En los años 60 del siglo pasado, Barranquilla comenzó a vivir una profunda crisis que se manifestaba en la decadencia industrial y la disminución de la actividad portuaria. Ya estaba concluyendo la bonanza económica que atrajo a inversionistas y generó una inusitada idea de progreso, pero los campesinos que migraban desde las zonas rurales en busca de oportunidades, no lo sabían.

El desencuentro produjo los primeros cordones de miseria en los extramuros de la ciudad, que saturaron la capacidad de los servicios públicos y desbordaron la oferta de empleo. Entonces un grupo de empresarios de la Región tomó la decisión de fundar la Universidad del Norte, para salirle al paso a la coyuntura y al mismo tiempo sembrar futuro. La crisis –dijeron– era también de liderazgo.

No se trataba solo de un claustro universitario; la apuesta era instalar nuevos ideales en la ciudad, para que en adelante sus hijos gravitaran sobre la misión suprema de educar y ser educado. Esa era, desde la perspectiva de aquellos hombres, la ruta para reencontrar escenarios de prosperidad y desarrollo.

Hoy ese sueño cumple 50 años, al amparo de indicadores que la hacen notable a nivel nacional.

A partir de la acreditación institucional que el Ministerio de Educación le ha otorgado por los altos estándares de sus programas, la Norte funge como una de las diez universidades más importantes del país.

Cuenta con 39 grupos de investigación clasificados por el sistema nacional de ciencia –11 de ellos en la máxima categoría– y una oferta de 97 especializaciones, 50 maestrías y 14 doctorados que dialogan con las expectativas de la Región.

Y como de los 11.184 estudiantes que cubren sus 28 carreras profesionales, 4.183 son becarios, el campus del kilómetro 5 testimonia la proyección social con la que se presenta en una zona del país donde apenas 30 de cada 100 bachilleres tienen garantizado su acceso a la educación superior.

Los últimos ranking la ubican, además, como la tercera universidad más verde de Colombia y la primera en manejo de residuos sólidos en todo el país.

En general son esos indicadores institucionales los que han dado sello de calidad a los egresados del alma mater, que hoy gobiernan procesos en las empresas, medios de comunicaciones, organizaciones no gubernamentales, agencias de gobierno, como lo destacó el rector Jesús Ferro Bayona, responsable, en muy buena parte, de los procesos de crecimiento y transformación que ha tenido la universidad y de esa forma la educación superior de la Costa. No es circunstancial, por ejemplo, que los actuales gobernador del Atlántico y alcalde de Barranquilla, sean egresados de esta universidad. Es un reflejo de la misión que se trazaron los fundadores.

Dada la afectación positiva en la economía, la política, la cultura y las demandas sociales en el Caribe colombiano, la celebración trasciende a Barranquilla.

Pues lo que alguna vez fue una ilusión de ciudad que los profesores, directivos y estudiantes de la Norte han atendido, es hoy por hoy una realidad palpable que abraza a toda la Región.¡Felicitaciones!