Los tiempos están cambiando
Una foto divulgada ayer por las agencias de noticias captó la atención mundial. En la imagen, de las esposas de los líderes de la OTAN, aparece un hombre: el esposo del primer ministro luxemburgués. Una situación novedosa.
Una foto divulgada ayer por las agencias internacionales se convirtió durante todo el día en la comidilla de las redes sociales. En la imagen, captada la noche del jueves en Bruselas, aparecen posando en grupo las esposas de los mandatarios que participaban en la cumbre de la OTAN en la capital belga.
Lo que más llamó la atención de la foto fue la presencia de un hombre. De un “primer caballero” en medio de las primeras damas, como titularon algunos medios. El foco de la curiosidad era Gauthier Destenay, esposo del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel.
Se trataba, sin duda, de una imagen inédita. Nunca antes se había dado la situación de que un homosexual declarado dirigiera el gobierno de un país europeo y, menos aun, de que su marido posara con naturalidad con las consortes de los líderes de la OTAN.
La opinión extendida es que la imagen enviaba una señal de modernidad, en un momento en que los homosexuales continúan luchando por el reconocimiento de sus derechos.
Ahora bien, y sin que se contradiga con lo anterior, la imagen encierra al mismo tiempo un punto que se presta para la discusión.
Dejando de lado la curiosidad por la presencia de Destanay, la foto muestra a nueve mujeres que se encuentran allí por su condición de esposas de hombres gobernantes. Cuentan las agencias que los organizadores de la cumbre les programaron actividades alternativas, entre ellas ir a centros comerciales.
Pero resulta que entre los gobernantes de la OTAN hay dos mujeres, la alemana Angela Merkel y la británica Theresa May, cuyos consortes no aparecen en la foto de marras.
¿Cuáles son las razones de su ausencia? Ninguno la ha explicado, probablemente porque nadie se lo ha pedido. Pero nos atrevemos a especular que, en el fondo, hay causas machistas. Quizá no de los dos citados consortes, sino de la propia dinámica de estos eventos alternativos en las grandes cumbres, donde los mandatarios solían ser exclusivamente varones y sus cónyuges eran entretenidas con actividades orientadas a ‘gustos femeninos’.
Queda, entonces, abierta la discusión de si lo moderno sería que los esposos de las gobernantes asumieran también su papel de consortes en los eventos, o que, por el contrario, desapareciera esta añeja costumbre nacida para atender ‘primeras damas’.
De todos modos, la foto no deja de ser curiosa. No solo por Destanay. También porque se trata del debut internacional de Brigitte Trogneux, la esposa del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, a quien lleva 25 años en un mundo donde lo ‘normal’ es que hombres maduros se casen con mujeres más jóvenes. En cierta forma, como decía Bob Dylan, los tiempos están cambiando.
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