Las dos caras de la moneda
La reciente prueba para entrar en Udea evidenció la apremiante necesidad de aumentar los cupos académicos y, al mismo tiempo, el atractivo que la institución pública sigue ejerciendo entre miles de jóvenes.
Contra viento y marea, la Universidad del Atlántico ha logrado con el paso del tiempo ampliar su cobertura académica y se ha consolidado como una institución muy apetecida por el estudiantado de la Región Caribe, pese al cúmulo de dificultades a que se ha tenido que enfrentar en su historia reciente.
Las pruebas para acceder a esa alma mater son un buen termómetro de ello. La universidad contaba con una disponibilidad de 2.837 cupos para el segundo semestre de este año, pero recibió 13.983 solicitudes de ingreso de aspirantes que puntuaban en la Prueba Saber, único requisito establecido para optar a uno de los cupos.
Las anteriores cifras se pueden leer, como sucede siempre con los datos, de dos maneras aparentemente confrontadas.
Una, negativa, pondría el énfasis en que algo más de 11 mil egresados de colegios que superaron los 220 puntos en la Prueba Saber vieron frustrada su pretensión de iniciar su educación universitaria. La otra, positiva, destacaría el elevado número de aspirantes como la demostración palpable de que estudiar en la Udea aún constituye una opción atractiva para una cantidad importante de muchachos del Departamento y de la Región.
Las dos visiones no son, ni mucho menos, excluyentes. Se trata en realidad de dos caras de la misma moneda: la de una universidad pública que a lo largo de su historia ha desempeñado un papel fundamental en la formación de generaciones de profesionales atlanticenses y costeños.
Hablamos de la institución de educación superior con mayor número de estudiantes de esta zona del país. Son más de 24.000 en la actualidad, que cursan 35 programas de pregrado, 17 especializaciones, 16 maestrías y tres doctorados. En total, 71 programas académicos.
El aumento de la demanda de cupos, sumado a la necesidad de facilitar acceso de las clases populares a los estudios, ha llevado a crear otras sedes, como la ubicada en Suan, cuya infraestructura sobresale en medio de la vía Oriental del Departamento. Está también la sede de Sabanalarga, cuya entrega final debe producirse en menos de un año. Además, la vieja sede del Centro, en la carrera 43, cuya vieja edificación está siendo adecuada en estos momentos.
Es de suma importancia que estas iniciativas entren cuanto antes en pleno funcionamiento, para reducir el número de aspirantes que cada semestre se quedan descolgados en los procesos de selección. Como se sugería con anterioridad, es fundamental que la universidad pública fortalezca su prestigio y siga concitando el interés de miles de jóvenes que le apuestan a la formación.
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