renovación combina la docencia con la música por la difícil situación que atraviesa la agrupación en cuanto a contrataciones. 

Con nostalgia, su esposa Martha de Jinete recordó la puesta en escena, la calidad de los músicos en tarima, la cantidad de toques y hasta la vestimenta de los grupos que marcaron la “época dorada” de la música tropical. 

“Antes había un gran respeto por el público y por la calidad de los toques. Todo eso se ha perdido y son los músicos los que están llevando del bulto por la modernidad (...) Las orquestas ya no trabajan como antes debido a los géneros que han ingresado a la industria como la champeta y el reguetón. Esa música no tiene letra, ni  mensajes, ni melodías, es lamentable que estos músicos de trayectoria,  que estudiaron en conservatorios, estén en esta situación”, expresó Martha, que es además representante legal de la orquesta. 

Eduardo Jinete dice que mientras él viva seguirá existiendo la Orquesta La Renovación. Asimismo, muchos músicos continuarán en la lucha pese al panorama algo desesperanzador que se cierne sobre las orquestas. 

“No sabemos qué hacer, ni a quién acudir, estamos desprotegidos, no hay salvavidas para estos grupos que han hecho historia”, finalizó con preocupación Pocho Pérez, que a los 17 años ingresó como auxiliar en la orquesta del ‘El rey del merecumbé’.

“A pesar de todo eso, cada vez que cantamos se llenan las salas de baile, cuando suena Lamento Náufrago en una fiesta hasta los jóvenes se paran de su silla”.

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