El Heraldo
Economía

¿El teletrabajo llegó para quedarse en Colombia?

Esta modalidad de trabajo en la que se encuentran muchos colombianos en medio de la pandemia, plantea retos para su aplicación y las empresas contemplan su permanencia.

El teletrabajo no es una modalidad nueva en Colombia, al menos en teoría. Sus inicios datan desde hace 12 años cuando se establecieron las normas para promoverlo y regularlo como un instrumento de generación de empleo por medio de las herramientas que ofrece la tecnología.

En medio de la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19 y las medidas de aislamiento preventivo, esta estrategia laboral tomó mayor fuerza en el país partiendo de la recomendación del Ministerio de Trabajo al sector público y privado para adoptarlo. Esta modalidad también se ha convertido en una alternativa para mantener la generación de empleo y la productividad de las empresas durante la cuarentena.

En la Ley 1221 del Ministerio TIC se define al teletrabajo como “una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de información y comunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo”.

El Gobierno ha reiterado los requisitos y obligaciones que las empresas deben tener con los empleados a quienes se les asigne laborar bajo esta modalidad, entre ellos, se recomienda una visita previa para evaluar las condiciones de salud ocupacional y una jornada laboral flexible. Al tener en cuenta las restricciones de movimiento, la adopción masiva de nuevos espacios y la responsabilidad de evaluar las condiciones laborales, la Federación de Aseguradoras Colombiana (Fasecolda) adecuó un formato para la autoevaluación de las condiciones por parte del trabajador, el cual una vez sea diligenciado, permite establecer al empleador las adecuaciones pertinentes.

Corresponde a las ARL vigilar las condiciones de quienes desarrollan el teletrabajo. Los factores de riesgo que pueden influir en la intimidad del hogar se clasifican en siete áreas, según Fasecolda. Las más frecuentes son las condiciones ergonómicas, locativas, ambientales, riesgos biológicos, riesgos de incendio y explosión y riesgos eléctricos. Desde en punto de vista técnico, la migración –forzada– de los trabajadores hacia sus hogares también disparó el uso de las plataformas de tecnología y por supuesto el consumo de Internet.

“Actualmente, las redes de acceso no están preparadas para una cuarentena, ya que esto implica el crecimiento exponencial de usuarios conectados simultáneamente”, dijo Hernán Yepes, gerente regional para Latinoamérica de Padtec, empresa brasileña de fabricación de sistemas de transporte óptico. Desde el inicio de la cuarentena en Colombia el consumo de internet en los hogares se ha disparado hasta el 38,8% según concluyó la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) en su segundo reporte de análisis con corte al 16 de abril.

En dicho informe concluye que pese al alza de la demanda, la infraestructura es estable y no representa un riesgo.

Retos a la vuelta de la esquina

Si bien en el país existe desde hace tiempo una norma para regular y promover el trabajo en casa, esta modalidad no estaba del todo implementada.

“En Colombia el teletrabajo ha representado un sacudón muy grande”, dijo Víctor Solano, periodista y consultor TIC. Uno de los impactos positivos que valora el especialista es que los empresarios se han dado cuenta de que pueden considerar prescindir del arrendamiento millonario de espacios.

A partir de allí, el especialista propone que se compartan responsabilidades y privilegios, porque ya que las empresas se ahorrarán las facturas de servicios o arrendamientos, “sería justo que les transfieran esos recursos a los empleados, ya que ellos en sus casas tienen que consumir más servicios públicos”.

Esta idea cobraría sentido ya que según el Decreto 1072 del 2015, al teletrabajador no se le reconoce el pago de un auxilio de transporte ya que sus actividades no requieren gastos de movilidad. La idea sería replantear el aporte del transporte por un alivio en los servicios públicos.

“Es una discusión que llegará pronto. No se trata de pagarle los servicios a los trabajadores pero sí un auxilio que sea correspondiente el tiempo de las horas dedicadas versus la ocupación”.

“Por lo menos entre el 35% y el 40% de nuestra compañía seguirá teletrabajando”
Una colaboradora de Teleperformance.

A tres semanas de haber inaugurado su sede en Barranquilla, las cosas para Teleperformance cambiaron drásticamente. “Para nosotros representó un reto monumental poder desplegar una estrategia WAHA (Work At Home Agent) en menos de tres semanas, siguiendo las normas y parámetros que se han ido promulgando en esta coyuntura, pero con el apoyo de proveedores de tecnología pudimos enviar a 25 mil personas de todo Colombia a trabajar desde casa”, señaló Andrés Bernal, CEO de Teleperformance para Colombia y Guyana, Perú.

A cada uno de los colaboradores se les proporcionó el equipo necesario y un subsidio de internet.

“Esta fue una decisión que se tomó, independiente de que nuestra actividad estaba exceptuada de la cuarentena, porque nuestra prioridad es que Teleperformance Colombia siempre sea un lugar seguro”, remarcó Bernal. La totalidad de los empleados de la firma en la capital del Atlántico está en modo teletrabajo.

“Luego del aislamiento, estamos considerando que por lo menos entre el 35% y el 40% de nuestra compañía seguirá trabajando remotamente, pues ya hemos podido demostrarles a nuestros clientes que el rendimiento es igual o mejor a lo que veníamos teniendo en nuestra dinámica anterior al COVID 19”, puntualizó el directivo.

La reinvención en medio de la coyuntura les permitió generar más de cuatro mil empleos repartidos en sus cuatro sedes en el país.

Mayor compromiso y aumento en la productividad

Ernesto Ruiz es el fundador de BlackHost, una firma de base tecnológica desarrolladora de software y con experiencia en el marketing digital. Ruiz relató que desde el anuncio de la cuarentena obligatoria abandonaron sus oficinas en la carrera 50 #68-63 y se sumaron al teletrabajo.

“Hasta el momento notamos en el equipo mucho más compromiso, lo que se ve en el aumento de la productividad ya que se cumplen los tiempos de entrega como nunca antes. En gran medida, hemos notado que los colaboradores valoran mucho más su trabajo”.

En la actualidad el uso de plataformas digitales, como de videoconferencia o chats, les permite tener una “buena comunicación”.

Su producto estrella actualmente, la red social Blumer, se ha visto “premiada” a raíz de la pandemia, ya que docenas de empresas han “reaccionado y se quieren vincular cada vez más a nuestros servicios”.

La calidad del servicio eléctrico influye en el trabajo

Desde el 13 de marzo, Gustavo de la Vega le dijo a sus colaboradores tanto en Native Apps como en The Orange Lab, que se irían a teletrabajo, pero que el personal se requiriera podía dirigirse a las instalaciones.

A la fecha, todo el personal de los dos emprendimientos se mantiene trabajando desde casa. De la Vega ha determinado junto con su equipo que el hecho de estar encerrados “afecta a la productividad” y hay que esperar a la era pospandemia para ver cómo será la dinámica. Desde las firmas hicieron una evaluación de las condiciones de los espacios en las casas de sus trabajadores y le han enviado soluciones como sillas ejecutivas.

La calidad del servicio eléctrico es, a su consideración, el mayor reto del teletrabajo en el Caribe colombiano. “Al llover falla en demasía el servicio eléctrico, lo cual nos afecta el trabajo. En las oficinas tenemos planta eléctrica, pero ¿y en las casas? Por eso considero que no se debería eliminar del todo la oficina”, dijo.

Actualmente se encuentran diseñando una estrategia 4x10, es decir, trabajar en la oficina por cuatro días y los otros diez en casa.

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