Conteo regresivo para acabar la cuarentena que Colombia inició el 25 de marzo, como parte de la estrategia para hacerle frente a la expansión de la pandemia del coronavirus. Este 1 de septiembre iniciará el Aislamiento Selectivo, la nueva fase en la que el país acelerará su reactivación económica poniendo fin a las excepciones y manteniendo mínimas restricciones a la movilidad de los ciudadanos, independientemente de los indicadores epidemiológicos en sus territorios.

Un momento de significativa relevancia en el que nadie debería perder la dimensión de su responsabilidad individual y colectiva frente al virus, que no desaparece como por arte de magia en virtud de la etapa de relativa ‘normalidad’ que se avecina. Por el contrario, este es un camino con exceso de riesgos, que demanda un mayor autocuidado, serenidad y prudencia porque el menor descuido puede significar un contagio.

Que la euforia de este tiempo tan ansiado, en el que se intercambian mensajes de ‘liberación’ por el final de la agotadora y prolongada cuarentena, no termine en un pernicioso relajamiento de las normas básicas de higiene, uso de tapabocas y distanciamiento social que haga olvidar a las personas lo aprendido a lo largo de este extenuante entrenamiento en el que, bajo el método de prueba y error, se ha logrado convivir con el virus. El que espabila, pierde.

Extremar las precauciones es menester de todos en los hogares: desde los más pequeños de la casa que podrán volver a salir a jugar en los parques hasta los que nunca han dejado de salir de ella para ir a trabajar, hacer el mercado o realizar una vuelta de banco desplazándose en transporte público; pasando por los que anhelan ver reabiertos más restaurantes, sitios de ocio nocturno, cines, estadios y playas. ¡Cuánta falta hacen los atardeceres al lado del mar!

En este proceso de reaperturas, según lo dispuesto por el Gobierno nacional, los alcaldes siguen teniendo la llave. Los mandatarios serán los encargados de verificar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, de otorgar avales y fijar cronogramas para el reinicio gradual de las actividades, como en su momento hizo Barranquilla con el comercio al por menor y el plan piloto de restaurantes, que será ampliado próximamente.

A diferencia de otras ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, que empiezan hasta ahora a mostrar señales alentadoras frente a la afectación causada por el virus, Barranquilla lleva varias semanas en un marcado descenso del pico respaldado por favorables indicadores, como un 88,1% de personas recuperadas: 31 mil de los 35 mil casos confirmados en la ciudad; una ocupación de UCI de 48%, positividad del 11% y un registro histórico de cero muertes tras casi cinco meses, al que se llegó el domingo 23 de agosto.

Sin duda la nueva realidad avanza en Barranquilla y el Atlántico, donde sus gobernantes, dirigencia gremial, representantes institucionales, líderes comunitarios y población en general deben actuar con cautela para evitar dar pasos en falso o entregar mensajes equivocados sobre minimizar o subestimar el riesgo ahora que hay ganas y posibilidad de reencuentro social. La amenaza de un rebrote es real y este departamento ya ha pagado un precio muy alto, demasiadas familias han perdido a sus seres amados y la economía está en números rojos.

Hasta que no exista una vacuna segura y eficaz nada está ganado. Barranquilla, a través del Centro de Investigación Médico Asistencial, Cimedical, formará parte del ensayo clínico fase 3 para buscar la vacuna contra la Covid-19, desarrollado por Johnson & Johnson y su grupo de compañías farmacéuticas, Janssen, en 60 mil pacientes de 8 países, entre ellos Colombia. Su inicio está previsto para septiembre, una vez se tengan los datos provisionales de la fase 1 y 2, en curso en Estados Unidos y Bélgica.

EL HERALDO se suma a este trascendental estudio clínico y varios integrantes de esta casa periodística, que no ha parado un solo día durante esta pandemia, seremos vacunados para aportar a la investigación, al gran esfuerzo que la comunidad científica mundial adelanta para conseguir la inmunización contra el virus que ha puesto en jaque a la humanidad entera. Será nuestro granito de arena en este descomunal desafío planteado por la Covid-19, frente a la que nadie puede bajar la guardia porque seguimos inmersos en días difíciles y en los que todo está en juego. Solidaridad y empatía también son claves para retomar el día a día.