
Padres hicieron de todo para no dañarle la primera ida al ‘Metro’ a su hijo
Hernán asegura que tratará de que más nunca su hijo pase por una experiencia igual y decidió que, por ahora, no volverá a un partido grande de Junior.
Lo que comenzó como un día especial en la vida de Hernán Vásquez y su pequeño hijo, Thiago Vásquez Noya, de 5 años, terminó siendo una noche para el olvido.
Aprovechando una corta estadía en Barranquilla —trabaja en Bogotá desde hace 14 años—, Hernán decidió cumplirle un sueño a su hijo: ver por primera vez al Junior en el estadio Metropolitano, la que sería también la primera experiencia de Thiago en un estadio de fútbol.
“Es muy juniorista, está pendiente del equipo. Siempre me decía que su sueño era ver a Junior en el ‘Metro’ y yo le respondía que cuando cumpliera los cinco años lo iba a llevar. En diciembre los cumplió y estando en Barranquilla quise hacerle realidad ese anhelo”, cuenta Hernán a EL HERALDO.
Pero nada salió como lo había planeado. “Desde que llegamos al ‘Metro’ sentimos un ambiente pesado. Antes de entrar vimos a un muchacho con la cabeza rota. Ya adentro nos dicen que tuviéramos cuidado que había gente de ‘Los Kuervos’ buscando hinchas camuflados del América. Se sentía la tensión, y eso que escogimos —Hernán, su esposa y su padre— la tribuna de occidental alta porque tiene la fama de ser menos peligrosa. Pero bueno, no pasó nada hasta el inicio del juego”.
Hernán contó cómo fueron esos minutos agobiantes que vivieron cuando comenzaron los disturbios y cómo hizo para que su hijo nunca se enterara de lo que realmente estaba pasando.
“Finalizando el primer tiempo empezó lo peor. Algunos barristas de Los Kuervos se metieron a occidental y empezaron a corretear a unos hinchas, no se sabe si de América o del mismo Junior. Yo agarré al niño y comencé a correr también Thiago, en medio de su inocencia, me dice que ‘por qué corremos’, y yo le digo que es para saltar y apoyar al equipo, que necesitaba nuestra ayuda desde la tribuna”, dijo.
“Nos volvimos a ubicar, pero a partir de ahí el ambiente no fue el mismo. Entre mi esposa mi papá y yo entreteníamos al niño, para que viera el partido, las banderas y eso para que no se diera cuenta, porque no queríamos que en su primera vez en el estadio se llevara esa experiencia tan desagradable”, agregó el padre.
Pero ahí no terminó todo. En la salida vino lo peor, porque los disturbios siguieron. “Vimos atracos, hinchas lanzando piedras a unos buses, de todo. Nos tuvimos que devolver dos veces al parqueadero del ‘Metro’ para escondernos. El niño preguntaba por qué nos devolvíamos y nosotros le decíamos que era para despedir al Junior y para ver si se podía tomar una foto con algún jugador. La idea era que él no se enterara de nada. Hasta las 9 de la noche fue que pudimos irnos, ya la cosa estaba un poc más tranquila. Llegando a casa tratamos de no hablar de nada de lo que pasó, tu sabes que ellos lo escuchan todo y no queríamos que se imaginara nada. En fin, todo fue una locura”, expresó.
Hernán asegura que tratará de que más nunca su hijo pase por una experiencia igual y decidió que, por ahora, no volverá a un partido grande de Junior.
“Muchos me dicen que por qué lo llevé a un partido contra América, pero nosotros no escogimos, simplemente cayó ese partido ahora que vinimos de visita. Pero ya no lo vuelvo a traer, por lo menos a un partido de los grandes. De pronto cuando juegue uno más tranquilo... y eso, lo pensaré. Thiago nunca se enteró de lo que pasó. No le quise dañar su primera visita a ver a su Junior del alma y más que ganó. Él, en medio de todo, se fue feliz”, concluyó Hernán.