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El delantero Johan Arango junto al técnico Francisco Maturana en una rueda de prensa con el Once Caldas. casablancaoc.com
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“Si no fuera figura, nadie hablaría de mí”

En diálogo con EL HERALDO, el atacante albo habló de su presente en el Once Caldas, de la fama que tiene de jugador díscolo y de su paso por Barranquilla, donde entrenó con el Junior y jugó en la Uniautónoma FC.

Johan Arango se toma un segundo aire en el Once Caldas. El delantero vallecaucano asegura que en el ‘Blanco Blanco’ ha encontrado la estabilidad futbolística y emocional que tanto necesitaba, de la mano de un técnico experimentado como Francisco Maturana.

“Me trata como un hijo, me aconseja, me brinda herramientas para ser mejor cada día”, dice con emoción.

En su paso por Barranquilla, Arango dialogó con EL HERALDO de su presente en el equipo albo, del eco que produce su conducta fuera de las canchas y de su fugaz paso por los entrenamientos del Junior, cuando su hermano Paulo César se vistió de rojiblanco.

P.

¿Cómo analiza su presente en el Once Caldas?

R.

Contento, con ganas de aportar. Ya había jugado antes acá y eso me ha ayudado a adaptarme mucho más rápido. Llego como un referente más, como una figura del fútbol colombiano. Estoy tranquilo, contento de volver a esta institución, de volver a jugar al fútbol, de tomarme un aire por todo lo que he vivido. Ahora solo me toca seguir trabajando para cosechar cosas buenas con el equipo.

P.

¿Qué significa para usted este nuevo paso, luego de todas las experiencias positivas y negativas vividas en el pasado?

R.

Es una bendición. En México, en su momento, no se dieron las cosas no por lo que muchos piensan, sino por algo del contrato. Luego tuve un gran semestre en el Pasto, donde logré reencontrarme en lo futbolístico, pasé a Santa Fe, donde no se termina bien, más que todo por todo lo que se hablaba de mí. Ahora estoy tranquilo, he vuelto a encontrar una estabilidad y voy a luchar para que las cosas me salgan bien en el Once Caldas y volver a tener la oportunidad de intentar salir al exterior.

P.

¿Considera que se habla mucho de Johan Arango en lo extra futbolístico?

R.

Lo normal, si uno no fuera figura en la cancha nadie hablaría de uno. Yo me dedico a jugar y que la gente se dedique a hablar.

P.

¿Esta situación lo aburre?

R.

Sí, mucho, porque me siento señalado en todos lados, pero bueno, me toca convivir con eso y trato de sobrellevar la situación.

P.

¿Qué le dice a la gente que lo considera a usted un jugador indisciplinado?

R.

Nada, que piensen lo que quieran, igual yo sigo gozando mi vida, jugando buen fútbol y divirtiéndome con lo que hago. Se habla mucho más de la cuenta. No niego que me guste divertirme, pero a veces se exageran mucho las cosas.

P.

¿Se considera un jugador indisciplinado?

R.

La verdad, no. Te repito, me gusta divertirme en los momentos que puedo, eso no lo he negado nunca, pero se exagera mucho y más cuando es algo sobre mí.

P.

¿El tener a un técnico como Francisco Maturana al frente le ha ayudado a recuperar esa estabilidad emocional?

R.

El profe es un técnico muy experimentado, un sabedor del fútbol, es una persona que me ha acogido como si fuera un hijo. Me habla, me aconseja, me brinda muchas bases para mejorar en todo los sentidos, en lo personal y en lo futbolístico. Aspectos o cosas que de pronto uno no lo asimila, pues él me las ha inculcado. Me hace ser yo mismo, la persona alegre, que le gusta divertirse en el campo. Espero retribuirle toda esa confianza con goles y buen fútbol.

P.

Recuerdo que cuando su hermano Paulo César estuvo en Junior, usted entrenaba de vez en cuando con el equipo, con permiso del técnico Umaña. ¿Qué recuerda de esa época?

R.

Sí, claro. Yo iba a los entrenos a verlo a él, a veces entrenaba porque Umaña me dejaba y estuve muy cerca del plantel. Recuerdo que en ese equipo tenían una bandola brava, con Bacca, Giovanni Hernández, entre otros… ufff, tenían un equipazo. Ese año salieron campeones. Yo entrenaba con ellos más porque me gustaba el fútbol, porque mi hermano me decía que para quedarme haciendo nada en la casa mejor fuera a distraerme allá. Y bueno, la pasaba muy bueno en los entrenamientos.

P.

Y quién iba a pensar que ese muchacho llegaría al profesionalismo y se destacaría…

R.

(Risas) Así, es. Fue una etapa linda de mi vida. En ese momento sabía lo que quería y bueno, finalmente terminé siguiendo los caminos de mi hermano, que también fue un gran futbolista. Recuerdo que después llegó el paso a la Autónoma con el profe ‘Willy’ Rodríguez, con ellos logré el ascenso, un logro muy importante, y desde ahí se me dio todo para despuntar y figurar en el fútbol colombiano.

P.

¿Quién terminó siendo mejor, Paulo César o usted?

R.

(Risas) No sé, que lo diga la gente. Él bajó un poco luego de su paso por Junior, pero mi hermano sigue siendo ese gran jugador que yo conocí, que es mi ídolo, mi referente y trato de hacerlo sentir orgulloso con mis actuaciones.

P.

¿Su hermano le aconseja algo respecto a su comportamiento?

R.

Él se siente orgulloso por lo que he logrado. De lo otro, simplemente me aconseja que trate de llevar la situación y que me dedique a jugar, que es lo que yo sé hacer. Que ante los rumores nada se puede hacer.

P.

¿Qué opina del Junior actual?

R.

Tienen un equipazo, sin duda alguna. Seguro será protagonista, ya lo han demostrado en este inicio de semestre. Será uno de los rivales a vencer y ojalá tengamos la posibilidad de volvernos a enfrentar.

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