Entretenimiento | EL HERALDO

El Heraldo
Abelardo y su padre posan en la bahía de Cartagena, donde suelen compartir días de descanso. Orlando Amador Rosales
Entretenimiento

Cartas de exitosos costeños a sus papás

Abelardeo De La Espriella, Camila Chaín, Chelito de Castro y Favio Poveda Ruiz a través de misivas describieron el afecto que le tienen a sus padres.

De Abelardo para su papá Abelardo De La Espriella

Mi padre, el rey del vacilón

En mi familia hay dos problemas: por una parte, mi vejez prematura y, por la otra, la adolescencia tardía de mi progenitor. Mientras yo busco la tranquilidad y el sosiego que me prodiga el oasis del hogar, arropado por los besos de mis hijos y de mi esposa, en medio de música clásica, buenas viandas, uno que otro trago, la hamaca de la terraza y acordes de jazz; mi padre es un volcán de emociones que vive cada día como si el mundo se fuera a acabar.

Para soportar los avatares de mi oficio, procuro la desconexión, alejarme del mundanal ruido, a distancia prudente del bullicio y el gentío. 

Refugiarme en el nido, rodeado de lo más querido, incluyendo a los amigos, es la mejor terapia para un guerrero como yo. Mi padre es la antítesis de esa visión: no hay fiesta que se pierda en Colombia o en el exterior, y detesta la música para viejos, como él llama al bolero y demás géneros: prefiere el reguetón. Es un trompo en la pista de baile y, a sus casi setenta, es más resistente que cualquier muchachón. No abandona la rumba, sino hasta cuando despunta el sol. La ginebra y el buen vino son sus compañeros de ocasión. Se goza un almuerzo, un carnaval, un bautizo, un festival vallenato, un velorio y hasta una primera comunión.

Mi padre es una celebridad de las redes sociales (yo ni tengo, ni sé cómo funcionan), es amante del buen vivir y de la moda (en eso coincidimos con fervor). Su filosofía de vida ha inspirado a muchos que lo siguen. La risa es su sello característico, y la existencia, a su decir, un viaje por el que hay que transitar con una buena dosis de pasión. A diferencia mía, el viejo Abelardo (no le gusta que le digan viejo) es "omnívoro" por convicción: degusta con igual placer un chicharrón que un escargot; le viene bien un mote de queso o un soufflé de mascarpone. Se pasea por los mercados de los pueblos de la patria con donaire de conquistador y también posa para selfies, en lugares exclusivos alrededor del mundo, a donde viaja en busca de aventuras por montón.

Todo el que comparte con mi padre es invadido por la sensación de que los seres humanos vinimos a este planeta a ser felices; lo demás es ficción. Por supuesto, él no podría volar tan alto, si no fuera por el apoyo incondicional de mi madre, que es su fuerza y su motor. Ella le patrocina las locuras, aunque a veces el viejo se pasa de rock and roll. Nuestra relación está basada en el respeto mutuo y la admiración. Mucho de lo que soy se lo debo a él y lo digo de corazón. No hay duda alguna, fui concebido por el rey del vacilón.

En este Día del Padre, quiero rendirle tributo a un bacán sin comparación, que me enseñó que los principios no se negocian, que los amigos son un tesoro incalculable, que la cultura enriquece el alma y que la familia es la mayor bendición. Espero que la genética haga lo propio y, a su edad, yo esté como un cañón, lleno de cariño e ilusión, para mostrarle al mundo, como lo ha hecho mi viejo, que la vida es más bonita, si se vive con amor.

Abelardo De La Espriella.

http://revistas.elheraldo.co/gente-caribe/perfil/de-abelardo-para-su-papa-abelardo-de-la-espriella-143539

 

De Camila Chaín a su papá Carlos

Camila, durante una visita a su padre en el parque principal de Granada, Meta, donde está radicado el barranquillero. Archivo particular

A papito

Cuando miro mis manos, veo las tuyas; cuando alguien me dice que tengo unos lindos ojos color miel, recuerdo que tú fuiste el autor. Siempre le has dicho a mi mamá que tú pusiste el pincel y tienes toda la razón. Qué hermoso es el milagro de la vida y qué increíble es descubrirme en ti. ¿Sabes? Tengo tanto que contarte, que esto será, seguramente, solo una introducción.

Dicen que cuando todos querían un niño, tú te morías por una niña, por eso, siempre seré tu pequeña, tu primer amor, tu negra grande, porque, a todas estas, jamás me has llamado por mi nombre. Si supieras lo que siento cuando te digo que te amo y tú contestas que me amas más. Es como si nada más importara, es una verdad que vale todo el oro del mundo.

