La Región Caribe “vive hoy la triste contradicción entre su enorme peso electoral, con el cual elige representantes al Congreso y define elecciones presidenciales, y su debilidad para convertir esa influencia en poder político para participar en la conducción del Gobierno central”.

Así comienza el capítulo de conclusiones de ‘El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano’, un estudio del prestigioso intelectual y codirector del Banco de la República Adolfo Meisel, que analiza las razones por las cuales la Costa influye poco en los órganos de decisión del Estado en comparación con el creciente peso político de la región.

Este acucioso documento sirvió de base para la celebración de la más reciente Tertulia de EL HERALDO, en la que algunos de los más destacados empresarios y líderes gremiales costeños reflexionaron sobre las posibles vías para superar el déficit de influencia política que señala Meisel.

Los participantes en el encuentro coincidieron de manera casi unánime en que la clase política de la región, tomada en su conjunto, carece de la solvencia necesaria para articular una estrategia regional seria, bien estructurada, e imponerla en la agenda del poder en Bogotá.

Siguiendo por esa línea argumental, convinieron también en que el sector privado costeño debería jugar un papel como dinamizador del debate público mucho más activo del que desempeña en la actualidad. En este punto resultaron inevitables las referencias a Proantioquia, una fundación muy sólida y de generoso presupuesto que creó en 1975 un grupo de empresarios de Antioquia para contribuir al desarrollo y la competitividad de esa región.

Precisamente, una de las propuestas más atractivas del estudio de Meisel es crear un potente ‘think tank’ costeño, inspirado en el paisa, que podría denominarse Procaribe.  

Al respecto se formó una intensa discusión, no tanto por la idea en sí –que, con diversos grados de entusiasmo, tuvo aceptación general–, como por los detalles para su posible implementación: hubo quienes consideraron que primero es necesario lograr una mayor cohesión de la Costa; otros sugirieron que los centros de pensamiento fueran más bien de alcance departamental, aunque pudiesen agruparse bajo un paraguas regional; algunos abrieron una interesante discusión acerca de cómo podría lograrse una financiación equiparable a la de Proantioquia. También, por supuesto, se habló de vincular dicha iniciativa a otras ya en marcha, notablemente el proyecto Ciudad Caribe, que abandera el presidente de la Andi, Bruce Mac Master.

En síntesis, la Tertulia cumplió el objetivo de colocar en la agenda el tema del peso de la Región Caribe en los órganos decisorios del Estado. Como medio de comunicación comprometido con el destino de la Costa, consideramos de enorme valor la aportación de Adolfo Meisel. Y coincidimos con él en que, pese a la dificultades técnicas, la creación de Procaribe sería un excelente punto de partida para desarrollar un proyecto común de Región.