El fútbol debe ser una fiesta
Mañana, con el partido de Junior contra Equidad, tendremos una ocasión de oro para demostrar que la violencia y el vandalismo que han aflorado en episodios recientes son actitudes ajenas a la tradición de nuestra ciudad.
Mañana, con el partido Junior-La Equidad, regresa el fútbol profesional al estadio Metropolitano, y la noticia viene precedida de una gran expectativa entre los aficionados rojiblancos, que vieron colmadas sus ilusiones en materia de contratación de jugadores con la llegada de figuras como Teo Gutiérrez y Yimmi Chará.
Lo importante es que la fiesta no se vea eclipsada por la acción delictiva o vandálica de unos pocos que no tienen ningún reparo en empañar el entusiasmo colectivo para conseguir sus fines aviesos.
La decisión oportuna de la Alcaldía de impedir el ingreso de comitivas de los equipos rivales al estadio para los partidos considerados de “alto riesgo” ha servido para controlar el enfrentamiento entre las ‘barras bravas’, fenómeno importado del sur del continente que ha hecho carrera en todo el país. Para esto ha sido fundamental el trabajo de la Comisión Local para la Seguridad, Comodidad y Convivencia del Fútbol
Profesional, encargada de tomar las medidas de control antes, durante y después de los partidos.
El reto ahora es evitar que grupos de delincuentes que se parapetan detrás de barras locales –no se les puede llamar de otra forma– hagan de las suyas, como sucedió lamentablemente hace dos semanas en los aledaños del estadio tras el acto de recibimiento a Teo.
La Dimayor, que integra a los clubes profesionales del país, parece haber tomado el toro por los cuernos después de muchos años, con la carnetización o enrolamiento de los hinchas, que busca identificar a las personas que ingresan a los estadios. El sistema biométrico, similar al usado por la Registraduría en las elecciones, también ha sido anunciado. Y Transmetro, cuyos buses son el blanco preferido por los vándalos, instalará videovigilancia en la estación Joaquín Barrios Polo para judicializar a los agresores.
Son medidas que, juntas, deben contribuir a que el fútbol no deje de ser el espectáculo pacífico que esperan los barranquilleros.
Mañana tendremos una ocasión de oro para demostrar que la violencia y el vandalismo son actitudes ajenas a la tradición de nuestra ciudad. Las medidas administrativas y policiales son fundamentales para conseguir ese objetivo, qué duda cabe, pero también resultará esencial el comportamiento ejemplar de los ciudadanos.
En el plano estrictamente deportivo, la cita de mañana no puede ser más atractiva, con los refuerzos de lujo que han aterrizado en el Junior y las estrellas que ya vienen jugando en el equipo tiburón bajo la batuta de Julio Comesaña. Una razón más, si se quiere, para disfrutar de la fiesta que se celebrará en el Metropolitano.
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