No tengo cómo evaluar tu paternidad, porque no serás nunca un buen o mal padre, con que seas el mío es suficiente para agradecerte infinitamente por traerme al mundo. Es difícil verte como cualquier ser humano, porque eres el amor de mi vida, mi héroe, mi protector. A veces quisiera devolver el tiempo y quedarme dormida entre tus brazos fuertes, escuchando el latido de tu noble corazón, bañarme contigo en el patio o ir en el coche mientras sales a trotar. Me hiciste libre, me dejaste volar, me enseñaste todo lo que sé y me regalaste un par de neurosis, que, aquí entre nos, no me disgustan.

Amo nuestras profundas conversaciones sobre lo jodido que está el mundo y me encanta cuando me llamas solo para contarme un chiste. Me enamora tu sentido del humor, tus carcajadas son música para mis oídos. Sí, quisiera tener una varita mágica y sacar de tu alma la tristeza. La vida a veces no es lo que esperamos, pero es una sola y te lo recordaré hasta el último día. Eres mi más fiel espejo y hoy, más que nunca, comprendo las razones por las que, muchas veces, tomaste decisiones que no me gustaron. Nunca te lo he dicho, pero tenías razón con el tema del pollo asado en cada salida familiar, aquí entre tú y yo, sale carísimo invitarlos a todos a un buen restaurante. Cada que me reúno con los tíos y los primos me río mucho, porque, si yo invito, ¿adivina cuál es mi única opción? Eso sí, odié cada que no me diste plata para unos tenis nuevos o los cuadernos de moda, debo confesarte que siempre confundí el ahorro con la tacañería.

Quiero pedirte perdón por las veces que te juzgué, por no haber estado para ti en algunos de los momentos más duros de tu vida. Los hijos no queremos que papá y mamá se separen y es imposible entender que, muchas veces, es lo mejor. Para comprenderlo bien, tuvieron que pasar muchos años. Dicen que nunca es tarde, por eso, hoy quiero decirle al mundo que mi alma está llena de ti, que estoy orgullosa de todos tus logros, de tu disciplina. No eres un pediatra cualquiera, eres el mejor. Gracias por todas las vidas que has salvado, por cada niño que hoy ríe, en vez de llorar. ¿Te acuerdas de las carreras de atletismo que ganabas? Tengo todos los recortes y fotos en las que aparezco contigo en el podio, con tu medalla puesta en mi pecho. Ese gesto siempre me ha inspirado.

Siempre me pides que tenga un hijo y yo prometo que tendrás más nietos, es solo que la vida me ha llevado por muchos caminos antes de crear mi propio hogar. Hablando de eso, hoy sé que no pude elegir mejor, que ser tu hija es mi mayor tesoro. Como te dije el otro día: “yo nací mujer en un mundo de hombres, zurda en un mundo de diestros y homosexual en un mundo de heterosexuales”, pero tú me aceptas tal y como soy, no cambarías nada en mí, cada día despierto y sé que soy la más afortunada y la más amada. Quiero que nunca olvides que soy muy feliz como soy y que eso también te lo debo en gran parte a ti.

Eres como un niño consentido y un poco caprichoso, mejor aún, eres un niño grande consentido y un poco caprichoso, por eso sé que, en ciertos momentos, no puedo prestarte mucha atención, porque te malacostumbro. Aunque hace mucho que no viajas a tu hermosa Barranquilla, quiero contarte que ha crecido mucho, que cada día avanza más, que la brisa sigue soplando fuerte y la luna y el río hace un buen tiempo se casaron. La casa de los abuelos, esa que tanto adoramos y en la que pasamos los mejores momentos de nuestra vida, ya no está. Van a construir un edificio, pero no te preocupes, los abuelos nos cuidan desde el cielo y nos piden que no sintamos nostalgia, ni nos aferremos a los ladrillos, porque lo realmente importante es llevar a la familia en el corazón.

Papito, elegiste irte lejos de todos, ayudar a los más necesitados, disfrutar del campo, los peces, los ríos, pero siendo egoísta y sincera, te extraño, quisiera verte más, que me rasques la espalda mientras me duermo, que me cocines carne con arroz, verduras y patacones todos los días. Quiero ver más amaneceres a tu lado, ir a buscar camarones debajo de las piedras en la madrugada, ir a tomar fotos de la luna y sentarnos a contemplar más puestas de sol.

Con amor, tu hija la mayor…

http://revistas.elheraldo.co/gente-caribe/perfil/carta-de-camila-chain-s...

