Celebrando la cultura
Los ojos están puestos en Valledupar, la ciudad en donde por estos días se celebra el Festival de la Leyenda Vallenata, una vitrina que expone al mundo la tradición, la música y el folclor del Caribe.
Por estos días el país tiene los ojos puestos en nuestra región, puntualmente en la ciudad de Valledupar, donde se lleva a cabo la edición 52 del Festival de la Leyenda Vallenata.
Este evento, declarado como Patrimonio Cultural de la Nación, es uno de los más importantes de su clase en el continente, no solo por su capacidad de convocatoria, sino porque su espíritu fundador se ha mantenido intacto durante más de medio siglo.
En efecto, ese núcleo central alrededor del cual se aglutinan todas las actividades del festival, no es otro que preservar las expresiones folclóricas tradicionales del vallenato, representadas en las tres escuelas que aglutinan, no solo geográfica sino culturalmente, a una gran parte del Caribe: el vallenato bajero, de Magdalena y Bolívar; el vallenato sabanero, de Sucre y Córdoba; y el vallenato del Valle de Upar, del Cesar y La Guajira. Dicha premisa demuestra el profundo significado de uno de los eventos más importantes de la cultura colombiana.
Este año, como es costumbre, se realiza el concurso de la canción inédita, celebrado por primera vez en Patillal, corregimiento ubicado al norte de Valledupar e históricamente conocido como la ‘Tierra de los compositores’, además es el lugar natal del maestro Rafael Escalona. El desfile de piloneras, los concursos de acordeón, de los que surgirán los nuevos reyes infantil, aficionado y profesional; así como la novedosa categoría femenina, son otros de los atractivos de este encuentro.
El festival es también un importante factor de crecimiento para la economía local. Durante los días de la fiesta, el número de visitantes se incrementa como en ninguna otra época del año, lo cual dinamiza con fuerza sectores como el hotelero, restaurantes, comercio y servicios, al tiempo que se aumentan significativamente las plazas laborales temporales.
Así que, alrededor del son, el merengue, el paseo y la puya, los cuatro puntos cardinales de la más universal de las músicas colombianas, el pueblo vallenato y los miles de visitantes que disfrutan de la hospitalidad local tienen la oportunidad de reencontrarse con las formas originarias de la música, reafirmar los valores fundamentales de la tradición y pasar unos días de fiesta fraternal y pacífica.
El Festival de la Leyenda Vallenata es una de las más importantes expresiones de nuestro ser caribe, de nuestro legado y tradición, una razón suficiente para apoyarlo, acompañarlo y seguir divulgando su singularidad y su valía por todo el mundo.
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