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¿Cómo es la vida sin redes sociales?

Tres historias de barranquilleros que consideran innecesarias estas plataformas. Aumento de la productividad, tiempos de ocio y una mayor libertad son los motivos por los que prefieren disfrutar “la vida real”. 

Jorge Alejandro Castillo no tiene redes sociales porque no las necesita, ni las necesita porque no las tiene. 

Lo que en estos tiempos mediados por la tecnología podría resultar extraño, para él representa la tranquilidad de no pasar largas horas de su tiempo frente a la pantalla de su móvil. 

“No necesito las redes, pero todo viene siendo un complemento. Muy seguramente si tuviera Facebook, Snapchat o Instagram me volvería igual de afiebrado que los demás; por eso prefiero no tener”, aseguró. 

Adicción y ansiedad

Una investigación de la Universidad Estatal de San Francisco, titulado ‘Adicción digital: aumento de la soledad, ansiedad y depresión’, publicada en la revista NeuroRegulation, estudió a 135 personas entre 18 y 35 años. Los resultados revelaron que mientras más usaban sus teléfonos, mayor era la sensación de aislamiento y soledad.

Con ello concuerda el psicólogo Rafael Pérez, quien afirma que  la nomofobia (miedo a estar sin el teléfono móvil) es catalogada como una de las enfermedades del siglo XXI. 

“La adicción a los móviles puede producir  una  intensa ansiedad que lleva a quienes la padecen  a desear  estar conectados”, explicó. 

Karoll Florez no camina encorvada viendo una pantalla, no sufre de ansiedad cuando no llega un mensaje, no se desvive por  revisar las notificaciones, ni está preocupada por llevar días sin postear fotos o actualizar estados. Mientras su amigos ríen ante sus celulares por algún chat, ella, de 28 años,  prefiere “una conversación frente a frente”. 

Desde hace varios años decidió no tener celular aunque este lo usaba solo para temas académicos. El resultado, a su juicio, fue una vida más libre y tranquila. 

“Sin teléfono disfrutas más de las cosas simples, piensas más en tus proyectos, no hay distracciones ni nada que te quite tiempo. Ves a los demás ensimismados, sin desprenderse de una máquina que en algún momento también te atrapó y te sientes libre. Mi papá nunca ha usado  celular y nos recomienda que no tengamos”, manifestó. 

De acuerdo con Antonio Hernández, jefe de seguridad informática de la Universidad del Norte, el Internet es el invento que más ha revolucionado a la humanidad porque ha cambiado las formas de hacer las cosas, de conocerse de interactuar y  expresarse. 

“Es el invento que más ha influenciado al ser humano. Detrás de todo está el afán de estar conectado, estar informado de qué está pasando, y de saber que están pensando los otros de mí. Hay muchas estrategias de marketing que están enfocadas en atraer a la gente. El tema de los logos y las imágenes están orientados a pensar cómo atraer a la gente con base en contenidos”.

Según el informe ‘Digital en 2018’, desarrollado por We are social y Hootsuite, 31 millones de colombianos están en  Internet; es decir, el  63% de la población del país. 

De acuerdo con el reporte de 2018, que analiza la interconexión de 239 países, el uso de Internet aumentó 9%. 

Esto evidenció además que esa población es activa en redes, por consiguiente estos 31 millones de usuarios tienen al menos una red social. 

No obstante, personas como Julio Lara sostienen que restringir el tiempo en el celular es beneficioso para la productividad personal. 

“Escucho a muchos decir: no soporto tener notificaciones sin revisar. Yo no sufro de esa ansiedad. Esto me ha llevado a incrementar mi productividad personal, a ahorrar mi tiempo y aprovecharlo, a tener además tiempos de ocio. No voy a decir que debemos volver a la edad de piedra, creo que bien manejadas cada una de estas formas de comunicación tienen gran importancia hoy en día”, expresó.

Moisés Mebarak, PhD en Psicología Clínica y de la Salud, adelanta con un equipo de investigadores estudios relacionados con este tipo de adicciones, de las cuales asegura que la adicción a los videojuegos ya es reconocida por la Organización Mundial de la Salud en su Clasificación Internacional de Enfermedades, CIE 11.

“La adicción a las redes sociales, como la adicción a los videojuegos, entre otras, es una realidad hoy en día. Puede generar muchos problemas, entre esos conductas compulsivas. No son necesarias y una persona perfectamente puede vivir sin ellas, el problema está en su uso compulsivo;  de ahí la importancia de tomarse el asunto en serio, educar desde la niñez, identificar y diagnosticar adecuadamente el tema para tomar correctivos a tiempo”, explicó. 

Jorge por su parte, no tiene ese anhelo de publicar una foto de su último viaje, como hacen la mayoría de sus amigos. Para él, los momentos hay que disfrutarlos en persona, pues “la gente de ahora parece estar mas preocupada por el momento Kodak que por lo que está viviendo en realidad”. 

Para Karoll la vida es la misma sin redes porque nunca creó de ellas una necesidad. Opina que antes un teléfono de gama alta era un símbolo de fortuna, la misma que ahora se la da el hecho de no tenerlo.

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