¿Por qué Tito Polo no ha llegado a Grandes Ligas?
El pelotero sanandresano, de 26 años de edad, demostró en el béisbol colombiano que mantiene intacta su calidad, a pesar de algunas adversidades.
Tiene todo para estar en Grandes Ligas. Tito Polo es un bateador de contacto, buen fildeador, brazo aceptable y un corredor veloz, muy veloz. Con su alegría y chispa para jugar pelota, se convirtió en la bujía de Caimanes para avanzar a lo más alto de la Liga Profesional de Béisbol Colombiano.
Un accidente en un juego de Triple A, en abril de 2019, en el cual el estadounidense Álex Dickerson (hoy en día compañero de Dónovan Solano en Gigantes) salió lesionado ante una barrida del sanandresano, le significó su salida de los Marineros de Seattle. Desde entonces no se ha podido vincular a una organización de Las Mayores. Sin embargo, en los reptiles ha demostrado que su picante y virtudes beisboleras se mantienen intactas y le pueden abrir puertas en la Gran Carpa.
El jardinero de 26 años de edad habló con EL HERALDO.
¿Qué reflexión hace de su campaña en Caimanes?
Tuve un aprendizaje bastante fuerte. Fue una temporada muy hermosa, muchos peloteros aprendieron a amar más este deporte, algo que hacía falta. La jugué como un niño, salí a divertirme con todo. Ayudé al equipo, me enfoqué en eso. Yo sabía que al final el equipo me ayudaría. Estoy agradecido con todo.
Fue evidente la alegría, la chispa y el picante con el cual jugaba pelota…
Me preparé bastante fuerte para esta temporada y cuando salía al campo era para divertirme. Esto es un juego, ayudé a mis compañeros en lo que más podía, en la defensiva a los pitchers, en la ofensiva con el ‘corring’, el toque, un hit, un fly de sacrificio. Todas esas cositas son importantes. Uno siempre tiene momentos en un juego para marcar la diferencia.
¿De qué manera se dio la remontada ante Vaqueros? ¿Cómo se pusieron en ‘modo victorioso’ después de estar 3-1 abajo en la serie final?
Nunca se perdió la armonía, cuando estábamos 3-1 sabíamos que estábamos entre la espada y la pared, que era todo o nada, teníamos que salir a dar lo mejor que teníamos. Tuvimos reuniones dentro del Club House donde pudimos recuperar nuestra fe, alegría y armonía. Decidimos entre todos salir a dar lo mejor de cada uno, esa fue la clave. Sin demeritar al rival, nos sentimos mejor equipo y teníamos confianza.
¿Los comentarios extradeportivos de Ozney Guillén y parte de la prensa de Montería terminaron motivándolos a ustedes?
¡Claro! Bien se sabe que el juego no termina hasta que se acabe. Ellos tenían que ganar el cuarto juego para poder decir que eran campeones. Estaban confiados porque vieron a Caimanes un poco cabizbajo en los primeros juegos y no se esperaban que fuéramos a salir con otra actitud en los siguientes. Ellos se sorprendieron y pudimos empujar más al equipo.
¿Qué autocrítica hace de su campaña individual y la del equipo?
La verdad, no, autocrítica no. José (Mosquera, el mánager) se puso a mi disposición desde que llegué, también Montoya y otros coachs, ayudándome física y, sobre todo, emocionalmente.
Con usted se mantuvo la tradición de tener un sanandresano en el roster de Caimanes, casi siempre era Steve Brown, pero esto año no pudo jugar acá…
Soy feliz con eso, antes de llegar a Caimanes hablé con Mosquera y me dijo que no podía contar con Steve y que quería contar con un sanandresano como su reemplazo. Yo le dije: ¡Claro que sí! Por eso di lo mejor de mí.
¿Qué tan pendiente estaban de usted y Caimanes en San Andrés?
Muy pendientes, mi familia y personas que siempre han aportado lo mejor de ellos para mí, mi entrenador Hernán paredes, la doctora Salgado, que me ayudaron en mi recuperación. Todo esto que he logrado en la temporada es gracias a ellos, y a Dios por no dejarme bajar la guardia, porque han sido momentos difíciles, pero sinceramente sé quién soy y Dios me ha dado esa fortaleza de poder analizarme y poder conocerme.
¿Esos momentos difíciles tienen que ver con no haber podido vincularse a un equipo de Grandes Ligas tras el incidente con Alex Dickerson?
