“La verdad nunca hace daño, el silencio sí”: Daniel Coronell

“La verdad nunca hace daño, lo hace el ocultamiento a nombre de cualquier interés. Nosotros los periodistas estamos para contar lo que pasa, no para ocultarlo, ni para subordinar el derecho del ciudadano a conocer otros intereses”, con ese mensaje el periodista Daniel Coronell dio inicio al conversatorio Periodismo, guerra y paz del segundo encuentro entre las maestrías de periodismo de la Universidad del Norte- El Heraldo y la Florida International University (FIU) que se llevó a cabo del 15 al 19 de junio vía Zoom.

A través de sus experiencias como periodista, Coronell expresó a los asistentes cómo contar la verdad en Colombia se vuelve un desafío constante ante la presión de los poderosos. Sobre todo, cuando en el país se viven situaciones en las que a nombre de la paz o de la guerra hay intereses por ocultar la verdad de los hechos. Para ilustrar este punto, el presidente del área informativa de Univisión contó dos anécdotas donde se intentó usar la censura para las necesidades de las partes involucradas. Asimismo, explicó que, en algunos casos, desde la propaganda política se utilizan eufemismos como: discreción y prudencia para evitar que la información salga a la luz.

Coronell narró que en 1999 recibió una orden de no publicar una información por las consecuencias que traería: se podía caer la mesa de negociaciones de paz entre el gobierno colombiano, presidido en ese momento por Andrés Pastrana, y la guerrilla de las Farc. La publicación en cuestión revelaba la violación por parte de la guerrilla a uno de los acuerdos pactados antes de sentarse a negociar. Ambas partes tenían que desmilitarizar la zona y a cambio crear un cuerpo de policía cívica que haría cumplir la ley en la zona despejada.

“Hubo mucha controversia alrededor de eso, pero el presidente Pastrana, que tenía claro su deseo de firmar la paz con las Farc, hizo todas las concesiones posibles para que existiera esa zona desmilitarizada, que era una de las condiciones imprescindibles que veían la guerrilla para iniciar el proceso de negociación”, explicó el periodista. En ese momento se desalojó el Batallón Cazadores y hasta se sacó a la Policía Nacional de esa zona tan grande como Suiza.

A pesar de que no podía haber presencia de armados en la zona, de ninguno de los bandos, “un reportero de RCN encontró en una grabación que al menos siete de los policías civiles pertenecían a los guerrilleros militantes de Raúl Reyes. Entonces nos comunicamos con Víctor G. Ricardo, el entonces comisionado de paz.  Le dije que necesitaba hablar con él y llegó a mi oficina, le dije ‘vamos a la sala de edición’. Allí le mostré las imágenes y le dije ‘mira, por lo menos siete de los policías cívicos son guerrilleros’”, contó a los asistentes.

Luego de conocer que una de las partes estaba traicionando el pre acuerdo, Coronell y su equipo decidieron publicar la historia. Pero el periodista contó que el comisionado de paz no estuvo de acuerdo: “Él me dijo: ‘esto es gravísimo. Yo te pido un favor, tengo que hablarlo con el presidente porque esto puede significar que nos tenemos que levantar de la mesa antes de que haya empezado’.  Le dije ‘Pues sí, yo no sé qué quiera significar políticamente, pero periodísticamente lo que significa es que hay guerrilleros haciéndose pasar por civiles y eso es algo que debe saber el país’”.

El periodista consideraba el hecho como una burla al Proceso de Paz, pero la información no saldría a la luz hasta que el dueño de RCN, Carlos Ardila Lulle, la viera, pues solicitó que no se publicara hasta que le diera el visto bueno. Pero no lo hizo. Para ese momento Daniel no se encontraba en el país y eso dificultaba la comunicación con Ardila Lulle. Insistió en llamadas, pero no contestó. Fue hasta su regreso a Colombia, casi una semana después de conocerse la información, que pudo conversar frente a frente con el magnate y le dio la misma respuesta que el comisionado de paz: “si publicamos eso, al Gobierno le toca levantarse de la mesa y levantar el Proceso de Paz. Yo he sido el más respetuoso en tu autonomía, pero lo que sucede es que yo no quiero tener en la espalda el peso de que se dañe el Proceso de Paz”.

Coronell fue muy enfático en la división de poderes y la autonomía editorial que deben tener los medios de comunicación en el país: “los periodistas tienen que informar y los empresarios tienen que defender los intereses económicos y las dos cosas no son compatibles. El periodismo no puede ser la expresión corporativa de los dueños del medio, sino que debe tener un compromiso de información con el ciudadano. Sostener ese punto de vista me ha costado varios despidos. Orgullosamente los seguiré admitiendo cada vez que lleguen porque es lo que toca”.

