El marqués de Sade desde la visión literaria francesa
En diálogo académico se rememoró la esencia de su obra.
“Tanto los que leen a Sade con las dos manos como los que lo hacen con una sola porque con la otra de manera pícara toman algunas notas, no son indiferentes de su lectura porque los dos tipos de lectores aludidos si no son refinados por lo menos en algo son educados”, empezó diciendo el filósofo François Gagin en el primer panel del coloquio Erotismo en el espacio cultural de Europa y Latinoamérica.
El escritor francés Donatien Alphonse François de Sade dio origen al término ‘Sadismo’, definido por la Real Academia de la Lengua Española como la “perversión sexual de quien provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona”.
En el diálogo académico entre la literatura y la filosofía en torno al erotismo que tuvo lugar en la Universidad del Norte, Gagin también aclaró que en los escritos del Marqués de Sade hay una provocación hacia el lector y al mismo tiempo una extrañeza de este con la obra “porque no sabe cómo categorizarla: erotismo, pornografía, literatura, diversión o filosofía”.
“Independiente del tiempo en el que escribió Sade, uno está casi en la obligación de pensar lo que es la literatura y la filosofía. Se requiere para abordar a Sade los dos polos de lecturas: uno se concentra en el aspecto pornográfico y el otro lo abandona para refugiarse en la expresión del ateísmo o intelectualidad”, agregó.
En el mismo evento, la escritora, poetisa y crítica literaria Annie Le Brun, retomó las palabras de Apollinaire al definir a Sade como “el espíritu más libre que haya existido jamás”.
Para Le Brun, que editó las obras completas del Marqués de Sade, en la forma de pensar de este escritor “el humor se pelea con la metafísica, la subversión con la grandeza y la rebelión con la poesía”.
El “escándalo” de Sade , para ella, “es haber tenido la prodigiosa honestidad de pensar a partir de su singularidad sexual y hacer que esta determine su concepción del mundo (...) este hecho lo diferenciaba de los otros hombres”.