
“Que me hagan una estatua en todas las ciudades de Colombia”: Pambelé
Este viernes se cumplen 50 años de la conquista del primer título mundial de boxeo para el país. EL HERALDO habló con el legendario protagonista de esa gesta, Antonio Cervantes.
Su mente está clara. Los golpes en el ring y en la vida no han hecho mella sobre la lucidez de Antonio Cervantes. El álbum de su cabeza se conserva en buen estado y sus palabras describen con detalles cada imagen de sus años de gloria, especialmente aquella que lo muestra en la cúspide del boxeo al coronarse campeón mundial hace exactamente 50 años.
En ese instante, que este viernes cumple medio siglo, ‘Pambelé’, como lo conocemos todos, se inmortalizó en el deporte colombiano al conquistar el título de la categoría welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), luego de vencer por nocaut en el décimo asalto al panameño Alfonso ‘Peppermint’ Frazer, el 28 de octubre de 1972, en el Gimnasio Nuevo Panamá, en la capital panameña.
Atrás había quedado la animadversión de parte del público por el estilo pugilístico de sus comienzos, su frustración ante el argentino Nicolino Locche, en lo que fue su primera oportunidad mundialista (el 11 de diciembre de 1971, en el Luna Park, de Buenos Aires), y todas las amarguras de su proceso deportivo y de su lucha por sobrevivir, en la que fue embolador de zapatos y vendedor de pescado en Cartagena al salir de San Basilio de Palenque, su tierra natal.
A partir de ahí surgió el hombre que le enseñó a ganar a Colombia, el que hacía madrugar a sus compatriotas para sintonizar en la radio sus peleas, sus triunfos, el que generaba gloria inmarcesible y júbilo inmortal. Sus puños eran puro y físico orgullo patrio.
Vinieron sus 10 defensas exitosas, incluyendo el desquite con Locche y la revancha con Frazer; la derrota ante el puertorriqueño Wilfred Benítez, la recuperación del cetro ante el argentino Carlos María Giménez y la caída ante Aaron Pryor luego de seis defensas.
Pero hace 50 años, un día como este viernes, entró en la galería de personajes inolvidables del país. EL HERALDO lo contactó y dialogó ayer con él. Acababa de llegar a su casa-finca en Turbaco, la única propiedad que le quedó de sus años más prósperos en el mundo de las narices chatas. Allí vive juicioso, sano y sin líos desde 2010, al lado de su señora, Carlina Orozco, rodeado de hijos, nietos, bisnietos y otros familiares.
Los últimos días han sido movidos para él. Las cinco décadas que completó su gesta no han pasado desapercibidas. Se programó una cartelera en su honor, recibió la Orden de la Democracia Simón Bolívar, en la Cámara de Representantes, en Bogotá; y participó en un conversatorio en la Universidad de Cartagena.
Unas horas después de esa charla en el Claustro San Agustín, en la que participaron el entrenador Orlando Pineda y los periodistas Estewil Quesada, Eugenio Baena y Freddy Jinete, atendió a EL HERALDO.
¿Qué recuerda de la pelea con Alfonso ‘Peppermint’ Frazer que lo consagró como campeón mundial?
¡Todo! Dos buenos peleadores. Todos los retadores que pelearon conmigo fueron muy buenos. Yo le gané dos veces a ‘Peppermint’, mi mejor amigo.
¿Cuál es el recuerdo más especial?
Que Colombia se paralizó después de ese triunfo en Panamá.
Le cambió la vida después de ese combate…
Bueno sí. Me cambió la vida a mí y al deporte nacional a nivel mundial.
¿Usted le enseñó a ganar a este país?
Esa es la verdad. Eso es lo que dijeron todos los periodistas de la Costa y toda Colombia, que yo enseñé a ganar a Colombia. Yo hice 20 peleas por título mundial y perdí dos no más, las otras las gané todas, llevando el himno nacional de Colombia a todos los países del mundo donde peleé.
¿Cuál cree que es el deportista más importante de Colombia?
Importante no, el mejor deportista hasta ahorita ha sido Antonio Cervantes Reyes ‘Kid Pambelé’, eso lo sabe todo el mundo a nivel mundial.

¿Cuánto se ganó por el pleito con Frazer?
Por esa pelea pagaron 5 mil dólares.
¿Qué hizo con ese dinero?
Lo invertí en apartamentos para mí y mi mujer en Caracas y en Colombia.
¿Qué hay de su vida actual?
Vivo aquí en Turbaco con mi mujer, Carlina, los nietos, mi hermana, mi hermano. Todo bien.
¿Completamente juicioso?
Claro, juicioso
¿Cómo es un día de Pambelé?
Tranquilo. Muy tranquilo, aquí en la finca con la señora, con los hijos, los nietos, los bisnietos y las hermanas mías en Cartagena. Tranquilo con todo el mundo. Toda la gente contenta por donde yo voy en cualquier parte de Colombia.
¿Ve boxeo por televisión?
Sí, veo boxeo, fútbol, béisbol, todos los deportes.
¿Cuál es su boxeador favorito en la actualidad?
No tengo ahora.
¿Qué tal Saúl ‘Canelo’ Álvarez?
Sí lo he visto pelear, es buen campeón, es bueno.
¿El boxeo de antes era mejor?
Sí, había mejores boxeadores en la vieja época. Solo estaban el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Ahora hay como 10 organizaciones, quizás más.
¿No tienen la misma calidad?
En aquella época, en los años 60, 70, 80 y 90, había buenos peleadores en todas las divisiones del boxeo.
Unos videos en los que usted aparece entrenándose y entrenando a un joven, se hicieron virales en redes sociales…
Yo estoy pegándole a la pera. El muchacho es Brayan, uno de los bisnietos. Él me grabó el video. Él comenzó a entrenar, pero se zafó un brazo y no pudo seguir.
¿Cómo tomó la condecoración que recibió en la Cámara de Representantes?
Todo bien, todo el mundo contento allá en el Senado de la República.
¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
Todos los colombianos que hagan una estatua de Pambelé en todas las ciudades de Colombia, ¡y chao, hasta luego! (risas).