 

De ‘Nick’ García a su papá Enrique

La fotografía es el arte que une a ‘Nick’ con su padre, de él heredó todo su talento en esta profesión. Enrique ‘Nick’ García

Hola Viejo,

Esta es la primera carta que te escribo en cuarenta y seis años, siendo una persona visual y de pocas palabras (de tal palo, tal astilla) es una sensación extraña y difícil, pero haré lo mejor posible para expresar lo que significas para mí.

Gracias a ti he logrado los sueños que tenía cuando era niño, sueños infundidos por lo que tu representabas para mí. Fuiste mi inspiración y al mismo tiempo el empuje para lograr mis sueños. Me infundiste el sentido de la responsabilidad y la integridad desde muy temprano. Me acuerdo cuando empecé a pedir dinero para ir a cine o salir con mis amigos y me dijiste que el dinero se trabajaba y me invitaste a trabajar contigo en Sparta después del colegio. Empecé a trabajar haciendo de todo un poco. Me acuerdo de cortar los rollos de papel fotográfico, revelar la película blanco y negro, hacer reproducciones, atender los clientes del almacén y ser tu asistente de fotografía (sobre todo cuando tomábamos fotos de Revista Miércoles, era la envidia de mis amigos). Gracias a esos años de trabajo le tomé pasión a la fotografía; una pasión que me llevó a querer ser fotógrafo, aunque lo que tú querías para mí no era eso. No sé si en realidad ese era tu sentimiento o lo hacías para empujarme más a que lograra mis sueños.

Me pasaste tu conocimiento y me indicaste el camino correcto. Me acuerdo una vez que hice una foto y te la mostré pensando que me ibas a felicitar por mi trabajo, pero me encontré con un crítico que me explicó qué estaba mal en esa foto. La persona tenía las manos juntas y los dedos entrelazados; sus manos eran muy prominentes en la foto. Hasta el día de hoy, cuando hago mis sesiones fotográficas oigo tus palabras y se las transmito a mi modelo “Eso parece una cerca de dedos”. Desde entonces siempre hemos tenido sesiones de crítica fotográfica que me encantan. Sé que no te gustaba que torciera la cámara, y a mí me encantaba torcerla y créeme que no era por llevarte la contraria, simplemente quería crear mi propio estilo; quería saber si tenía en mí lo propio para ser un fotógrafo auténtico.

A los veintiún años tomé una decisión de vida. ¡Quería comprobar que de verdad era un fotógrafo! Tristemente me alejé de mi familia, de mis amigos, de mi querida Barranquilla y de mi seguridad económica para buscar un futuro que fuera mío. Así que cogí mis motetes y salí hacia Nueva York a empezar de cero. Hice unos cuantos cursos de fotografía en FIT y aunque NY es la capital de la fotografía, sentí que debía buscar un punto intermedio entre mi Barranquilla y la capital del mundo y así decidí en crear mi nombre en Miami. Gracias a tu apoyo aunque fuera a regañadientes y desde lejos, pude salir adelante. Esto te lo agradeceré toda la vida.

Estando establecido como fotógrafo con mi propio estudio y creando nombre, hace once años me invitaste a acompañarte a tomar fotos en carnaval. Desde entonces, eso creó una tradición que me llena el corazón de alegría. Paso todo el año esperando a que lleguen carnavales para poder compartir contigo lo que nos apasiona a los dos “La Fotografía”.

En ese mismo momento yo me estaba convirtiendo en lo que tú cinco veces eres, en padre. Hoy estoy en el proceso de criar a mi hijo basado en los mismos principios que inoculaste en mí. Espero lograr que cuando mi hijo crezca, poder estar tan orgulloso de él como yo sé que lo estas de nosotros. Haz sido y sigues siendo un excelente padre, pendiente de que estemos bien y siempre dispuesto a tender la mano o dar esos consejos sabios que la vida te ha enseñado.

Hoy me ha tocado a mí decírtelo, pero estoy seguro que Quiqe, Adri, Paola y Natalia están de acuerdo con mis palabras. Aunque no hayas sido el papá cariñoso y demostrativo, sabemos que siempre estuviste ahí y sabemos que nos amas.

Aunque no nos lo decimos demasiado seguido, “Te amo papá.”Y como sé que una imagen vale más que mil palabras esta foto que te tomé la muestro con orgullo cada vez que me dejan.

Ricardo “Nick” García.

http://revistas.elheraldo.co/gente-caribe/perfil/carta-de-nick-garcia-su...

 

De Fabio, para su papá Fabio Poveda

Fabio acompañado de su papá Fabio Poveda Cortesía

Viejo querido:

Toda la vida me enseñaste que los días del padre y la madre son todos, pero es inevitable que en esta fecha, cuando todos están homenajeando a sus padres, te recuerde más que nunca. ¿Y cómo no hacerlo, si fuiste mi amigo, mi confidente, mi héroe, mi ejemplo a  seguir?