Al final la noticia no salió, pero Daniel Coronell no se rindió ante ese episodio de censura. En marzo de 2008 contó todo lo que sabía en una de sus columnas para la revista Semana, casa editorial para la que trabajó durante 15 años, titulada “Periodismo y Patriotismo”.

Censura en tiempos de guerra

El espacio de reflexión continuó con la narración del operativo militar que acabó con la vida del cabecilla de la guerrilla de las Farc, alías ‘Raúl Reyes’. Desde la presidencia, dijo el periodista, evitaron dar detalles de las consecuencias del operativo y los medios de comunicación replicaban los comunicados oficiales. “Esto arrancó en medio de un secretismo bastante grande. Nosotros nos enteramos que había un operativo por una fuente militar, pero no estaba muy claro todavía quién era el muerto. Las primeras informaciones me llegaron a mí como a las 3:30 a.m. y un grupo de periodista nos reunimos en la madrugada para averiguar más, pero supimos que era Reyes cuando lo anunció Juan Manuel Santos, el entonces ministro de Defensa en una rueda de prensa hacia las 10 a.m.”, explicó Coronell.

De acuerdo con el periodista, las versiones cambiaron con el transcurso del día: "dijeron que la muerte de Raúl Reyes se dio por una persecución en caliente y que el Ejército tuvo un combate en la frontera con Ecuador. Pero con el correr de las horas se esclarece que fue un bombardeo, no hubo combate”. Este último argumento perdió fuerzas cuando un periodista de Noticias 1 cuestionó la muerte de un soldado colombiano, Carlos Hernández: “primero dijeron que falleció porque le cayó un árbol encima, luego que, en enfrentamientos, pero si no hubo combate ¿por qué apareció con un disparo en el cuello? ¿Quién disparó la bala que lo mató?”. Pero no hubo respuestas, contó Coronell.

El expresidente Uribe delegó al ministro de Defensa (Juan manuel Santos) y a sus consejeros la comunicación con la prensa: “En la puerta del Palacio habló quién sería el principal consejero de Uribe, y hoy senador, José Obdulio Gaviria, y dijo: ‘En momentos donde está en riesgo la seguridad nacional yo debo solicitarle a los medios de comunicación y a ustedes compañeros periodistas que la información se maneje con todo cuidado, prudencia, patriotismo e incluso pragmatismo. Los medios de comunicación colombianos le prestarían un gran servicio a la política de seguridad democrática no profundizando mucho, mientras no sean las propias autoridades las que hablen’.

Coronell contó lo que se supo después: “Raúl Reyes, fue descubierto en su campamento en Ecuador por el Ejército y la Policía colombiana que posteriormente entraron por aire, bombardearon, bajaron en helicópteros y rescataron los cuerpos de los abatidos y elementos que contribuyeran a la recolección de información del funcionamiento de las Farc”.

Para Daniel Coronell, ese mensaje fue “un claro ejemplo de censura a nombre de la guerra en contraste con la censura lograda a nombre de la paz en el fallido proceso de paz en el Caguán”.  Han pasado 12 años desde el bombardeo al campamento de Raúl Reyes y la familia del soldado Hernández sigue reclamando claridad sobre quién mató su familiar. Hasta la fecha no hay responsables señalados y su muerte sigue siendo un misterio.

Según él, los dos casos anteriores ejemplifican el deber de los periodistas y la función de la prensa: contar los hechos sin omitir la información. Su mensaje sonaría a frase de cajón si no fuera porque lo dice un periodista que ha vivido de cerca la censura, el hostigamiento y las amenazas de muerte por parte de los poderosos al ejercer su labor.

“Tenemos el deber humano siempre que haya concordia y entendimiento entre la gente. Pero como periodistas no podemos admitir en ningún momento que el precio de la concordia sea el silencio o sea la omisión de hechos que los ciudadanos tienen el derecho a conocer”, enfatizó.

Coronell aclaró que solo en casos extremos el periodista o medio de comunicación puede posponer una información y romper el secreto profesional: porque salva una vida de manera efectiva. “Nosotros (los periodistas) no nos podemos dejar persuadir ni a nombre de la guerra, ni a nombre de la paz, ni a nombre de los más nobles principios del silencio, porque como periodistas cumplimos una función social completa y tenemos que hacerlo estrictamente en todos los momentos”, finalizó.  

Este viernes 19 de junio a las 3:30 de la tarde finalizó el seminario virtual de intercambio de conocimientos y globalización, que hace parte del  convenio entre la Maestría en Periodismo Uninorte-El Heraldo y la Florida International University. Fue una semana de conferencias en las que participaron ponentes como Luis Guillermo Solís River, expresidente de Costa Rica, y Anthony Faiola, periodista del Washington Post.

El evento fue clausurado por Alejandro Alvarado, cabeza de la Maestría en la FIU, y el rector de la Universidad del Norte, Adolfo Meisel Roca. En 2021 este encuentro tendrá lugar en Barranquilla.