Avanzamos, pero falta
El Índice de Competitividad Integrada mide a 63 países. Hace 4 años Colombia estaba en el puesto 58, y ahora estamos en el 52. Hoy es el tercero de la región, luego de México y Chile.
El International Institute for Management Development reveló en un informe reciente que Colombia subió seis lugares en el escalafón del Índice de Competitividad Integrada, elaborado periódicamente por sus expertos.
Eso quiere decir que hemos avanzado en factores como desempleo, infraestructura, eficiencia de gobierno y eficiencia empresarial, unos indicadores de desarrollo que muestran una tendencia positiva en los últimos diez años. Si bien estos resultados obedecen a las políticas implementadas por el actual gobierno, no hay que olvidar el aporte de los anteriores en este trabajo continuado para posicionar al país.
La eficiencia empresarial, específicamente el índice de mercado laboral, es el factor de mayor crecimiento, lo cual indica que las políticas que se han venido implementado en materia de formalización y calidad del empleo han resultado acertadas.
El Índice de Competitividad Integrada mide a 63 países. Hace 4 años Colombia estaba en el puesto 58, y ahora estamos en el 52. Hoy es el tercero de la región, luego de México y Chile. Así que son buenas noticias, pero no podemos conformarmos.
A pesar de que Colombia sigue estando en el segundo grupo, es evidente que persiste el clima propicio para que continuemos caminando hacia el desarrollo, y que no sería sensato ahorrar esfuerzos en cada uno de los frentes que no dan espera.
Es necesario que los planificadores y ejecutantes de las políticas públicas que alimentan este tipo de estudios, moderen su tendencia natural a creer que es suficiente con analizar las cifras macroeconómicas; ellas son una guía, un punto de referencia, pero muchas veces su frialdad nubla la visión de lo que pasa en la vida diaria de los millones de colombianos excluidos de las mediciones.
El desarrollo es una aspiración lógica y legítima que debe buscarse y encontrarse en la cotidianidad. Porque la pobreza, el desempleo, la inequidad, la exclusión, la escasez de oportunidades, que son nuestros principales problemas, tienen rostros, tienen espacios, tienen historias, y solo a través del reconocimiento de quienes están detrás de los números, será posible que los indicadores positivos aumenten con más rapidez.
Las conclusiones que evidencia este estudio de IIMD son alentadoras y constituyen un aliciente para seguir trabajando, para seguir mejorando. A lo mejor en otros diez años subimos otros seis puestos, y seis más en otros diez. A lo mejor, si la sociedad camina junta en pos de los mismos objetivos, el tan esperado desarrollo nos llega en mucho menos de lo que nos imaginamos.
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