El Heraldo
Vista aérea del complejo industrial de la Refinería de Cartagena. Archivo
Economía

Los manejos deficientes de Reficar

EL HERALDO conoció el informe de la Contraloría General en el que, por primera vez, revela aspectos del sobrecosto millonario de la nueva refinería • Cuestiona falta de experiencia de contratistas.

La inesperada mezcla de “deficiencias en la planeación” e “inexperiencia del socio estratégico” han llevado al país a conocer un histórico escándalo administrativo por el monto del sobrecosto de la obra cuestionada: la ampliación de la Refinería de Cartagena, Reficar, el estratégico proyecto del sector petrolero nacional, terminó costando –por el momento– USD4.023 millones más de lo presupuestado.

Un retraso general de tres años en la entrada en operación; desfases en el cálculo de la productividad de los trabajadores; deficiencias en los controles y hasta la adquisición de equipos –como una planta de hidrógeno en Puerto Rico por USD3,9 millones– que nunca fueron utilizados forman parte de lo que para conocedores de este sector productivo es la “punta de la madeja” de presuntas y millonarias anomalías en la construcción.

La Contraloría General de la República, CGR, no duda en afirmar que lo sucedido en Reficar ha ocasionado un esfuerzo financiero y logístico que “ha impactado seriamente la rentabilidad y el retorno de la inversión”.

En medio de la crisis petrolera mundial, esto pone en jaque a Ecopetrol como garante de millonarios préstamos internacionales.

CUESTIONAMIENTOS

EL HERALDO tuvo acceso al documento ‘Refinería de Cartagena: lecciones aprendidas y no aprendidas de un megaproyecto’, en el que la CGR deja en claro que, a pesar de la importancia de este, al punto de que ha recibido el apoyo de los últimos cuatro gobiernos nacionales, hubo “deficiencias en los controles” de los procesos adelantados.

En el documento de 145 páginas surgen cuestionamientos a la falta de experiencia para este tipo de obras de la empresa suiza Glencore, escogida inicialmente como socio estratégico, y de la compañía estadounidense Chicago, Bridge & Iron (CB&I), contratada para terminar las obras.

En el caso de Glencore, a la que el 25 de agosto de 2006 le adjudicaron el plan maestro de desarrollo de Reficar, la Contraloría revela que en diciembre de 2008 y enero de 2009 argumentaron “dificultades insuperables” para la financiación requerida y pidieron paralizar el proyecto. Un mes después propusieron retirarse.

Pese a que lo argumentado por la empresa extranjera “no se probó”, la Contraloría cuestiona que Ecopetrol aceptó el retiro sin hacer valer los “mecanismos para contrarrestar los incumplimientos del socio adjudicatario”, consistentes en el cobro de una garantía por USD75 millones; tampoco le aplicó la multa diaria pactada por USD166 mil ni otra pena por USD40 mil por incumplimiento. Contrario a esas exigencias, Ecopetrol compró las acciones a Glencore por USD549 millones y asumió la responsabilidad total por Reficar.

CONTRATISTAS INEXPERTOS

Sorprende además que, según la Contraloría, la falta de experiencia para una obra de esta naturaleza, en la que estaban en juego miles de millones de dólares, no solo sea atribuida a Glencore como principal socio.

Aunque no especifican nombres, pues este primer informe ha dado pie a una auditoría de fondo en Reficar que ya comenzó, el ente de control fiscal en sus primeros hallazgos también evidenció “inexperiencia” en los contratistas seleccionados para la ingeniería detallada, el suministro y la construcción y la ingeniería básica de la obra.

CUMPLIR O CUMPLIR

Un análisis especial de lo encontrado hace referencia al endeudamiento asumido. En razón de su necesidad de financiamiento por su “escenario negativo” en el corto plazo al no entrar en operación la nueva refinería y al elevado costo de sus mayores inversiones, Reficar se comprometió a pagar en 14 años intereses y capital de los créditos recibidos.

Advierte la CGR que si bien esos recursos de crédito son recuperables para la refinería en el largo plazo, para el país son “bastantes onerosos” si se tienen en cuenta los costos y las comisiones crediticias pactadas.

“Es así como se puede determinar que en razón de los contratos de créditos pactados por la suma de USD2.368 millones, Reficar termina comprometido a pagar un costo de USD1.128 millones que le cuestan al país el apalancamiento utilizado por Reficar en el corto y mediano plazo del proyecto”, indica el informe.

Por los compromisos crediticios, Ecopetrol, de por sí emproblemada por la crisis petrolera, debe “mantener estados financieros viables” y Reficar tiene que “demostrar una viabilidad financiera del proyecto en todo momento”. Este escenario deja a Ecopetrol es una “exposición en cuanto a su reputación financiera” si no obtiene un retorno adecuado de su inversión en el corto y mediano plazo, dice la Contraloría.

EL CONTRATO CON FOSTER WHEELER Y SUS 3 OTROSÍ

La Contraloría General halló otras situaciones sorprendentes. Una de ellas es el contrato 13-125698-00 de planeación, gerencia y supervisión suscrito con la empresa Foster Wheeler. Este fue celebrado el 8 de noviembre de 2009 y debía terminar el 10 de diciembre de 2013, pero le colgaron tres otrosí, es decir hasta diciembre de 2015. Aunque el contrato fue celebrado sin cuantía, afirma la CGR, se estima que inicialmente era por USD95 millones. De acuerdo con los documentos revisados por el ente fiscalizador, en el contrato “se establecen 6 obligaciones generales, muy amplias, en donde eventualmente puede deducirse cualquier tipo de responsabilidad” a cargo del contratista. Posteriormente, señala la Contraloría, las obligaciones fueron puntualizadas en el anexo 8, pero, cuestiona, “continúan siendo ambiguas”. Hasta la fecha del primer otrosí, los auditores de la CGR hallaron que se habían producido “44 órdenes de cambio” en la ejecución de contrato “lo cual evidentemente impacta en el objeto del mismo, en las obligaciones y en la cuantía”.

Por ese otrosí el contrato pasó a costar USD170 millones, hasta el 10 de septiembre de 2014. Luego firman dos otrosí más y en el tercero pasa a valer USD200 millones, hasta el 10 de julio de 2015. Pero el presidente de Reficar, Reyes Reynoso Yáñez, notifica al contratista del uso del pacto de opción, lo cual significa que se ampliaba el plazo hasta el 30 de diciembre de 2015 y el valor, de acuerdo con una tabla pactada, pasó a USD231 millones.

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