Son tantas cosas las que quisiera decirte que no sé por dónde empezar. En estos casi 20 años sin tu presencia, he vivido cada segundo para hacerte sentir orgulloso, para, de alguna manera, mostrarte que toda la formación y ejemplos que me diste sirvieron de algo. Muchas veces me he visto indeciso a la hora de tomar una decisión y el camino que tomo es el que creo que tú habrías tomado. Todos siguen a su maestro, a su guía, pues yo sigo al mío. 

Estoy seguro de que muchas rabias te habría hecho coger por lo exigente que eras. A veces, mientras manejo, me veo riéndome al imaginarme una de tus rabietas porque no estarías de acuerdo con alguno de mis conceptos, como aquella vez durante el Mundial de EEUU 94, mientras viajábamos desde Los Ángeles hacia San Francisco junto a Ernesto McCausland y Jaime De La Hoz. Ellos criticaban fuertemente a Francisco Maturana por la eliminación de Colombia, y tú, fiel a tus convicciones, defendías con vehemencia al hombre que partió la historia del fútbol colombiano en dos. Aún recuerdo cómo pretendías bajarte del carro a más de 100 kilómetros por hora, porque estabas indignado ante la posición de Ernesto y Jaime. Así fuiste siempre y eso lo heredé, a veces en exceso, lo reconozco.   

Cuando tengo la oportunidad de dialogar con estudiantes de Comunicación Social y Periodismo les enseño las tres leyes que me recitabas casi a diario. Sin ellas no se podría ejercer esta profesión. Así, a través de mí, sigues dejando una huella indeleble. Me lleno de orgullo al darme cuenta que esos muchachos, que eran unos bebés, algunos, o no habían nacido cuando aún nos deleitabas con tus entrevistas y crónicas ¡saben quién eres!

Cómo me hubiera gustado disfrutar a tu lado de tantas alegrías que nuestro deporte nos ha dado, como los títulos de Junior, las medallas olímpicas, el éxito de nuestros futbolistas en Europa, el Mundial de Brasil y los batazos de Rentería.

Cuántas lágrimas de felicidad no habrías derramado al ver el nacimiento de tus nietos, pero sé que allá en el cielo cuidas cada uno de sus pasos. Es imposible no asegurar que te tendrían locamente enamorado. 

Cada día de mi vida trato de ser el padre que fuiste tú. Quiero que mis hijas tengan la fortuna de sentir y disfrutar de lo que yo viví. Fue una verdadera bendición de Dios tenerte como mi padre.  

Por eso, viejo querido, no me cansaré jamás de decir ¡gracias! Gracias porque lo que soy te lo debo a ti y a tus enseñanzas. Te sigo amando infinitamente. Hoy, casi 20 años después no me acostumbro a tu ausencia. Dicen que el tiempo cura todo, pero en mi caso, no ha podido sanar la herida y el vacío que dejaste en mi corazón.

Favio Poveda.

http://revistas.elheraldo.co/gente-caribe/perfil/de-fabio-para-su-papa-f...

 

De Chelito a Don Chelo De Castro

Poder conversar con su padre es de las cosas que Chelito hoy más agradece a Dios. Orlando Amador

¡Hola, papi! 

En estas cortas líneas quiero aprovechar para expresar lo orgulloso que me he sentido de ser tu hijo. Junto a mi madre, tu fiel compañera, has sido un modelo de vida para mis hermanos y para mí por tu rectitud, humildad y pasión por tu profesión. 

Siempre he querido emular tus principios y por eso lucho en la música para seguir vigente y entregarle siempre lo mejor de mí a un público que merece todo el respeto. Eres un referente tan grande para nosotros que casi nadie nos conoce por nuestros nombres, sino que a todos nos dicen Chelito.

Nunca olvido el día en que estando muchachito me contrató una orquesta para tocar el piano y, cuando me viste de vestido entero, me dijiste: “¿y desde cuándo carajo tú eres pianista? ¡Jajajajaja! Creías que solo tocaba acordeón, guitarra y otros instrumentos, menos el piano. Tampoco olvido cuando me colé en el ensayo de un circo que se presentaba en Barranquilla y después querían llevarme para que tocara el órgano, con solo 10 añitos. ¡Menos mal los recibió mi mamá!

No me alcanzará la vida para agradecerle a Dios el padre que me ha dado y le pido que te bendiga tus días, por ser el mayor ejemplo para todos tus hijos.

Te quiere, tu hijo Darío ‘Chelito’ De Castro.

http://revistas.elheraldo.co/gente-caribe/perfil/de-chelito-don-chelo-de...

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.