El Heraldo
Los beisbolistas extranjeros de los Caimanes de Barranquilla se divierten horas jugando a la pelota caliente en consolas de videojuego como el Play Station 4. Hansel Vásquez
Deportes

Un día de un beisbolista extranjero en Barranquilla

Los peloteros foráneos de Caimanes disfrutan su tiempo libre viendo series, escuchando música y conociendo la ciudad.

Antes de cada juego, Nelson Pérez sigue teniendo una gran responsabilidad sobre sus manos. No tiene permitido errores. Mucho menos en un tema tan fundamental y necesario para los peloteros de los Caimanes de Barranquilla como es la comida. 

El dominicano tiene doble exigencia. Sabe que no atrapar una bola de rutina durante cada salida de los ‘saurios’ es dejar que un pelotero rival entre en circulación y ‘congestione el tráfico’, mientras que en su otra faceta, cuando sus compañeros le entran sensaciones tan primitivas como el hambre, está obligado a satisfacer el voraz apetito de sus colegas.  

Su labor como cocinero es fundamental en el alba: no puede darse el lujo de ‘tirar bolas malas’ con sus recetas o seguramente acabaría con los buenos ánimos de la novena barranquillera.

“Aprendí a cocinar por necesidad (risas). Una vez mi mujer estaba trabajando y yo tenía hambre y no le daba tiempo de regresar a casa y cocinarme, así que decidí hacerlo yo mismo. El arroz me quedó feísimo y lo tuve que botar, pero el pollo me quedó bien. Así fue que empecé. Aquí en Barranquilla yo soy el que les cocino a mis compañeros, los sazones son un poco distintos con relación a Dominicana pero ahí hacemos los ajustes necesarios para que quede bien. Si no es por mí, se mueren de hambre”, expresó Nelson Pérez en el apartamento 4C del Hotel Eslait, guarida de los reptiles mientras están en Barranquilla.

Antes y después de cada juego los beisbolistas tienen un poco más de libertad que otros deportistas. Las dietas no son tan estrictas y el ritmo de vida puede ser más flexible. Los peloteros extranjeros de Caimanes salen con frecuencia de su sitio de concentración y deciden qué comer si quieren cambiar un poco el sazón del ‘chef Pérez’. Tras desayunar y estirar un poco el cuerpo, deciden ir todos los días al gimnasio, donde pasan cerca de tres horas antes de regresar al hotel a almorzar.

“Los extranjeros estamos muy contentos aquí en Barranquilla. Todo es muy lindo y parecido a nuestros lugares de origen. Todo es caribe y está el sabor latino por todos lados. Nuestro día a día es interesante porque uno nunca sabe qué va a pasar. He conocido otra cultura y eso me ha hecho sentir más que bien. Comparto apartamento con otros dominicanos y eso acerca de mi tierra. Nosotros nos levantamos e improvisamos por el camino. Hace poco probé un patacón con cerdo y pollo y es de las mejores cosas que he comido”, dijo Audy Ciriaco, tercera base de Caimanes, quien comparte apartamento junto a Nelson Pérez, Yonata Ortega y Martiré García, todos dominicanos.

Precisamente Ciriaco explica que el día a día de cada pelotero extranjero depende en gran parte de su forma de ser. ‘El Varón’, como es conocido, confesó que hace muchos años decidió ser cristiano, por lo que su ritmo de vida es mucho más tranquilo que el de otros.

“Hace muchos años decidí ser cristiano y ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.  Cuando estoy en el hotel soy el que se encarga de escoger las películas para ver (risas). Me entretengo mucho con Netflix y ahí nos divertimos todos. Aún no he tenido mucha oportunidad para salir porque apenas está empezando la temporada, pero pronto vamos a intentar conocer. He visto por fotos la ciudad y me parece muy linda”, dice Ciriaco.

Pero el estar lejos de casa y en una tierra que por más que se parezca a la suya no lo es, pasa factura más temprano que tarde. La distancia con los seres queridos carcome las fibras más sensibles y le toca el corazón a los fuertes peloteros.

“Estar lejos de la familia es muy duro. Todas las noches antes de dormir uno los llama. Hablo con mis hijos y les cuento cómo me ha ido. Todo esto se hace con el objetivo  de tenerlos bien a ellos”, revela Nelson Pérez.

El primera base dominicano Nelson Pérez es el encargado de cocinarle a sus compañeros de apartamento. Hansel Vásquez
Un octavo piso lleno de flow

La música, el goce y las risas son el pan de cada día del octavo piso del Hotel Slait.

En uno de los apartamentos, otro grupo de peloteros extranjeros le ponen sabor  a su estancia en Barranquilla. El reggaeton, hip-hop y el dancehall suena a todo volumen y amenizan el ambiente. “Espera, mano, déjame y me pongo más lindo que no esperaba cámaras”, expresó entre risas Jonathan Gálvez.

“La verdad me ha sorprendido mucho Barranquilla. Antes de venir me decían que Colombia era un país peligroso y esas cosas, pero ha sido todo lo contrario. Me ha gustado todo de aquí, hasta las mujeres están muy bonitas (risas)”, dijo Tony Thomas, pelotero norteamericano al servicio de los Caimanes.

Su opinión es compartida por Oriel Caicedo, Christian Correa y Thomas, quienes no dudaron en asegurar que el día a día en La Arenosa los ha hecho sentir como en casa. 

“Nosotros nos la gozamos. Todo el día ponemos música y jugamos béisbol en el Play Station. Dewin Pérez  (cartagenero) es el encargado de poner la música, es el DJ oficial. A pesar de que vivimos bien, dentro del campo somos serios y hemos respondido. Creo que hombre por hombre somos el mejor equipo de la Liga y podemos llegar a ser campeones. Cuando tenemos ratos libres, si queremos, nos tomamos una que otra cerveza, sin pasarnos. El béisbol es de gente grande, que debe tener conciencia de las cosas, pero aún así nos divertimos”, dijo Oriel Caicedo.

Les da duro la brisa 

Christian Correa, norteamericano de nacimiento, aseguró que les ha costado mandar la pelota más lejos cuando juegan en el Édgar Rentería. “La brisa nos pega de frente a los bateadores. Es difícil sacarle de jonrón, creo que Jair Camargo ha sido el único. Tenemos que encontrar la manera de contrarrestarla”, concluyó Correa. 

Los extranjeros Tony Thomas, Jonathan Gálvez y Cristian Correa, durante la entrevista con EL HERALDO. Hansel Vásquez
Entrenan antes de cada juego

Los Caimanes de Barranquilla entrenan en el estadio cuatro o cinco horas antes de cada juego, debido a que la temporada de béisbol demanda acción casi todos los días, excepto los lunes y los jueves.

Todos los peloteros extranjeros están hospedados en el Hotel Slait y del sueldo que devengan de la novena barranquillera sacan el dinero para pagar los taxis que los transportan hasta la ‘Joya de Montecristo’ cuando juegan de local. Además, se deben costear sus alimentos, utencilios que necesitan y herramientas de primera necesidad.

En sus días libres tienen derecho a salir a conocer la ciudad, si así lo desean. La única condición es cumplir con ciertos horarios estipulados por la novena para volver al hotel.

Los abridores domincanos Gabe Pérez y Rainy Lara abandonaron Caimanes debido a que le salieron mejores ofertas en Venezuela y México, respectivamente.

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