Gustavo Petro completó 30 días como presidente. El primer jefe de Estado de izquierda en la historia registra índices de favorabilidad superiores al 56 % o al 69 %, dependiendo de la empresa encuestadora. Lo cual confirma que, pese a los cuestionamientos de distintos sectores, incluso entre sus propias huestes, por desaciertos políticos, anuncios desarticulados, salidas en falso o decisiones improvisadas, buena parte de ellos originados en la inexperiencia de miembros de su gabinete, el mandatario mantiene intacta su luna de miel con los millones de electores que lo catapultaron al poder el pasado 19 de junio.
Ese día en su discurso de victoria señaló tres de los ejes en los que ha centrado sus gestiones en estas semanas: la paz total, la justicia social y la justicia ambiental. En tanto, han surgido nuevos enfoques –la seguridad humana, los criterios de extradición, la visión de la lucha contra las drogas o el modelo energético, entre otros- que no han sido lo suficientemente explicados o desarrollados en sus alcances, así como en los términos en los que se ejecutarían. Por consiguiente, a la ciudadanía le ha costado digerirlos en este breve lapso. Fortalecer la manera de comunicar el contenido de sus mensajes, y ciertamente son muchos porque están trazando las líneas de grandes transformaciones para el país, y en particular para sus regiones, es una tarea pendiente del Ejecutivo que debería esforzarse, con sentido autocrítico, por ser más oportuno en sus interacciones y respuestas para no seguir dejando hilos sueltos.
Como lo que hasta ahora ha sido, una tragedia inacabable, la guerra ya le mostró su peor cara al nuevo Gobierno. El asesinato de 7 policías en una emboscada en Neiva, Huila, ratifica que el accionar violento de las organizaciones armadas ilegales, estructuras criminales o grupos delincuenciales –los mismos que han matado líderes sociales, firmantes de paz y civiles durante el último mes– no cesará tan fácilmente. Queda claro que la nueva doctrina de defensa o la seguridad humana, vinculada a la paz total, que “privilegia la vida sobre la muerte”, lo cual es incontrovertible, podría no tener fácil ni rápida ejecución por complejidades asociadas a su puesta en marcha, corriendo el riesgo de quedarse solo en promesas.
Petro ha mostrado un liderazgo realista reconociendo que los violentos quieren dejar las armas, mientras aumentan las hectáreas cultivadas con coca. Esta es una de las muchas contradicciones a las que se enfrenta su convocatoria para que las rebautizadas bandas multicrimen se acojan a la justicia y participen en un cese el fuego. Estructurar incentivos para cambiar esta azarosa inercia es uno de los elementos centrales de la prórroga de Ley de Orden Público que, de ser aprobada, ofrecerá la posibilidad de negociar acuerdos parciales en los territorios. En consonancia con eventuales diálogos regionales y la instalación de los PMU por la Vida en 63 zonas afectadas por la violencia en el país, el reanudado proceso de paz con el Eln sigue a la espera de definir sus reglas de juego. Se reconoce la presencia del jefe de Estado en regiones históricamente devastadas por el conflicto, como el Catatumbo o Buenaventura, pero el principal reclamo de muchos de sus habitantes es que urge pasar de los anuncios a los hechos.
Un acierto, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela; desconcertante, la fallida apuesta con la dictadura de Nicaragua. Las reformas de su partido, el Pacto Histórico, y de otros sectores políticos afines para impulsar su agenda en temas agrarios, ambientales o económicos, demandarán un arduo trabajo del Congreso que deberá esmerarse para evitar caer en los mismos exasperantes comportamientos que tantas veces le han criticado. La tributaria, aún en construcción, plantea el mayor desafío para calibrar la gobernabilidad del presidente. En el prematuro balance, se echan en falta acciones de calado en lo social, o políticas públicas que den piso a sus promesas de cambio en reducción de la pobreza o en la lucha contra la inequidad, asuntos determinantes en su elección. La vicepresidenta Francia Márquez sigue sin desempeñar el papel relevante que se esperaba en el anunciado Ministerio de la Igualdad, cuya creación no llega aún al Legislativo. Sin duda, en política la realidad determina lo posible o lo viable, dejando en segundo plano lo deseable. Mientras la promesa de cambio permanezca invariable, como hasta ahora, el Gobierno tendrá amplio margen para materializar sus anuncios. Que lo haga con dosis de estabilidad, confianza y, sobre todo, realidad refrendará su mandato con vistas a sus primeros 100 días.