Pues sí, la suspensión en su momento fue difícil porque se dieron otras cosas, y no estaba preparado mentalmente para controlarlo, pero todo es aprendizaje y aprendí de eso. Ahora me siento mejor persona. Así es la vida, toda experiencia es una lección. A pesar de todo estoy de pie y con muchas posibilidades.
¿Qué ha pasado con eso? ¿Tendrá oportunidad de vincularse con otra organización de Grandes Ligas? ¿Ha tenido la posibilidad de disculparse con Alex Dickerson?
Lo de las organizaciones ya no tengo control de eso. Se han hablado algunas cositas con algunos equipos, pero ya mi agente toma la decisión sobre eso, y Dios. Sobre lo de Dickerson yo le presenté disculpas en su momento, pero él no las quiso aceptar. No tuve más comunicación con él. Si me toca volver a presentarle disculpas, se las presento porque sinceramente no fue adrede, fue un accidente. Así son las cosas y hay que seguir adelante.
Uno lo ve a usted jugando y piensa que tiene todo para llegar a Grandes Ligas. Tal vez ese episodio es el que le ha cerrado las puertas…
En su momento sí, ya se había hablado con el mánager de Grandes Ligas, que si seguía jugando así podía subirme, ya estaba a las puertas de eso, pero de un momento a otro se bajó el ascensor. Estaba en un piso alto y de repente se bajó. Yo dije: ¡Wao! ¿Qué está pasando? A veces uno tiene que caer para poder levantarse más fuerte. No tengo reproches por esa caída porque me ha ayudado a ser mejor persona, a analizarme y a salir adelante para no repetir los mismos errores. Todavía hay posibilidades y acepto todos los planes que tenga Dios para mí.
¿Cómo vislumbra lo que será la participación de Caimanes en la Serie del Caribe?
Es muy emocional esa parte porque vamos a estar contra grandes equipos y grandes jugadores, muchos compañeros. Yo sigo igual, con el mismo trabajo que hice aquí voy para allá. Voy a jugar con la misma intensidad de siempre. Muchas personas me dicen que juego sucio, pero es parte de mi juego ser intensos y correr duro las bases. A veces pasan situaciones que se dan sin buscarlas, pero no es apropósito, tampoco busco hacerle daño a nadie, como muchas personas creen o muchos líderes que hacen ver a uno malo, simplemente me gusta jugar duro, es mi forma de jugar para beneficiar al equipo. Cuando me tiro, tengo que tirarme de golpe porque si me tiro a ras, puedo quedar en la base y me puedo fracturar un tobillo. Muchos creen que me tiro duro por hacerle daño a alguien, es la manera de poder frenar mi cuerpo.
¿Su forma de correr a primera base también generó polémica?
Los umpires son humanos, tenían la gente encima. Siento que en algún momento todo era Tito Polo y no me dejaban jugar tranquilo. El derecho siempre se sale de la línea. Cuando alguien comete un error, siempre buscan culpables. Me tomaban como culpable de todo sin yo hacer nada. Tuve que saber manejar esa situación. No le presté atención, pero sí me sentía atacado por los umpires y las personas.
Se anuncian varias figuras de Grandes Ligas en la Serie del Caribe. ¿Cómo ve a Caimanes ante rivales tan complicados?
El béisbol es lo mismo. Sí hay que minimizar errores, mentales y físicos porque es una pelota más avanzada, pero Caimanes tiene que ir igual, con confianza, tenemos peloteros de mucha trayectoria como Harold, Dilson, Gálvez… hay demasiado talento. Nuestro equipo puede hacer un gran papel. Nos pasó en el Clásico Mundial con Estados Unidos y República Dominicana, ellos tenían tremendo equipo, pero Colombia mantuvo su juego y nunca perdió la fe.
Dilson Herrera afirma que tienen un equipazo y que si tienen buena actitud, pasarán cosas importantes…
Sin duda. Es tremen do equipo del primero al último. Todos son muy buenas personas, motivadores. Si vamos con la misma actitud, este equipo está para grandes cosas.
¿Cuál es su objetivo en la Serie del Caribe?
Poner el nombre de Caimanes y de Colombia en alto. El mío también. Si juego para el equipo, al final del día mi nombre estará bien.
A veces uno tiene que caer para levantarse más fuerte