El Heraldo
El gobernador del Atlántico José Antonio Segebre cierra cuatro años de gestión el próximo 31 de diciembre.
Economía

Los cuatro años de Segebre en cuatro datos económicos

EL HERALDO hace foco en cuatro indicadores que muestran el estado de la economía del departamento del Atlántico previo a la llegada al poder del actual mandatario, y su evolución durante el cuatrienio de su gobierno.

A tono con el informe publicado ayer por EL HERALDO, donde se hizo un balance de las principales obras e inversiones en los ocho ejes de desarrollo del gobierno de José Antonio Segebre, y que arrojó un cumplimiento del 93% después de cuatro años de gestión, esta casa editorial analiza hoy la evolución de cuatro aspectos de la economía del departamento del Atlántico entre 2012 y 2015: el PIB, el flujo de ingresos y egresos, la deuda pública y el mercado laboral. Con este informe buscamos dar luces sobre el panorama con el que se encontrará Eduardo Verano al asumir la Gobernación el próximo 1 de enero.

1. Construcción, fuente de crecimiento del PIB en el Atlántico

El producto interno bruto (PIB) del Atlántico creció 6,3% en promedio entre 2012 y 2014, los primeros tres años de gobierno de José Antonio Segebre. Mientras tanto, el promedio del PIB nacional en estos mismos años fue de 4,5%.

Según datos del DANE, la suma de todo lo que se produce en el Atlántico tuvo un comportamiento inverso al del país, es decir, en los años en que se evidencia un crecimiento en el índice departamental, en el nacional se ve una retracción, y viceversa.

Según José Luis Polo Otero, director del Centro de Estudios sobre Innovación (Cesi), el impulso de la cultura empresarial y el desarrollo positivo de Barranquilla en los últimos años, que representa el 85% de la economía del departamento, pueden explicar en parte el comportamiento del PIB.

“La economía del Atlántico es mucho más dinámica que el conjunto de la economía nacional”, afirmó Polo Otero. Para el profesor del Instituto de Estudios Económicos del Caribe (IEEC) de la Uninorte, “a nivel nacional, el carbón y la explotación minera en general tienen un peso muy grande en la economía, mientras que en el Atlántico se destaca el desempeño empresarial que tiene gran impacto a mediano y largo plazo en la economía. Además, a Barranquilla se han traído empresas que tienen una dinámica superior a la nacional”.

En cuanto a la composición del PIB, en 2014 los sectores con mayor participación fueron el sector de establecimientos financieros y servicios de las empresas (22%), junto con el de actividades de servicios sociales (17%) y el de la industria manufacturera (16%). Sin embargo, los que han experimentado mayor crecimiento entre 2012 y 2014 han sido la construcción y la explotación minera y de canteras.

En 2014 el porcentaje de participación del Atlántico en el PIB nacional era de 4%. Al comparar el desarrollo del departamento con el resto, se evidencia que a pesar de ser el de mayor participación en la Región Caribe, no se ubicó entre las 6 economías departamentales con mayor participación (que son Bogotá, Antioquia, Valle, Santander, Meta y Cundinamarca). Sin embargo, el Atlántico sí estuvo entre los de mayor crecimiento en el país con 6,7% principalmente por la actividad de construcción.

2. Freno de la Asamblea, una de las razones de excedentes públicos

Las cifras de la Secretaría de Hacienda apuntan a que durante los últimos cuatro años, el balance de cuentas públicas, la relación entre los ingresos y gastos de la administración, tuvo un saldo positivo año a año.

A pesar de que entre 2012 y 2015 los gastos aumentaron en mayor proporción a los ingresos, el saldo de las cuentas públicas continuó siendo favorable. En promedio, el excedente en el flujo de ingresos y egresos desde 2012 fue de $140 mil millones cada año.

El secretario de Hacienda del Atlántico, Juan Carlos Muñiz, explicó que los ingresos aumentaron principalmente gracias a la fiscalización de la renta “que está en un 100%”, mientras que los gastos se ejecutaron según lo autorizado por el Gobierno y aprobado por la Asamblea.

“Por ejemplo, la administración nacional depositó $1.600 millones en octubre con una destinación específica, pero nunca se recibió la autorización para gastarlos. Esa plata quedó ahí y como no se ha podido utilizar queda como recursos del balance para el año entrante”.

Adriana Restrepo, investigadora económica de Fundesarrollo, aclaró que si se incluyen todos los ingresos del departamento, “es normal que siempre sea superavitario porque se toman en cuenta los recursos del balance, que son ingresos que vienen de años anteriores, recursos del crédito o por venta de activos”.

