Con cada nuevo encuentro detrás del gran objetivo de la integración regional, se esclarecen un poco más los escollos que es necesario superar para la consolidación de la Región Caribe como un bloque que sea mucho más que la suma de sus partes y que se desarrolle articuladamente en beneficio de cada una de ellas.

Hay evidencias de que ha crecido la conciencia sobre el potencial que existe para avanzar hacia un engranaje económico y social de las ciudades costeñas y, también, sobre las oportunidades que esto abriría en los escenarios nacional e internacional. El principio de competir menos y complementarnos más, con el fin de potenciarnos mutuamente para ser más competitivos frente a otros actores económicos, se muestra como un claro elemento aglutinante de los esfuerzos integradores que emergen desde distintas instancias.

La iniciativa Ciudad Caribe Colombia, que congrega desde ayer en Cartagena a líderes empresariales, políticos y académicos de la Costa, ha sido un espacio para reflexionar sobre el rumbo de estos esfuerzos y trabajar en la construcción de una hoja de ruta que conduzca a traducirlos en acciones concretas y programáticas.

El proyecto echa a andar en un momento de confianza en las potencialidades de las ciudades de la Costa, fundamentadas en sólidos indicadores económicos, y ante una coyuntura mundial que da a las ciudades y regiones mayor protagonismo en la economía global. Pero va más allá, como lo señaló en la instalación del evento Bruce Mac Master, presidente de la Asociación de Industriales Colombianos, Andi, que ha articulado el proyecto. Parte esencial de la tarea que plantea es generar un impacto positivo que trascienda lo económico y se irrigue en el fortalecimiento de las instituciones, la lucha contra la corrupción y la superación de la pobreza.

En el derrotero también figuran, de esta manera, las batallas contra los altos índices de desnutrición que aquejan la Región, así como la inseguridad que empieza a enquistarse en zonas de algunos centros urbanos.

Se trata de retos comunes. Ante los cuales, la identidad y la autenticidad Caribe constituyen un factor para estrechar lazos y buscar –también– estrategias comunes para abordarlos. La voz de Carlos Vives, que entonó el himno nacional, encarna este sentimiento caribe que descansa sobre el patrimonio cultural que nos une.

EL HERALDO, cuya misma razón de ser está firmemente comprometida con el desarrollo de la Región Caribe, es uno de los aliados de este proyecto, que cuenta con el respaldo del BID, Findeter, Bancóldex, ProColombia, y empresas como Promigas, Grupo Argos, Celsia, Puerto de Cartagena y Fundación Mario Santo Domingo, entre otros.

Las deliberaciones arrojaron luces sobre lo que se necesita para la constitución de una Ciudad Caribe verdaderamente competitiva. Al final, los panelistas coincidieron al momento de identificar cuál debe ser la piedra angular. Hay que arrancar con la educación. Es necesario un gran pacto por el Caribe que sitúe la educación de calidad en lo más alto de sus prioridades. Solo así, las buenas intenciones expresadas en los discursos no encallarán y podrán quizá llegar algún día a buen puerto, en beneficio de toda la población.