
“Juguemos como lo que somos: una familia Gigante”.
Es uno de los mensajes que se lee en el club house (vestuario) del estadio de los Gigantes del Cibao, donde juega el colombiano Jonathan Solano las semifinales del béisbol profesional de República Dominicana. El receptor barranquillero, que vive su primera experiencia en la pelota invernal del país que más exporta beisbolista a Estados Unidos, admite que sintió cierta nostalgia por las fiestas de Navidad y Año Nuevo lejos de su hogar. Pero el calor que ha recibido de sus compañeros es como si estuviera en familia:
“La experiencia ha sido increíble. Esta es una liga que me ha enseñado por la presencia de peloteros de las grandes ligas y algunos son mis compañeros. El ambiente en los estadios es muy bueno y la gente apoyando”.
Solano, de 25 años, y futurible Grandes Ligas de los Nacionales de Washington, llegó a la liga dominicana en diciembre del año pasado, después de la suspensión de la temporada de la liga colombiana por el invierno y las lluvias.
Edinson Rentería, presidente de la Liga Colombiana, gestionó su presencia como refuerzos de los Gigantes que empezaron bien sus primeros tres juegos de las semifinales, pero ha caído en el sótano. “Nos ha faltado bateo en los momentos oportunos, pero creo que faltan más de 10 juegos y podemos llegar a la final”, afirma Solano.
A la novena de Cibao no le ha faltado el aporte ofensivo de Jonathan, que en seis juegos, tiene 21 turnos, 9 imparables, 5 anotada y una impulsada. Su promedio es de .429. “Tuve la oportunidad de conectar buenos hits desde el comienzo gracias a Dios. He sentido más paciencia y he seleccionando los lanzamientos y he hecho ‘swing’ a los pitcheos que buscan el strike, me ha resultado”.
A Jonathan se le escucha desde su teléfono móvil con deseos de aprender de los lanzadores que tiene como compañeros. Su posición en el campo se lo exige y reafirma que algunos han jugado en Grandes Ligas. “Me llama la atención que todos los lanzadores desde relevista, abridores y cerradores dominan el split finger (lanzamiento parecido a la recta que cae al final). Me he quedado aterrado. Esto es algo distinto y para crecer más como pelotero”.
Por Nilson Romo Mendoza