El gasto que más ha aumentado a lo largo de los últimos cuatro años ha sido la inversión pública, mientras que los gastos de funcionamiento aumentaron durante los primeros dos años de gobierno, pero disminuyeron en 2014 y 2015.

El economista Jairo Parada afirmó que un balance de ingresos y egresos que muestra que se gasta menos de lo que se recibe puede revelar un manejo sano de los recursos pero “habría que ver las ejecuciones presupuestales para ver si hay ejecución”.

Los datos del cierre de gestión del gobernador Segebre señalan que el cumplimiento del Plan de Desarrollo departamental entre 2012 y 2015 fue del 93,53%. En cuanto a la ejecución de los gastos totales, es decir el porcentaje de los recursos apropiados que efectivamente fueron utilizados, en 2014 fue del 75% de lo presupuestado. Durante los años anteriores, la ejecución de los gastos se encuentra discriminada según los egresos de los distintos ejes del plan de gobierno.

Con respecto a 2015, Muñiz afirmó que la ejecución de gastos llegará a 80% a final de año y agregó que “si queda un 17% o 20% que no se pudo ejecutar es porque no obtuvimos las autorizaciones necesarias”.

Andrés Escobar-Espinoza, especialista en balances financieros y director de la revista Panorama Económico de la Universidad de Cartagena, sostuvo que las entidades territoriales deben planificar sus gastos según los ingresos que ya tienen determinados. “Si yo sé que el próximo año voy a recibir $1.000 entonces planifico mis acciones de tal forma que gaste los $1.000”.

“Es cierto que uno no puede quedarse con plata en las cuentas del Estado, sino que hay que gastársela”, coincidió el saliente Secretario de Hacienda. Y agregó: “En nuestro caso, no nos la hemos gastado no porque no queremos, sino porque en algunos casos no podemos”.

3. Reducción de la deuda pública aumentó recursos disponibles

La deuda pública del departamento se ha reducido desde el comienzo de la gobernación de Segebre. A pesar de que la deuda representaría alrededor del 13,7% del total de ingresos del Atlántico, en 2012 rondaba el 23%. Hasta el 20 de noviembre de 2015, la deuda pública era de $174 mil millones.

Según el informe de rendición cuentas de gestión del saliente gobernador, “la estrategia (para la reducción de la deuda) se centró en pre pagar obligaciones costosas y mejorar las tasas de interés pactadas anteriormente”. Los recursos que estuvieron disponibles en los últimos cuatro años por la reducción de la deuda fueron cerca de $20 mil millones.

En este sentido Adriana Restrepo, comentó que un tipo de deuda pública viene de los créditos que el departamento toma con entidades financieras o la nación y otro tipo de deuda que se genera a partir de las adquiridas hace más de un año atrás y que no se pagaron. “Si hubo un balance superavitario quiere decir que estos pasivos exigibles no se incrementaron, es decir, no se generaron cuentas por pagar”.

En cuanto al aumento de la deuda que registra entre 2014 y 2015, Andrés Escobar-Espinoza agregó que  usualmente los gastos públicos aumentan durante un año electoral.

4. Aunque disminuyó el desempleo, creció la informalidad

La evolución de los indicadores de empleo en el Atlántico evidencia que ha disminuido la tasa de desempleo mientras que ha aumentado la cantidad de gente que busca trabajo y que está trabajando.

Lo anterior contrasta con el análisis de la calidad del empleo creado y por las elevadas cifras de empleo informal.

Entre 2012 y 2014 la tasa de desempleo disminuyó  en 0,4 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, la cantidad de personas que se encuentra buscando trabajo o trabajando, es decir la tasa global de participación, aumentó 1,3 puntos porcentuales. La tasa de ocupación, o aquellas personas en edad de trabajar y tienen trabajo, pasó de 54,8% en 2012 a 56,3% en 2014, es decir aumentó 1,5 puntos porcentuales.

Sin embargo, un informe del Instituto de Estudios Económicos de Caribe (IEEC) de Uninorte liderado por el profesor Jairo Parada, con la colaboración de Jean Carlos Vega, estudiante de la Maestría en Economía de Uninorte, publicado por EL HERALDO en 2014 establece que “pese a que la tasa de desempleo en la región ha disminuido consistentemente —en el año 2013 se ubicó en 7,81%—, tanto la informalidad como el subempleo no han bajado significativamente”. 

Según el estudio, en 2013 alrededor del 60% de la población ocupada del Atlántico tenía un empleo formal, mientras que cerca del 40% estaba en la informalidad. La cifra de ocupados que manifestaron estar en trabajos informales en el departamento se encontraba por encima del promedio regional (26,6%). 

Parada explicó en ese entonces que “hay un dinamismo económico interesante, pero el reto está en lograr empleos de calidad y no solo generar empleo precario que no resulta sostenible”.

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