Cita con nuestras raíces
Con la Batalla de Flores se ponen en marcha los principales desfiles del Carnaval de Barranquilla, que este año rendirán tributo al encuentro entre el río Magdalena y el mar Caribe.
Empieza hoy en firme la mayor fiesta popular del país, en cuatro días de sabor, música y folclor que condensan algunos de los principales rasgos de la identidad barranquillera y convierten a la ciudad en un gran escenario de celebración de la vida y la tradición cultural.
La Vía 40 recobra ese carácter especial del que goza exclusivamente en esta temporada, transformada en el gran cumbiódromo que albergará los principales desfiles del Carnaval de Barranquilla, obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, según valoración de la Unesco.
No es que la ciudad se paralice, sino que entra en un nuevo estado en función de la gozadera. Es un privilegio de orígenes históricos que les permite a locales y visitantes tomar un descanso frente a las convulsiones habituales de la cotidianidad, para mirarla desde otro punto de vista y recibir un nuevo ánimo para volver a abordarla, pero también una responsabilidad, puesto que en la fiesta, en las máscaras, en las comparsas, en los cumbiones, en los disfraces y en la picardía que se toman las calles pervive el legado de los primeros pobladores de estas tierras, y por ende, el fondo cultural de lo que somos.
La encargada de liderar el desorden más organizado del mundo es la reina Stephanie Mendoza, ‘Fefi’, que pasa al mando por estos días gracias al fuero especial carnavalero que rige para todos los hijos de esta tierra. La soberana del vacile se metió en el corazón de los carnavaleros gracias a la contagiosa sonrisa que ha caracterizado su mandato. Comandará hoy la Batalla de Flores, el mayor y más antiguo de los desfiles; pero como ella misma ha enfatizado más de una vez, el Carnaval es mucho más; es verbenas y fiestas que espontáneamente se extenderán a lo largo de la ciudad, como ocurre cada año.
La Batalla de Flores rendirá en esta ocasión un homenaje a las danzas y expresiones musicales que se gestaron alrededor del mar Caribe y el río Magdalena. El carnaval de Fefi se ha desenvuelto en torno a estas dos grandes desembocaduras culturales, que han definido el carácter del ser caribe y, en particular, el ser barranquillero.
Barranquilla, al empezar a despuntar en desarrollo económico y comercial, se convirtió en el vertedero de una amplia gama de tradiciones. El encuentro entre el río y el mar significó históricamente mucho más que el saludo entre los dos más importantes cuerpos de agua del país. También trajo consigo el encuentro entre saberes y formas de entender el mundo, y de gozarlo. Esa enriquecedora mezcla está contenida en muchas de las manifestaciones que se verán hoy y hasta el martes; detrás de cada una, hay una historia que habla de nuestras raíces.
La invitación es a disfrutar en pleno y con responsabilidad estos días de jolgorio, que nos recuerdan cada año de dónde venimos y, en el mejor de los casos, nos ayudan a reflexionar hacia dónde vamos.
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