La tensión con España
No cesan los esfuerzos desde el país ibérico para presionar al Gobierno por la intervención de la eléctrica. Colombia ha mantenido una actitud prudente, pero convendría saber qué acciones ha realizado para hacer frente a la situación.
El presidente Juan Manuel Santos se ha pronunciado sobre el enfrentamiento que desde España se ha planteado con Colombia por la toma de posesión con fines liquidatorios de Electricaribe, firma del grupo Gas Natural Fenosa.
Mediante un mensaje en su cuenta de Twitter, el primer mandatario anunció que había hablado con el presidente español, Mariano Rajoy, y que no permitirá que este caso “afecte las óptimas relaciones diplomáticas y comerciales”.
Lo cierto es que empresarios y abogados españoles ya han empezado a ejecutar acciones que podrían no solo afectar las relaciones, sino tener otro tipo de repercusiones, al solicitar la intervención de la Unión Europea y presentar, ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos —OCDE—, un informe que deja muy mal parado al país en términos de su estabilidad jurídica e institucional frente a la inversión extranjera.
Dadas las circunstancias, convendría que el presidente explicara mejor qué es lo que está haciendo para defender los intereses colombianos, y en especial de la ciudadanía y el sector empresarial de la Región Caribe, principal concernido con la intervención estatal a la empresa. Es importante conocer qué compromisos asumió el presidente Rajoy, y si hará un llamado al orden ante las movidas que se están fraguando desde distintos sectores de su país.
Como lo ha venido reseñando EL HERALDO, la Superintendencia de Servicios Públicos, en cabeza de José Miguel Mendoza, tomó la decisión de intervenir y luego liquidar a Electricaribe tras comprobar que era inminente una interrupción de la prestación del servicio, habida cuenta de sus problemas financieros. Pero no hay que perder de vista que esta compañía carga a sus espaldas un extensísimo expediente de deficiencias de prestación, quejas y denuncias, incumplimientos de planes de inversión además de líos de posible corrupción en el manejo de programas para la normalización de los usuarios en zonas vulnerables.
Haría bien Colombia en plantar una posición firme, porque lo que no puede suceder es que se desande el camino recorrido para resolver la situación, ante las presiones.
Por eso, a su vez, haría bien el presidente en explicar en qué consiste la gestión efectuada con Rajoy, puesto que hay daños que ya se están haciendo desde la contraparte. Mientras que en España han realizado varias ruedas de prensa cuantificando la supuesta afectación por el caso, Colombia ha guardado una actitud más prudente. Sería oportuno aclarar a la opinión pública en qué consiste el esfuerzo para frenar la tensión, y si se le ha pedido a Rajoy intervenir.
Insistimos, hasta el momento hay mucho movimiento de la parte española, pero silencio en la parte colombiana. Y el reto de sostener el pulso para llevar la liquidación a buen término, para que derive en un operador de reemplazo que cumpla con calidad la tarea de brindar energía, es una preocupación que mantiene expectante a toda una región.
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