Familiares del púgil Luis Quiñónez se aferran a un milagro de Dios
Acompañados de amigos y conocidos del deportista elevan plegarias a las afueras de la Clínica General del Norte.
Todavía lucha por su vida. No está muerto quien respira. A eso y a un milagro divino se aferran los familiares del boxeador santandereano Luis Quiñónez, quien fue declarado con muerte cerebral en la Clínica General del Norte, a la cual llegó el pasado sábado en la noche tras sufrir un nocaut en su combate con el colombo-venezolano José Muñoz, en el Coliseo Elías Chegwin.
El ambiente al frente de la puerta número 10 de la clínica es de esperanza. Muchos familiares, aficionados al boxeo y amigos del pugilista se han ido enterado de su difícil situación y se acercan al centro médico para orar por su salud.
Oraciones y alabanzas se escuchan al unísono. Parten como un mensaje claro a la habitación donde se encuentra el peleador: “Estamos contigo”.
Quiñónez sigue respirando y librando su combate más importante.
“Tenemos fe, sé que Dios puede hacer milagros sorprendentes, estamos esperando hasta último momento un milagro de Dios”, dijo Leonardo Quiñónez, hermano de Luis en diálogo con el periodista Francisco Urruchurto.