Elecciones de 2018 favorecerán el crecimiento económico
Tradicionalmente en Colombia el periodo previo y posterior a las elecciones dinamiza sectores clave de la economía, como el consumo en los hogares, el gasto del gobierno y la inversión en obras civiles.
Todo proceso electoral genera un impacto sobre la economía, y las próximas elecciones presidenciales en Colombia no serán la excepción. Datos del Dane dejan ver que durante estos periodos el consumo de los hogares, del gobierno y el gasto en obras civiles incrementan considerablemente.
De acuerdo con Jorge Quintero, profesor del IEEC de Uninorte, es bastante común que los meses previos a las elecciones aumente el gasto público en el país. “La situación hace parte de lo que se conoce como un ciclo político-económico-electoral oportunista, el cual se caracteriza por la generación de incentivos, usualmente en el año previo a las elecciones, con la intención de atraer mayor número de votantes”, dice.
El profesor agrega que después de las elecciones el gasto disminuye y se suele generar una desaceleración en el crecimiento económico, pues no hay tanta motivación política para incurrir en altos gastos sociales.
Para esta ocasión, hay varios aspectos a tener en cuenta. En primer lugar, la economía colombiana ha estado en riesgo de crisis fiscal (cuando el Gobierno gasta más de lo que tiene), lo cual puede explicarse por la presión que conlleva el posacuerdo, sumado al impacto que tiene la corrupción en el presupuesto nacional.
En segundo lugar, el crecimiento del PIB para los dos primeros trimestres de este año no han superado la tasa del 1,3%. Según el Banco Mundial, este panorama se mantendrá a lo largo del 2017, generando bajas expectativas de crecimiento para la nación; no mayores al 2% para este año. El consumo nacional ha sido de los mayores perjudicados, lo que puede ser, en parte, efecto de la reforma tributaria que subió el IVA.
Expectativas positivas
A pesar del estancamiento de la economía, se espera que una vez se lleven a cabo las elecciones presidenciales, la dinámica favorable se restablezca. El Banco Mundial mantiene expectativas de crecimiento del PIB para Colombia en 2018 de 3,1%, y para 2019 de 3,4%.
Estas buenas expectativas tienen respaldo en los fuertes crecimientos del PIB que se observaron los años en que se posesionaron los cuatro últimos presidentes. Por lo general, un nuevo mandatario genera efectos inmediatos en la confianza inversionista, estimula el incremento de las compras del Estado y mejora el comercio internacional. Sin embargo, no deja de preocupar la difícil situación fiscal que afronta el país, la cual podría agravarse si llega un presidente que no controle el gasto.
Quintero sostiene que a pesar de las motivaciones políticas que pueda haber para aumentar el gasto del Estado, el 2018 no será un año caracterizado por un fuerte incremento del gasto público. “El proyecto de presupuesto para el próximo año tiene un monto muy cercano al de 2017. Por este motivo, y por otros factores externos que afectan el desempeño de la economía colombiana, como los precios del petróleo, no esperaría un crecimiento superior al 3%”, agrega.
Pese a esto, la tradición en Colombia es que el año de posesión de un nuevo presidente, se incremente el gasto, para lo cual la aplicación de nuevas políticas públicas es un elemento que favorece en este sentido.
Durante las últimas cuatro jornadas electorales, componentes de la demanda como el consumo de los hogares, la formación bruta de capital y capital fijo son los que han mostrado los mayores crecimientos. Según el Dane, de estos elementos los que mostraron mayor crecimiento en el primer periodo del expresidente Uribe fueron la formación bruta de capital y capital fijo, con el 11,4% y 11,5% en el año en que transcurrió su posesión.
Para el segundo periodo de Uribe, durante la jornada electoral se experimentó un mayor crecimiento de estos componentes, al igual que un fuerte aumento del consumo de los hogares. Durante las jornadas de campaña hubo un mayor desempeño del consumo de bienes duraderos y servicios para los hogares y la agricultura, construcción y obras civiles para la formación bruta de capital.
Un factor que será determinante en el rumbo que tome el desempeño económico del país será el tipo de políticas económicas aplicadas por el nuevo presidente. Con la salida del conflicto armado en Colombia, el incremento de casos asociados a corrupción y la política económica fallida de varios países de Latinoamérica, se debe plantear un modelo que garantice la estabilidad y el aprovechamiento óptimo de los recursos públicos. El primer desafío que deberá afrontar el nuevo presidente será una situación fiscal difícil.
Presidente nuevo
El año que se posesiona un nuevo presidente en Colombia ha tenido un balance positivo para la economía nacional. En los dos periodos de posesión de Uribe, el PIB mostró un crecimiento anual del 3,9% y 6,9%, respectivamente.
Su política de mayor confianza inversionista y de los consumidores trajo consigo crecimientos en la inversión extranjera directa y en la demanda final interna. Para ese periodo fueron clave las expectativas de aumento en los precios del petróleo.
Con la llegada del presidente Santos, por su parte, se mantuvo la tendencia creciente de la economía a partir de factores de demanda. En 2015, el capital fijo fue el componente de demanda con mayor aumento (19%). Este dinamismo permitió un crecimiento del 6,6% en su primer periodo. Para el segundo, la tendencia cambió, pues se sintió la caída de los precios del petróleo y las bajas expectativas que mostraron los inversionistas.
